40. Los vi juntos

986 82 12
                                    


Seguíamos en la misma posición, el me miraba fijamente esperando una respuesta.

Sus ojos verdes estaban cristalinos, podía ver que estaba apunto de soltar en llanto y para que mentir, estaba igual o peor que el.

–Por una vez piensa en ti, no en los demás –pidió, sabía que sólo en mi cabeza estaba la imagen de su novia. Pero tenía razón, era tiempo de ponerme antes que todos, era tiempo de hacer algo por mi.

No dije nada, tan sólo me lance en sus brazos. El me atrapó y me dio vueltas en el aire, sonreí mientras me aferraba más a el.

–¡Alto! Me vas a tumbar.

–No sería capas –soltó una risa y me soltó. Me quede embobada mirándole por un segundo, estaba tan cambiado y no me había percatado de eso. Pero seguía igual de guapo que el primer día que lo vi.

–Perdóname por todo Liv, por favor –pidió–. Te hice mucho daño y me arrepiento.

–Ya estas perdonado Erick, anda, levántate del suelo –lo hizo y volvió a envolverme en sus brazos, depósito un pequeño beso en mis labios.

–Me tengo que ir, pronto preguntarán por mi y se darán cuenta de que no estoy –tome mi bolso y me dirigí hacia la puerta.

–¿Quieres que te lleve?

–No. Sería como provocar tu muerte –me puse de puntillas y le di un pico–. Te amo Erick Brian.

Salí corriendo en dirección a casa, no podía creer lo que estaba haciendo o más bien lo que estaba pasando.

[...]

–¿Y dónde estuviste por la tarde? –pregunto mi hermano mientras dirigía el tenedor con comida a su boca.

–Fui a... –no sabía ni que decir, Christopher me miraba divertido desde el otro extremo del comedor.

–La mande a hacer unas compras, fue mi culpa, lo siento –me guiñó el ojo, de nuevo parecía que le había dado un tic. Me a cubierto, Christopher me a cubierto, tengo al mejor hermano.

–¿Y porque no me has mandado a mi? –preguntó de vuelta.

–¿Y porque a ti?

–Pues como se te ocurre mandarla a ella, es una niña –soltó el tenedor, cayó en los frijoles de su plato y salto un poco en la mesa.

–Tranquilo –tome su mano y le di un apretón.

–Es que no sabes como está la inseguridad afuera Liv, si te hubiese pasado algo y-yo, yo no me lo perdonaría –habló un poco más calmado. Genial. Había vuelto el Joel de siempre.

–Estoy bien, tranquilo Joe.

Christopher se levantó de la mesa sin decir palabra alguna, no se sí le afectó lo que Joel había dicho o simplemente ya no tenía hambre, aunque é de juzgar por su plato que estaba más que lleno, se devoró todo.

–Me preocupas.

–Lo se, pero estoy bien –le sonreí. Solté su mano y me dirigí a la habitación de Christopher, seguramente algo le había pasado.

–¿Se puede? –toqué, pronto la puerta se abrió, mostrándome a mi hermano sin camiseta.

Me senté en su cama, el seguía parado cruzado de brazos.

–¿Chris que pasa?

–¿Qué pasa? Enserio?

–Pues si, no se porque tu actitud.

–Te cubrí

–Si, lo se. Y gracias de verdad.

–Pero eso no es todo –habló más duro.

–¿Qué?

–Si, lo que escuchaste –se veía enfadado, no comprendía que estaba pasando.

–Chris, me asustas.

–Qué hacías con Erick, Olivia –soltó un pequeño grito, me habían descubierto, que hacia ahora.

No entiendo |Erick Colón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora