Y me hace falta el aire que tú no respiras a mi lado, aunque a ti te da igual

1.2K 158 14
                                    

Estoy sentado en el autobús en camino a nuestras casas, al lado de Villa y, como siempre, estoy pensando en él. Nuestra amistad no cambió en el mes pasado; Villa no mencionó mi ausencia en la fiesta ni mi intento miserable de mostrarle mis sentimientos. Siguió como siempre: alegre, divertido y dramático.

Yo también he intentado actuar como antes pero cada día es más difícil. He empezado a notar sus gestos preciosos y sus propios hábitos que me hacen imposible no sentir mariposas en mi estómago y un calor difundiéndose en todo mi cuerpo. A veces muestra su lengua rosa cuando sonríe o mueve su ceja en una manera tierna. Todos esos detalles me hacen volver loco. Igual como su aliento en mi cuello, acariciando mi piel rítmicamente en este momento.

Lo miro y me doy cuenta de que Villa está durmiendo. Su cabeza desciende lentamente hasta que se apoya en mi hombro.

"¿Villa?" le pregunto susurrantemente pero no se mueve. Sólo sigue respirando rítmicamente con la boca un poquito abierta, con un mechón de su cabello oscuro en el frente, con sus labios hermosos solo unos centímetros de mi hombro...

Levanto mi mano con cautela y la estrecho hacia su cabeza. Empiezo a acariciar su cabello suave con delicadeza como si fuera una flor preciosa que se cerraría si se la toca con demasiado fuerza. Puedo oler el aroma fresco de su recién lavado cabello. Muevo mis dedos lentamente y siento sus suaves greñas en mis manos. Por un momento, siento pura alegría. Villa durmiendo y yo a su lado.

Pero tan rápido como ha llegado mi sonrisa, desaparece. Villa se mueve y echa un murmullo. Retiro mi mano rápidamente como si me hubiera quemado. Espero que él no lo haya notado, pero Villa se irgue súbitamente y se aleja de mí, apoyando su codo en la ventana a su otro lado. Villa mira por la ventana para unos segundos sin decir nada. Aguanto mi respiración, inseguro de que él se enoje. Pero Villa sólo se queda silencioso y no me mira. Me obligo a actuar normal, pero en mi cabeza me estoy volviendo loco. Mis pensamientos actúan sin control.

Ahora que Villa no apoya su cabeza en mi hombro tengo frío y me siento incómodo. Echo de menos el caliente aliento de Villa en mi nuca. Ya no puedo respirar bien.

Me hace falta el aire que él no respira a mi lado, aunque a él le da igual.

LadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora