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Tenia tantas ganas de crecer, de ser fuerte. Quería aprender, ser como su padre, dejar de esconderse. Empezaría a vivir con su madre, y lo haría hasta que pasaran los dos años. Eso seria como vivir solo, su madre nunca estaba. A pesar de que quería arrancarle la cabeza a cada uno de los Ziegler, sentía miedo. Había tenido suerte. Si ese dia hubieran matado a su madre, el habría muerto con ella.

Habia pasado toda su vida como un chico normal de clase media, pero si iba al Instituto Winston debía ser como todos ahí. Una gran limusina paso por la modesta casa de su tía. Se despidió de ella, pero no quería dejarla sola. Al entrar al vehículo se encontró con su madre, había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que la había visto.

-Ay mi niño, que grande que estas.- Su madre lo abrazo, su voz estaba quebrada. Lo había extrañado tanto.- Estas tan lindo, todas las chicas tendrán los ojos en ti.

-Gracias mamá, pero eso realmente no me interesa.- Johnny solo quería tener dos años de educación normal, como debería haberla tenido siempre, pero no pudo por un tema de seguridad.

-Hijo, recuerda ocultar siempre tu nombre. Nadie puede saberlo. Recuerda hacer pocas amistades pero confiables, igualmente a ellos no debes revelarles tu identidad. No sabes cuando un Ziegler puede estar cerca tuyo.

El resto del viaje fue en silencio. Johnny sabia que precauciones debía tener, pero tambien sabia que debía ser un chico normal, aparentarlo. No podía estar siempre solo, no podía ignorar a toda la gente a su alrededor.

Se despidió de su madre en la entrada del Instituto, pero nadie vio quien era. No conocía nada ni sabia que hacer, así que siguió a toda la gente que parecía caminar hacia el mismo lugar. Cuando el chico que tenia adelante se detuvo supo que ese era al lugar al que todos se dirigían. Un enorme gimnasio, preparado para darle inicio al ciclo escolar de ese año. Nunca había visto tanta gente junta, pero a lo que mas le temía es que todos parecían mas grandes que el. Estaba perdido, hasta que una mujer se le acerco. Tenia el uniforme del colegio, era diferente al de los estudiantes, pero igual de aburrido.

-Hola, vos debes ser de primero ¿No?- ¿En serio parecía tan chico? Estaba por empezar el tercer grado, no era un nene de primerito.

-No, soy de tercero.- La mujer me miro confusa.

-Que raro. Te hubiera reconocido. ¿Como te llamas?- Esa mujer ademas era curiosa. Solo quería ir al lugar en el que debía estar. No quería perder mas tiempo.

-Soy Dustin Maynard.- Eso había sonado raro. Era la primera vez que decía su nombre falso y lo había dudado un poco. Tendría que acostumbrarse. Johnny Orlando no existía. La mujer miro en una lista que tenia.

-Dustin Maynard. Con razón, eres nuevo. Debi haberlo supuesto. Tu grupo esta en la otra punta del salón. Vamos a hacer un acto de iniciación, luego cada uno ira a su aula.- Miro a la mujer, luego a donde debía ir. Ella le señalo el lugar exacto y comenzo a caminar. Era bajo, muy bajo, porque todo el mundo lo llevaba por delante. Esperaba que el resto de sus días no sean como esos pocos minutos.

Cuando llego al lugar otra mujer se le acerco. Otra profesora, preceptora, encargada, trabajadora en el lugar, algo.

-Hola, soy Marisa. Tercero esta acá. ¿Sos de este curso no?- La mujer era mas agradable, no tan molesta como la anterior. Asenti con la cabeza.- Esta es la fila, no importa la altura.

Analizo a los presentes en el grupo. Chicos altos, chicas lindas. Se sentía tan pequeño en ese momento. Tan mal ubicado. Como si no perteneciera al lugar.
Se ubico por ahí. Donde nadie notara su presencia, donde fuera irrelevante.

El acto del que hablo la señora comenzó. Otras mujeres dijerón unas palabras aburridas y luego llamaron a alumnos ejemplares de el curso anterior. "Malditos suertudos" pensó. Ellos seguro habían tenido una educación normal y sus padres eran empresarios exitosos. No pertenecían a ninguna mafia, ni le habían quitado a sus hermanas.

Una chica comenzo a dar un discurso. Con pelo negro, liso, maquillada, parecía que tenia pestañas postizas, o tal vez si las tenia. Cuando termino de hablar recién se dio cuenta de que la chica pertenecía a su curso, ya que se puso en la fila de los de su grado. ¿Como esa chica podía ser de su edad? Parecía mucho mayor, mas madura, casi adulta.

Luego de que todo el acto termino, cosa que alivio a todos, cada uno fue su aula. La verdad es que la mayoría de sus compañeros le parecieron estúpidos, creídos. No iba a tener problema en no socializar. Igualmente no podía saber la personalidad de cada uno con unas pocas horas de clase donde a penas hablaban.

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Ally Darias entraba en acción ese día, y su personalidad era bastante especial. Arrogante mas que nada. Superior a los demás. Al llegar miro el panorama, vio un par de caras nuevas y luego el resto que le obedecía como si supieran que ella en realidad podía hacer lo que quisiera con sus vidas. Todos querían ser como ella, a pesar de ser millones de capas de maquillaje, peluca y frialdad.

Dio el discurso ya que había sido elegida como una alumna ejemplar. En el mostró toda su ambición, de que siempre iba a ganar. Pero a pesar de eso su día no tuvo nada de especial. Su curso continuaba siendo una pila de imbéciles, y suponía que los nuevos también lo serian, nada mas que la timidez lo tapaba.

No tenia amigas de verdad. Tal vez Kalani y Brynn se creían importantes para ella, pero Mackenzie no les tenia el menor afecto. Solo las mantenía cerca para no ser tan rara, pero la gente las creía populares. Mackenzie no sabia como había llegado a ese lugar. Como la gente la consideraba tan importante, tan genial, tan única e irrepetible. Ella solo había actuado como ella misma, y la gente le demostró que ella éxito en su máxima expresión.

¿Novios? Había una fila larga que se le había propuesto, y otra que se creía tan poca cosa que la creía inalcanzable, entonces ni se gastaba en proponerse. Pero a pesar de eso, ella nunca acepto a nadie. Nunca se había enamorado, no debía hacerlo. Eso implicaría que sufriría si llegara a perder a esa persona y la muerte era algo normal de su mundo. Eso no debía golpearla.

Mackenzie era Ally Darias y Ally era Mackenzie Ziegler. A pesar de que una protegía a la otra, habían sabido ser una sola. Ninguna tenia corazón, y ambas admiraban el poder.

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Hola hola hola.
Volví con una nueva historia, espero que les guste. La idea me encanto y sentí que después de "Sigue la Señal" tenia que poner estos personajes en una nueva historia.
Si no leyeron "Sigue la Señal" vayan a mi perfil y busquenla en mis historias. Esta terminada y me pareció hermosa.

Espero cautivarlos con esta nueva historia. Besos 😘

Dusk Till Dawn 《Jenzie》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora