Despertar

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Estaba en un bosque, uno que no había visto nunca, era de árboles altos, muy altos, y de escasas hojas. Yo caminaba con los pies descalzos y tenía un vestido blanco, mis cabellos rojizos llegaban hasta la mitad de mi espalda. Mis ojos casi transparentes chocaron con unos ojos color vino. Estaba a mi lado sujetando mi mano, sonreí. Sus cabellos desordenados y llevaba una camisa blanca y un pantalón caqui, tambien él estaba descalzo. Entonces sonrió y se alejó de mi en silencio, me quede sola. De pronto los arboles empezaron a deformarce y afilarce como dagas. Se volvieron negruzcos y se movian como serpientes, y al momento me apuntaron firmes, luego se movieron buscando clavarce en mi carne y entonces... nada. Todo se volvio negro. El sueño empezó a desvanecerce y sentí como volvia en mi. Aun no abria los ojos pero mi cuerpo poco a poco se desprendia de la pesadilla y entraba en contacto con la realidad. Hace unas horas me despedí de Dimitri quien me dejo en la puerta de mi cuarto. No le había vuelto a dirigir la palabra luego de ese "gracias" sentía la voz ronca.

Mi cuerpo se sentia entumecido y aun no lograba abrir los ojos. Me sentía mas cansada que cuando fui a dormir por una extraña razón. Tenía frío, sentía mi cuerpo tiezo y adolorido temblando por pura inercia ya que ni fuerzas tenía. Entonces lo note. Estaba mojada y sobre algo rijido, probablemente era piedra, un duro y frio piso de piedra. Me posicion era incomoda, ya de por si dormir en el piso no es cómodo. Era obvio que no estaba en mi cuarto en la mansión. Logre moverme y senti un tintineo metalico que me erizó los vellos del cuerpo abrí los ojos por la sorpresa, no lograba enfocar la vista, todo era gris y negro, muy oscuro.

Cuando logre disipar la neblina en mis ojos y hacer fuerza con mis brazos para enderezarme note que me dolía mas de lo que pensaba el cuerpo. Vi que estaba en un pequeño cuarto alargado. Como una celda de un monasterio pero a juzgar por la ventana alta y el agua, ademas de la direccion de la luz de luna que se filtraba en la habitación y el pizo de piedra, se asemejaba mas a una mazmorra en el sótano de un castillo medieval.

Al intentar arrastrarme unos pocos metros por el suelo, ya que mis piernas no parecían tener fuerza para sostenerme, sentí una horrible presión en el tobillo y de nuevo el tintoneo metalico que me causo escalofríos. Estaba encadenada al piso, por medio de gruesos eslavones de metal oxidado aun asi parecia muy resistente y pesado.

Analicé la situación un minuto, estaba sola, mojada, con frío y encadenada al piso. No sabía en dónde estaba, cómo llegue, ni porqué. Tenía hambre, fatiga, dolor y miedo. Sin saber que hacer me puse a llorar por mi mala suerte.

Por favor dios. Si realmente estás ahí, que esto solo sea otro mal sueño. Solo deseo despertar de esta pesadilla.

Mis lagrimas, pronto se tornaron en un llanto histerico y mis sollozos pronto se volvieron gritos desgarradores.

-Dimitri...

Solte en un último susurro cansino antes de caer desmayada.

Prisionera (#2 Saga: Mariposa nocturna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora