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La razón por la que las personas se visten de negro en los funerales es porque en la antigüedad se creía que el espíritu del difunto estaba aún entre los vivos buscando un cuerpo para poseer. Según sus creencias, vestir de negro impediría que el espíritu los viese y así no tomaría posesión de sus cuerpos.

Aunque en ese momento Kaito vestía de negro, realmente deseaba que yo lo poseyera. Él creía que solo yo podría calmar a Luka en un momento así, creía qué sabría que decir, qué hacer, e incluso, como quitar todo el dolor de las personas presentes. Tenía miedo, miedo de no saber hacer lo que yo haría. Pero Kaito sentía la obligación de estar con Luka y de hacer su mejor esfuerzo por apoyarla, después de todo, me lo había prometido.

El día de mi entierro había estado perfectamente soleado. Yo amaba los días soleados. Me gustó mucho que hasta el sol se presentó a despedirse de mí.

—Lo lamento —le dijo Sweet Ann a Luka mientras la abrazaba al final de mi entierro—. Gakupo era increíble.

—Luka —esta vez fue Big Al—, si hay algo que podamos hacer por tí, cualquier cosa, no dudes en llamarnos.

—Gracias —respondió mi querida princesa con la voz ronca. Amablemente se despidió de nuestros vecinos y los vio entrar a su auto.

Lentamente cada uno de los presentes comenzó a retirarse, mis primos, mis amigos, mis compañeros del trabajo, pero ella seguía allí, parada frente mi lápida, aguantando las ganas de romperse en llanto y arrodillarse sobre el césped. Aguantando las ganas de gritar a mas no poder. Aguantando las ganas de irse conmigo.

—Sé que estas aquí —dijo de repente sin dirigir la mirada a su alrededor—. ¿Por qué no te has ido?

—Estoy esperándote —hablaron por detrás de ella.

—Estaré bien, no hace falta que hagas eso, Kaito.

—Lo sé.

Ya no hubo respuesta. Ella se quedó viendo aún a mi lápida y él la veía a ella, pudo percibir cuando se llevó una mano a la mejilla para secar sus lagrimas de dolor, lo que hizo a Kaito preguntarse: ¿Qué se sentirá perder todo por lo que solías vivir?

Se apartó del árbol donde estaba apoyado y se paró justo a un lado de Luka sin verle el rostro, como si quisiera de alguna manera respetarla al no mirar sus lágrimas. Pasó saliva y plantó la vista en mi lápida. Se tomó un momento para percibir la forma en que su corazón había comenzado a doler repentinamente. Era como si hubieran dejado una gran pila de ladrillos sobre él, y entonces, su garganta comenzó a dolerle por los gritos que liberaba desde lo mas profundo de su ser.

 —Esto es una basura —delaró con la voz ronca, sin girarse a ella—. Todo esto lo es.

—Mas bien, esto no es justo —añadió, entrelazando sus manos a la par que bajaba la cabeza—. Esto no es justo y se siente como una basura.

—Te voy a hacer una pregunta un poco estúpida —advirtió, ocultando las manos en sus bolsillos—. ¿Cómo te sientes?

—Eso sí que es estúpido —afirmó mirándolo con lo que bien podría ser una sonrisa torcida, pero aún así, no se negó a responder—: Siento que estoy debajo de una ciudad en escombros, siento que soy un rompecabezas y se acaban de perder un montón de mis piezas, siento... Siento que en estos momentos soy capaz de hacer cualquier cosa para traer a Gakupo devuelta.

—Totalmente de acuerdo.

—Kaito... ¿Por qué sigues aquí? No es muy bonito estar en el lugar donde enterraron a tu mejor amigo.

—Supongo que no quiero dejarte sola, tampoco es bonito quedarse en el lugar donde enterraron al amor de tu vida.

—Tengo mis razones para quedarme.

—Yo también; quiero evitar que te castigues a ti misma.

Luka pensó que sería adecuado sonreír luego de escuchar esas palabras, pero justo en ese momento, no tenía energías para siquiera fingir una sonrisa. Sus mejillas pesaban tanto que sus labios no durarían curvados mucho tiempo. Ambos guardaron silencio, nostálgicos, con la esperanza de que al no decir nada, sus corazones evitaran ser mas heridos de o que ya estaban.

Entonces, sorpresivamente Kaito percibió el suave roce de la mano de Luka entrelazando sus meñiques. Kaito la miró con el rabillo del ojo, sorprendido de recibir aquel gesto tan gentil, y un poco tímido. Luka bajó la cabeza, y con un débil rastro de voz susurró un agradecimiento, como si al aceptar ese tacto, Kaito le sirviera como una especie de sostén, de soporte, era de mucha más ayuda de lo que su hermana había podido ser.

Los ojos del varón se cristalizaron. Era doloroso todo, era doloroso incluso respirar, pero de repente sentía que podía soportarlo un poco más. Aquella sensación era como si Luka le llenara de fuerzas, de energía, mucha más energía de la que había podido recolectar por su cuenta. Y entonces, como tratando de decirle las gracias a ella también, terminó por entrelazar sus manos de forma firme y volteó a ver al cielo, desde donde yo le miraba, agradecido por estar ahí para ella.

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Dedicado a @Mailen-Yoku muchas gracias por leer mi fanfic ♥

[CAPÍTULO EDITADO]

Cuídala Bien [KaiLuka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora