Y como no estás, voy a intentar seguir durmiendo

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No puedo seguir durmiendo. Este sueño me ocupa tanto que no puedo volver a dormir. Para distraerme decido leer, pero Isaza bloquea mi salida de la cama, que está situado en un rincón de mi cuarto. Echo un suspiro de desesperación. Fantástico.

Me irgo con cautela para no despertar a Isaza y paso mi mirada sobre la habitación. La luz débil de la luna entra por la ventana, suavizado por las cortinas cerradas, pero todavía es capaz de iluminar el torso desnudo de Villa. Por supuesto es totalmente normal dormir sin camiseta, Alejandro a su lado hace lo mismo, pero mirándole no provoca ni siquiera un poquito del calor dentro de mí como el que Villa me provoca. Siento un deseo raro al ver su pecho subiendo y bajando con suavidad. Empezando en su cara, recorro su cuerpo con mi mirada.

Tiene una expresión satisfecha y feliz, quizá sueña algo similar que yo. No, probablemente no. Muy probablemente no.

Su nariz respingada se mueve un poco y Villa echa un sonido indefinible, como una palabra en una lengua extranjera. Nunca he visto una nariz tan perfecta, tan linda. No puedo hacer otra cosa que adorarle, podría observarle cuando está durmiendo eternamente. Me da un sentimiento tan pacifico, tan tranquilo.

Por enésima vez noto sus labios. ¿Quién puede resistirlos? ¿Quién no quiere besarlos? Nunca en toda mi vida los he tocado, ni siquiera los he rozado en alguna lucha por la última galleta. Al final siempre la hemos compartido. Quiero saber cómo se sentirían. En los míos. Suaves, tiernos, delicados, y calientes, deseando mi boca...

Bajo mi mirada a su cuello y a sus clavículas, que destacan definidas de su pecho. A pesar de comer mucho, siempre se queda tan delgado. Observando su torso, no puedo dejar de imaginarme que yo acaricie su piel desnuda lentamente. Subiendo hasta el vello fino en su nuca, agarrando su cabeza y besándole. No daña a nadie que piense en estas cosas, porque de todos modos nunca serán realidad. Villa nunca estaría a mi lado, durmiendo. Echo un suspiro.

Y como no está, voy a intentar seguir durmiendo.

LadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora