No entiendo |Erick Colón

Capítulo uno

Mi casa parecía estar tan sola en este momento, tanto que daba un poco de miedo. Lo peor de todo es que había una tormenta, no podía dormir, no había luz, no había internet. No había forma de hablarle a mis padres, quería que vinieran ya, estoy demasiado asustada.

Un golpe resonó en la planta baja, ni loca iría hacia allá, lo más maduro que pude hacer a mis dieciséis años fue taparme con mi cobija. Otro golpe, seguido de otro y no pude evitar lanzar un tremendo grito.

–Liv? –se escucho un susurro.

–No me mates por favor, soy muy joven aún.

–¿Qué? Estas bien –poco a poco quite la sábana que me cubría al mismo tiempo que me relajaba más al ver a mi hermano frente a mi.

–Joel, me has asustado, que te pasa.

–Lo siento, estaba con Richard. Vi la hora y corrí hacia acá, por si no lo vez estoy empapado. Pero tu estas bien?

–Si, sólo los truenos, sabes que los odio.

–Siento no haber llegado antes, iré a cambiarme y enseguida vuelvo.

Asentí y lo vi salir de mi habitación. Jugaba con mis manos mientras lo esperaba, un trueno cayo cerca de nuestra casa provocando un susto enorme.

–Liv??

Mi hermano llego corriendo, tenía la camisa al revés supongo que por el susto que le di. Se acercó a mi y se sentó a mi lado en la cama, me dio un abrazo y me sentí segura, no tenía miedo porque sabía que el cuidaría de mi.

–Ya es algo tarde, ¿cenaste?

–Si.

–Olivia no me mientas, se que no lo has hecho.

–Joel, enserio no tengo hambre. Con esta tormenta se me quitaron las ganas de comer.

–Ven acá.

Me acerque más y el pasó su brazo por mi hombro y me apego a el. Acariciaba mi cabello mientras cantaba " Stay with me " me recargue haciendo que mi cabeza quedara sobre sus piernas, el seguía acariciando mi cabello mientras me cantaba, lo mire a los ojos al igual que el a mi.

–Gracias.

El río y negó con la cabeza.

–princesa, nunca me des las gracias. Lo hago con gusto. Eres mi hermanita y siempre te cuidare.

(...)

Al despertar noté que Joel seguía a mi lado, tenía un brazo encima de mi mi cabeza y el otro tocando su abdomen.

–Joel.

No obtuve respuesta, lo moví de un lado a otro intentando despertarlo. Fue al tercer intentó cuando por fin abrió los ojos.

–¿Qué pasa? Es domingo, déjame dormir.

–Es lunes, lunes.

Al oír mis palabras se levanto como un rayo y corrió hacia su habitación.

Me coloque el uniforme y me hice una coleta. Tome mi mochila, teléfono y libro en mano.

–Lista? –reí al verlo, tenía el uniforme puesto pero su cabello más bien parecía un nido de avés.

–Ya has visto tu cabello?

–Liv, quedan 10 minutos, enserio eso es lo de menos. No quiero que llegues tarde por mi culpa, vámonos.

–Bien.

Ambos bajamos las escaleras y corrimos hacia la puerta, Joel se aseguró de cerrarla bien. Caminamos por lo menos cinco minutos hasta que por fin llegamos a la parada del bus.

–Creo que no pasará Joel, ya es tarde.

–No, no seas tan pesimista.

–Soy realista, son cosas muy diferentes.

Rodó los ojos y tomo mi mano en el momento en que el bus paró frente a nosotros, subimos y de inmediato me soltó. Encontró lugar junto a su amigo Richard, sin embargo yo tenía que buscar un lugar. Tres asientos detrás de mi hermano había un lugar desocupado, sonreí mientras me acercaba a el, cuando de repente choque con alguien.

–Lo siento –toqué mi cabeza quien había sufrido un fuerte golpe.

–Fue mi culpa, estas bien? –asentí.

–Veo que te ibas a sentar ahí, no te molesta si yo...

–No para nada, adelante.

Me sonrió y se sentó a mi lado. Logre escuchar un quejido por parte de alguien.

–Hola, no quieres sentarte conmigo? –mire hacia la persona que estaba hablando, mi hermano.

–Disculpa? –dijo el chico que estaba a mi lado.

–Oh, es que quiero que mi novia esté junto a mi.

Comencé a reír como loca y Joel me fulmino con su mirada.

–Ignóralo, sólo es mi hermano mayor.

Soltó una risita y comprendió, mientras tanto Joel soltó un suspiro y se encaminó de nuevo a su lugar. Era muy celoso, me molestaba un poco la verdad.
El chico conecto sus audífonos y se dedicó a escuchar música con los ojos cerrados, aproveche el momento para mirarle bien. Era muy guapo, tenía unas facciones interesantes.

–Tengo monos en la cara? –susurro sin abrir los ojos, no pude evitar sonrojarme, se había dado cuenta que le estaba mirando.

No dije nada y guarde silencio hasta que el bus paró fuera de la escuela.