1: The Life Project.
April.
Florida, hermosa península estadounidense rica en culturas y paisajes por conocer. Nada mal para una familia de inmigrantes un poco amaestrados y acoplados como las cosas se solían mover aquí en esta tierra plana. Bien, mis padres se habían mudado hace más de unos diecinueve u veinte años de diferencia acá, solo en busca de mejorías para el futuro del pequeño que ser que venía en el vientre de mi madre, si, ya saben a quién me refiero. Yo, April Coast, una estudiante recién graduada de College lista para dar un paso más al futuro esperado: la universidad.
Desde pequeña me crié en una familia muy peculiar, solo mi hermano menor y los padres. Una familia pequeña llena de vida y aventuras recorridas. Siempre fui una niña tímida pero a la vez amaba poder tener un rayo de atención sobre mi, deseaba ser cantante y poder ir y cantar en el Times Square justamente en año nuevo, pero con el pasar del tiempo me aferre al baile y quería ir a Broadway y actuar en musicales como bailaría en el reparto, hasta que un día descubrí que mi talento era escribir, una ráfaga de historias imaginarias comenzaron a correr por mi mente de niña de once años, mientras sostenía en mis manos un teléfono BlackBerry aún encendido. Sentía que debía relatar cada imagen que se cruzaba por mi cabeza, y fue como cada palabra fluyó como un río en una montaña, creando una gran cascada de párrafos sobre el aparato. Desde ese instante cada buena idea se iba al pequeño celular hasta que un día la tarjeta madre murió sobre cargada, así que di mi salto a las redes sociales.
Mi madre solía leer mis historias, cosa que me agradaba mucho excepto cuando conseguía esas escenas eroticas con mis artistas preferidos. Oh si, ¿a caso es ilegal escribir de esa manera con Harry Styles? En fin, tal vez era un poco pesado pero inevitable para mis hormonas de 15 años.
Nunca había tenido amigas, o tal vez un grupo con cuál escribir y decir "Hey, hoy en el mall a las 3:00 xoxo" simplemente las amistades no se me daban bien. Podría decir que había mucho material para hacer una larga lista de ex's mejores amigas.
Así que me encontraba en mi habitación mirando el diario de unas 300 páginas llenas y otras vacías, algo desgastado en sus esquinas, hojas arrugadas y sin duda muchas marcas de exceso de tinta del lapicero que solía usar para llenarlo. Aquel viejo diario se posaba frente mis piernas cruzadas en la alfombra de la habitación color rosa pálido. Muchas veces le había dicho a mi madre que el rosado no era exactamente el color que deseaba en mi habitación luego de tener 14 años, pero nunca lo cambiamos, han pasado unos cuantos años y sigue del mismo tono con los mismos posters de bandas, algunas nuevas fotos sobre mi viaje a el país natal de mi familia, otros de mis pocas amistades de la facultad de nuestra iglesia y frases que me gustaba tener para apoyo personal. Lo sé, soy una persona un poco decorativa.
Meses atrás habíamos aplicado para la universidad de South Florida y vivir en el condado de West Palm implicaba un cierto trayecto para llegar, sin embargo, mis padres estaban totalmente de acuerdo en llevarme hasta allá, habíamos pagado una habitación en una de las hermandades que rodeaban el campus así que estaría bien... O eso creo.
Tenía grandes exceptivas para estos años que se vendrían en la universidad, no me rendiría hasta conseguir la firma de una gran editorial o un lugar en el New York Times, todos los grandes escritores de esta época forman parte del NY Times así que ¿porque no nivelarseles? Y la mejor oportunidad de todas estaba ahí, en una universidad que me ofrecía años de preparación y tal vez la llave directa a la vida que deseaba desde mis once años.
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