–¿Qué haces? –susurró, dejo el desayuno en el buró junto a la cama y se arrodilló a mi lado.–Lo siento tanto –me lance a sus brazos, sentía temblar en cada movimiento, nunca pensé que se sintiera así.
–Qué hacías buscando en mis cosas –no lograba descifrar si estaba enojado o simplemente sorprendido.
–Erick...
–No –negó.
–¿Estas enfadado? Lo siento tanto, perdóname –lo apreté más hacia mi. El me separó un poco y me miro a los ojos.
–Claro que no estoy enojado, tan sólo... –soltó un suspiro antes de tomar entre sus manos una de las tantas cartas que había ahí–. ¿Quieres leerlas?
Tan sólo asentí, me acomode entre las piernas de Erick dándole la espalda, el me abrazaba por la cintura mientas recargaba su cabeza en mi espalda.
–¿Seguro que está bien el que las mire?
–Si, después de todo, eran para ti –beso mi hombro provocando cierto escalofrío.
Tome la siguiente carta, la número cuatro.
Carta 4
Liv, amor. Lo sentí, te sentí. El doctor dice que estoy loco y que tal vez lo aluciné o algo así pero la verdad es que no, moviste un dedo, lo hiciste. Se que saldrás de esta, estoy tan seguro.
Tu hermano Joel ha estado de un humor insoportable, no me imagino como podías aguantar a ese bobo. Está sufriendo mucho por ti, al igual que todos.
Carta 5
Hola amor,
El día de hoy está carta será algo extraña porque te contare algo que pasó.
Conocí a una chica. Su nombre es Verónica, está en la misma sala que tú, me contó padecer de problemas en el pulmón y que tal vez cuente con poca vida. No puedo negarlo, al oír eso casi quería estallar, porque dios se empeñaba en llevarse a las buenas personas, que tan mal hemos hecho.
Te amo, nunca lo olvides porqué no dejaré de hacerlo.
Dejé la carta sobre el suelo suavemente. Ahora entiendo todo, la había conocido en el hospital.
El al ver mi reacción tomo la carta y comenzó a leerla.
–Liv –susurró a mi oído–. Fueron cartas de casi un año, no tienes nada de que...
–¿Nada de que preocuparme? –rodé los ojos, en parte tenía razón. Y no estaba enfadada por que me había abandonado, eso con el tiempo lo había aprendido a sobrellevar. Era el hecho de que Verónica estaba enferma, me arrepiento tanto de las cosas horribles que dije, jamás pensé que estaría en esa situación.
–Quiero verla –hablé decidida.
–¿Qué?
–Si, quiero ver a Verónica.
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No entiendo |Erick Colón
FanfictionLa vida a veces no es cómo uno espera, no todo era color de rosa, no encontrabas a tu príncipe azul tan fácilmente y claro, no siempre había un final feliz cómo todas las historias cuentan, no siempre se tiene lo que se quiere, así de simple.