CAPITULO VIII

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El año 800 estaba transcurriendo y, como cada año, se celebraba la temporada de escaramuzas en está ocasión con Porti y Caselael como finalistas quienes, ya casi terminando su tercer año, se volvieron muy populares entre los espadachines por sus habilidades y liderazgo.

Ambos niños fueron llamados. Caselael y Porti se miraban con una sonrisa y una mirada llena de competitividad. Caselael le gritó a Porti: -¡Es hora de que el gremio se entere de que soy el número uno! –Porti se rio y le respondió: -¡Claro, se enteraran de que eres el numero dos! –Caselael sonrió y se puso en posición de combate al igual que su amigo.

Este año, a petición de los niños y por gusto de los espadachines se les permitió la batalla final a mano limpia pues todos querían ver al máximo las habilidades de pelea de ambos niños.

El combate dio inicio y cada niño corrió contra el otro sin titubear. Caselael lanzó un puñetazo contra Porti quien se cubrió y se lo regresó, pero Caselael lo evadió y atacó con una patada la cual fue rechazada por su adversario.

Porti brincó y lanzó una serie de patadas contra Caselael quien ya solo alcanzó a cubrirse para poder contratacar con una serie de combos de puños y patadas que Porti esquivaba y cubría perfectamente bien empezando, poco a poco, a responder a los combos de Caselael con sus propias series de combos y, de tanto en tanto, cada uno iba haciendo retroceder a su oponente hasta que ambos asestaron una patada en el rostro de su adversario.

Cada uno se alejó y, una vez más corrieron, pero ahora brincaron comenzando una batalla aérea que volvió rápido al piso pero que constantemente volvía al aire.

Varios minutos habían pasado y ambos niños empezaban a sentir el cansancio de haber estado atacando con todo. Los espectadores gritaban enloquecidos ante tal muestra de poder. Danlumi, que también estaba presente, procuraba mantenerse seria, pero esperaba con ansias la victoria de Caselael. De igual forma unos espadachines ovacionaban a Caselael y otros a Porti.

La batalla volvió a ser netamente en el suelo. Porti logró asestarle varios golpes en el rostro a Caselael y este varios a Porti en el rostro y en el estómago. El sudor se empezaba a mezclar con la sangre, Caselael quería terminar rápido con la batalla y se abalanzó contra Porti intentando hacerle un suplex el cual fue perfectamente tolerado por Porti quien alcanzó a meter las manos utilizando el impulso para dar media vuelta e impactar a Caselael contra el suelo más esté soltó a Porti y alcanzó a meter las manos para hacer una maroma y terminar de pie.

Porti aprovechó levantándose y aplicándole unas tijeras a Caselael arrojándolo al suelo. El niño intentó levantarse más Porti alcanzó a someterlo con una llave para hacerlo dormirse hasta que lo logró llevándose la victoria.

A Caselael, una vez más, le tocó despertar en la enfermería. Danlumi, Porti, Yahara y Meso estaban con él. Caselael habló entonces: -Mierda Porti, me lograste ganar y con una llave. –Porti rio y le dijo a su amigo que no era para tanto, solo aprovechó un descuido, de otro modo hubiera sido al revés o hubieran terminado en empate.

Los niños platicaron por horas en la enfermería, se habían hecho buenos amigos. La noche llegó y el curandero le pidió a Danlumi, Meso y Yahara dejar la enfermería. Porti y Caselael se quedaron a descansar y curar sus heridas que, para ambos, fueron graves resultado de dar el máximo en batalla.

Pasaron algunos días y la graduación llegó donde Porti, Caselael e Iscarel se llevaron menciones honorificas por ser los mejores de su graduación.

Con la graduación la noche llegó y la última presentación de la música de Caselael y Porti sonó aquella noche en el gremio. Sin pensar mucho en ello, el ambiente rebozaba jubilo. Todos bailaban y cantaban junto a los músicos las canciones que ya habían popularizado para aquellos tiempos.

CASELAELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora