No tú

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Pasaron días en que rastriyamos el área incansablemente, no podía estar lejos, conocía a ese maldito desgraciado lo suficientemente para saber que la tenía cerca mío, de esa manera disfrutaba más de mi desesperación. La tenía a mi alcance pero no la veía, era retorcido justo como a él le gusta.

Días y noches buscándola, la iglesia se unió a la búsqueda, el abuelo de Rose fue puesto sobre aviso, no sería capaz de verlo a la cara hasta que no diera con ella.

Lo siento Juliana... no cumplí con nuestra promesa.

Ya había pasado una semana, el reloj no paraba de correr, dónde sea que esté no está siendo atendida, no deben darle de comer ni de tomar. Cada segundo que pasaba, era un segundo más que ella estaba sola en alguna parte lejos de mi... muriendo.

Estaba enloqueciendo, la ira, la impotencia, la frustración, volvía a mi cuarto solo a pedido de los otros cuando ya no había lugar para revisar.

-Dimitri.

-¿Qué quieres?

-No puedes dejarte así, mírate, eres un asco, ella no querrá ni acercarse cuando la encontremos.

-Pues no lo hará a menos que demos con ella!- De una patada rompí la única pata del escritorio que aún estaba sana y éste cedió a la gravedad desplomándoce.

La habitación en sí era un caos al igual que todo yo, principalmente mi cabeza.

-Destruye todo lo que quieras, si te hace sentir mejor.

-Vete al diablo, Montgomery.

-No gracias, ya tienes suficiente espacio ocupado allí.

El profesor Montgomery es un ex cazador de vampiros, cómo la gran parte de ellos, son humanos que han sido transformados en condiciones poco agradables, casi nunca es agradable pero hay situaciones peores al resto. En su caso fue atacado junto a su esposa, ella murió, él no.

Cazó vampiros para la iglesia desde entonces mientras ellos daban protección a su hija quién apenas unos meses de nacida había perdido a su mamá. Él tiene una pequeña casa en el pueblo, una vez mi abuelo envió a algunos de sus asquerosos seguidores a buscarme, Montgomery, cómo profesional en el área, sintió su presencia y salió a hacer su trabajo, no contó con que la pequeña Sally de entonces 2 años se despertaría a media noche y dando pasos torpes llegaría a la puerta que en su precipitación no cerró bien.

Luego de que atraídos por la sangre joven fueran por la niña Montgomery fue parte de una intensa lucha por alejarlos del único miembro vivo que quedaba de su familia. En un descuido sufrió una herida que hasta el día de hoy se refleja en su rostro atravesando su ojo izquierdo en tres lineas rojas de buen grosor y diferentes longitudes aunque su vista no fue afectada, algunas veces usa un parche, sobre todo en los cumpleaños de Sally. Esa noche tuvo suerte que estuviera volviendo en el coche suministrado por la iglesia, pude sentir el hedor de esos malditos e intervenir antes de que hirieran a la niña, ya han pasado siete años de eso. Montgomery aún se siente en deuda.

-Levantate, debemos buscar en los alrededores del pueblo.

Lo miré un momento queriendo decirle que se fuera y me dejara en paz, pero él tenía razón. Estaba siendo una carga. Se supone que soy el jefe de esta casa, pero también se supone que la protegería, no podía dejar de pensar en mi madre, cuando la vi bajar por la escalera usando su vestido rojo y sus perlas me dí cuenta de que ella era especial, incluso aún más de lo que fue Juliena.

No voy a dejar que mueras, no dejaré que ese maldito se salga con la suya, no esta vez. No voy a permitírselo. No voy a dejarte morir, no puedo...

No tú.

Prisionera (#2 Saga: Mariposa nocturna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora