Quisiera poder ver si te desnudas

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"No creo que el fútbol sea tu deporte favorito, ¿eh?"

Esta pregunta viene de mi mejor amigo Villa. A él le gusta burlarse de mí, ya que sabe que el fútbol es el deporte que mejor se le da, mientras que a mí se me da bastante mal. Me gusta, pero nunca podría jugarlo tan bien como él.

"Pues, hay otras cosas que soporto más," respondo sonriendo, sabiendo que mis notas son las más altas de la clase.

"Bueno, no puedo contradecirte..." responde Villa y se quita su camiseta de deporte.

Acabo de ponerme mis lentes nuevos cuando veo a Villa. Es algo normal ver mi mejor amigo medio desnudo, ya que tenemos deporte cada semana juntos y hemos nadado en la piscina muchas veces antes. Sin embargo, es la primera vez que lo veo de verdad. No sé por qué lo miro en este momento, pero su cuerpo atrae mi mirada, poniéndome nervioso.

Villa está parado a mi lado y se agacha un poco para guardar su camiseta doblada en su bolsa de deporte, lo que me permite ver sus hombros y su espalda. Noto su piel tenuemente blanca que casi no tiene ningún defecto. Los músculos de su espalda se mueven lentamente cuando estira su brazo para alcanzar su jersey favorito. Una gota de agua cae de su cabello mojado y desliza ligeramente sobre sus omóplatos hasta el dobladillo de sus calzoncillos y desaparece. Necesito tragar saliva. No sé por qué, sólo no puedo dejar de mirar su pecho cuando él se gira para ponerse su jersey. Otra gota se pone en marcha hacia abajo su pecho y acaba en su tórax delgado. Parece como si Villa se diera cuenta y la seca con su toalla. Me siento un poco decepcionado y me pregunto por qué me interesa tanto su cuerpo. Si yo quiero ver un cuerpo masculino, podría mirar el mío.

"¿Monchi, has terminado?" pregunta Isaza, que también acabó el entreno, interrumpiendo mis pensamientos. Su cabello suave brota de su cabeza y me ve preocupadamente.

"Sí, ya está," respondo rápidamente y cojo mis cosas. "¿Villa?" me fijo en sus ojos oscuros.

"Sí, claro," me contesta y me mira sonriendo. Su sonrisa me pone tan feliz, una cosa de la que acabo de darme cuenta.

No sé qué está pasando. Villa actúa como siempre, pero yo me siento diferente. Algo me hace querer ver el torso desnudo de Villa otra vez. Ay, quiero darme un golpe fuerte. ¿En qué estoy pensando? Sólo tendría que decirle que está demasiado delgado. Parece tan flaco, como si se hundiera en su jersey. Debería cubrir Villa con mi propio calor para que no esté tan frio. Quiero abrazarle.

¡Dios mío! Tengo que frenar estos pensamientos. Intento enfocarme en cerrar mi bolsa correctamente, pero el zíper está atrapado. Lo jalo, pero no se mueve ni un milímetro. De repente me molesta. Todo me molesta, sobre todo mis propios pensamientos. Con un tirón fuerte logro cerrar el bolso. Sin embargo, estos putos pensamientos se quedan.

"¿Quieren ir a mi casa? Mi abuela cocinará hoy. ¿Qué creen?" pregunta Isaza.

"¡Sí, por supuesto!" contesta Villa, alegre y exagerando como siempre. "¿Y tú, Monchi?"

"No puedo... saben que tengo que completar este proyecto para la clase de historia..." les respondo.

"Ah, sí, tú y tu clase de historia..." se burla Villa, riendo.

"Entonces, nos vemos mañana." Isaza sale del vestuario y Villa le sigue. Siento una punzada en mi pecho que normalmente no debo sentir. Celos, envidia... dentro de mí sé que lo extraño, aunque se fue hace sólo unos segundos.

"Hasta mañana," contesto un poco triste. Es la verdad que tengo un proyecto de historia, pero esta no es la razón de mi repentina tristeza. Me doy cuenta de que no quiero acompañarlos, tampoco hacer mis deberes.

Quisiera poder ver si Villa se desnuda.

LadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora