CAPITULO XVI

1 0 0
                                    

Caselael se acercaba lentamente a sus compañeros y, poco a poco, empezaba a enfundar su espada y a recuperar sus ojos normales, así como su consciencia y dijo:

–Tranquilo Porti, ya está pasando el efecto.

–Porti se sorprendió sobre todo al ver a su amigo caer al suelo inconsciente después de aquellas palabras. El joven tomó a Caselael y volvieron a resguardarse en el cuarto de navegación.

Los gargles, al ver a su reina muerta, huyeron del lugar sin dar más pelea y sin tomar más víctimas. En el cuarto Maru seguía aun concentrado mientras el cruzavientos chocaba con el suelo logrando, por fin, el aterrizaje y de algún modo, el cruzavientos logró quedarse recto gracias a los árboles que lo sujetaban en toda su base.

Maru dejó de concentrarse, sudaba y la nariz le sangró por el desgaste mental. El niño miró a Mul y le dijo feliz:

–¡Lo logramos, aterrizamos la nave!

–Mul, que estaba sentado, parecía haberse quedado dormido y Maru insistió en hablarle y moverle para que reaccionará. Meso se dio cuenta de la situación y tomó al niño para alejarlo del mago que había muerto desangrado. Maru entendió lo que pasaba y empezó a llorar gritándole al mago que se despertará, que no se muriera. Yahara se acercó a Maru y lo abrazó fuertemente para que el pequeño se desahogará en llanto.

Mientras tanto Ani, Caselael y todos los demás heridos recibían primeros auxilios. Porti salió junto a Iktor a inspeccionar los alrededores encontrando todo tranquilo, con ello optaron por establecer guardias para pasar la noche y poder decidir con mayor calma cual sería la mejor solución en la mañana siguiente.

A mitad de la noche Caselael despertó y vio a Ani que ya estaba atendiendo a los heridos pese a que ella también estaba herida. El espadachín buscó a Porti y para cuando lo encontró lo vio curándole las heridas a Araganta quien al ver a Caselael le preguntó:

–¿Estas bien?

–Caselael afirmó con la cabeza y agregó:

–Si y vengué a Doru, lamento tu perdida.

–El grifo encogió la cabeza y afirmó:

–Supongo que la desgracia siempre persigue a los guerreros.

–Caselael negó las palabras del grifo y agregó:

–No, la desgracia nos persigue a todos, este mundo se ha vuelto peligroso.

–El grifo se rio y exclamó:

–¡Supongo que jamás dejaras de intentar imponerte a mí!

–Caselael negó una vez más diciéndole:

–Mira a tu alrededor, no todos los sobrevivientes son guerreros y aun así han tenido que hacerle frente a la desgracia y llorar a los seres queridos que perdieron esta noche.

–El grifo miraba a su alrededor, el ambiente era deprimente, algunos aun sollozaban su pena, otros estaban idos, algunos dormían cansados de tanto desgaste emocional, definitivamente el ambiente era tristemente amargo.

Porti estaba sorprendido de que Caselael realmente pudiese hablar con el grifo y, antes de intentar decir algo, Caselael lo abordó:

–Porti, estamos en peligro, no es seguro quedarse aquí. Los gargles que nos atacaron venían en manada, muy probablemente huyendo de algo. Aquí la verdad fue solo nuestra mala suerte la de que nuestros caminos se cruzaran orillándolos a querer convertirnos en su aperitivo para el viaje.

–Porti entendió bien del asunto pues sabía que no era normal ver a la reina viajar nada más porque sí. Entonces cuestionó a Caselael por lo que sería lo más óptimo y este le respondió:

CASELAELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora