Capítulo 4 de la gran batalla

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Fili fue el primero en despertar, miró hacia abajo y se encontró con la pequeña Add, quien movió un par de veces su naricita antes de girarse y abrazar a Kili quien dormido le devolvió el abrazo

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Fili fue el primero en despertar, miró hacia abajo y se encontró con la pequeña Add, quien movió un par de veces su naricita antes de girarse y abrazar a Kili quien dormido le devolvió el abrazo. El rubio sonrió, eran sin duda adorables, puede que hasta esa palabra les quedara corta, besó la frente de ambos y se levantó camino de algo para llenar su estómago.

Ayer no habían tenido la oportunidad de cenar pues se quedó al ver que la platinada estaba destrozada por la pelea con su tío, al que vio nada más entrar en el gran comedor. Solo estaban ellos dos cosa que lo incomodó un poco pero el rubio sin dejarse intimidar caminó hacia el rey bajo la montaña y cogiendo una jarra de cerveza y un cacho de pan con queso se sentó delante de su tío.

-Buenos días querido sobrino.-Dijo Thorin, la voz le falló pero la recuperó tras varios carraspeos.

-Buenos días tío.-Contestó él de vuelta centrando su atención en la bebida que tenía delante.

-¿Pasa algo?-Preguntó confuso por el frío comportamiento de su sobrino.

-No tío, solo que ha sido sin duda una larga noche.-Confesó, quería que el rey en el que el valeroso Thorin se había convertido comprendiera que con ese comportamiento solo hacía daño a sus seres queridos.

-¿A qué se debió?-Preguntó curioso.

-Add se pasó llorando toda la noche, no sé que pasó ni que tan grande fue la discusión tío pero los dos habéis perdido esta pelea, traga tu orgullo y supera esa mierda dorada antes de que acabe del todo con tu relación.-Hablo Fili terminando su desayuno y levantándose.

Thorin sintió como el corazón se le encogía, ella había estado llorando, ¿por qué? Si era por su oro no habría hecho eso, solo habría montado un berrinche, ¿era eso? El rey se convenció a si mismo que así era, solo su oro, nadie, nadie tocaría sus monedas, nadie más que él, el gran rey bajo la montaña, su montaña.

Adaila despertó en brazos de alguien y cuando miró hacia arriba vio a un Kili totalmente dormido, se veía adorable, como un niño, sonrió y besó suavemente su frente antes de levantarse y sin hacer mucho ruido salió de la habitación. Al fondo del pasillo Fili caminaba tranquilamente, cuando levantó la mirada y vio a Addy sonriendo en su dirección. La chica corrió y se tiró a sus brazos riendo, adoraba a ese enano, sin duda alguna.

-Buenos días para ti también Add.-Dijo él besando su mejilla repetidas veces haciendo que la chica riera.

-Buenos días Fili.-Saludó de vuelta antes de alejarse un poco.

-¿Cómo te encuentras hoy?-Preguntó el rubio, la chica notó una pizca de preocupación en su voz cosa que la hizo sonreír con ternura.

-Si lo que quieres preguntarme es si voy a volver a echarme a llorar, la respuesta es no.-Dijo ella sonriente, Fili admiró su determinación.

-Me alegra oír eso Add.-Habló ladeando un poco su cabeza.

-Fili, sé que después de lo de anoche es mucho pedirte un favor más pero...-La platinada insegura miró al rubio quien sonrió ampliamente.

𝐃𝐔𝐑𝐈𝐍; 𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐎𝐁𝐁𝐈𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora