(Lo mejor sería que ustedes escucharan la canción de arriba mientras lean lo siguente.)
Estamos sentados en una mesa grande en La Tea, nuestro bar favorito, platicando y riendo entre amigos. Villa está de buen humor y ríe sobre todos los chistes. Acá venden las mejores hamburguesas de Bogotá y a Villa le encantan las de ternera, odia las de pollo. Aunque lo estoy pasando bien, con todos mis amigos y un ambiente magnífico, no puedo dejar de pensar en mi amor en vano hacia Villa. Lo estoy mirando todo el tiempo, sus ojos, su boca cuando ríe y el mechón que siempre está en su frente... No me importa que mi mirada se vea rara, quiero aprovechar los segundos en los que puedo fijarme en él sin que Villa se lo dé cuenta.
"Creo que he bebido demasiado. ¡Me voy al baño, perros! ¡Dejen salir el cumpleañero!" dice Villa, riendo y buscándose un camino a través de sus amigos. Siento un empujón en mi brazo y giro mi cabeza para ver a Isaza mirándome.
"Encontré tu tarjeta de cumpleaños," me informa y de inmediato se pone de pie. "¡Te acompaño, Villa!" grita sobre la mesa, pero el cumpleañero ya no lo oye. Tengo que confesar que me quedo un poco confundido. ¿Por qué Isaza me dice que tiene mi tarjeta para Villa, y después se va al baño? Otra vez siento un empujón. "Venga, vente conmigo," susurra Isaza y anda hacia los baños. No entiendo nada de la situación, pero hago lo que Isaza me pide. Caminamos hacia la pared que tiene los baños a la izquierda y la puerta para afuera a la derecha, y Isaza se detiene.
"¿Qué haces?" le pregunto, muy confundido.
Se apoya en la pared y se peina su cabello con una mano. "Estoy esperando," aclara.
"¿Para qué?" empujo mis gafas en mi nariz y cruzo mis brazos. De repente, Villa sale de la puerta de los baños y nos ve, sorprendido.
"Para él," me contesta Isaza y se dirige a Villa. "Sígueme, encontré la tarjeta de cumpleaños de Simón. Quiero mostrártela." Se pone en marcha hacia la puerta principal y la abre para salir del bar. No sabiendo qué Isaza quiere hacer, le seguimos.
"¿Qué quieres mostrarme, Isa?" pregunta Villa. Estamos de pie en la acera enfrente del bar. El aire frío de la noche de Bogotá nos envuelve y sólo pocos coches pasan en la calle. Unas farolas iluminan la acera, donde Isaza despliega un papel y se lo da a Villa.
"Esta tarjeta te la quiso entregar Simón, pero pensó que la olvidó en casa. La olvidó en su escritorio, yo la vi y la metí en el bolsillo. Creo que ahora es un lugar mejor para entregártela que antes en tu casa..." nos explica por fin.
Miro el papel en las manos gráciles de Villa y me doy cuenta de que no es la tarjeta, sino sólo un papel con muchos pliegues. Es mi canción.
"¡Para! ¡Para, Villa!" grito y quiero sacarlo de sus manos, pero Isaza me bloquea el camino. "¡Afuera!" le grito, pero mi amigo se queda como está.
"No," dice firmemente y me abraza.
"¡Para!" grito otra vez, desesperado. "¡Isaza, déjame!" Intento liberarme de sus brazos, pero me sujeta fijamente.
"No, Monchi," repite su respuesta anterior. Con toda mi fuerza intento deshacerme de sus brazos, pero Isaza es más alto y más fuerte que yo. Siento lágrimas quemando en mis ojos. Villa está leyendo todo. Todo.
Dejo de empujarle y miro a Isaza. "¿Por qué?" le pregunto con un hilo de voz. De repente retira sus brazos.
"Porque su comportamiento era casi tan obvio como el tuyo," dice con una sonrisa y vuelve al bar. Me quedo en la acera con la farola iluminando la cara hermosa de Villa. Ha terminado de leer la canción. Sus ojos brillan en la luz, llenos de lágrimas. Alza su vista para mirarme y se acerca. Una lágrima desliza lentamente sobre su mejilla. Por unos segundos sólo nos miramos, sin decir una palabra.
"Simón..." susurra Villa. Yo no puedo dejar de llorar y mirar a Villa. Estoy arruinado. Sabe todo y no tengo una excusa.
"Todo es verdadero." Eso es lo único que puedo decir y con esto lloro aún más.
"No llores... está bien..." Acaricia mi hombro. Eso me tranquiliza un poco.
"Pero lloras también, Villa." Una pequeña sonrisa aparece en mi cara por unos segundos.
Villa ríe su risa encantadora con los ojos mojados. "Lo sé..." Una nueva lágrima resbala sobre su rostro bello. Cautelosamente y con delicadeza borro la gota con mi pulgar, sujetando su cabeza en mi mano. Sorprendido, noto que Villa cierra sus ojos y se apoya en mi mano, inclinando su cabeza. Inconscientemente, acaricio su piel suave con mi pulgar. Villa abre sus ojos y me mira. Sólo con esta mirada podría desmayarme inmediatamente. Sus ojos se inclinan un poquito, pareciéndose a los ojos de un cochorro. Mi corazón explota de amor a este contacto íntimo de tocar su piel y mirarle.
Villa se acerca un poco más y pliega el papel para guardarlo en el bolsillo de su pantalón. Se inclina hacia delante y susurra en mi oreja, sus labios perfectos sólo unos milímetros a mi lado. "No habrá más heridos."
Mi corazón deja de latir. Las mariposas en mi estómago vuelan como locas. Sólo puedo pensar en una cosa.
Aunque hay suficientes heridos,
Habrá más hasta que me quieras.
Villa se fija en mí y lentamente toca mi mejilla. Mi respiración se acelera. Puedo oír Villa respirando rápidamente también. Me parece como si estuviera en un sueño. Despacito, estiro mi mano y muevo el famoso mechón de Villa, tocando su piel y oyendo mi corazón. Villa sonríe y toma mis dos manos con las suyas. Ahora estamos tan cerca que Villa respira el mismo aire que yo.
"Simón... te amo," susurra. Y con esto me besa.
El mundo alrededor de mí explota y siento sus suaves labios perfectos en los míos. Son calientes, sin embargo, un escalofrío baja mi espalda. Villa logra subir mi pulso aún más a través de colocar sus manos exactamente donde sentí el escalofrío y empieza a acariciar mi espinazo lentamente. Siento su calor, su boca, su cuerpo... siento a Villa.
Instintivamente coloco mis manos en su cintura y le atraigo más cerca a mi cuerpo. Villa intensifica el beso y acaricia mi cabello con sus dedos. Sus labios, su lengua... Temo que mis piernas cedan. La mano de Villa en mi nuca empuja mi cabeza aún más cerca. Lentamente y con cautela, muevo mis manos más bajo, tocando sus nalgas suavemente. Sus rodillas tocan las mías, su cadera la mía, su pecho el mío y sus labios los míos. La sensación de su proximidad provoca sentimientos increíbles. Quiero que el beso nunca acabe.
"Monchi..." susurra Villa, pero lo beso otra vez. "Simón..." murmura. "Simón, tengo que respirar," dice sonriendo con su frente apoyada en la mía.
"Lo siento..." susurro, ya extrañando sus labios en los míos.
"Está bien..." responde con una sonrisa y muerde su labio. Agarra mi cabeza con sus manos y acaricia mis mejillas con sus pulgares, mirándome a los ojos. En este momento, sólo siento amor, puro amor.
"Tú robaste mi corazón, Villa."
Villa sonríe. "Soy un ladrón según tu canción. Te confieso que me encanta romper las leyes."
"No me importa. Yo te amaré, ladrón."
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Ladrón
FanfictionParte 1 Era mi mejor amigo. Por supuesto, también tenía a Isaza y Alejandro, y a mi hermano Martín con quien siempre me he llevado bien, pero mi amistad con Villa era algo diferente. Teníamos una conexión mental, así que sabíamos que pensaba el otro...