Yuri on Ice!!! No me pertenece, es obra de sus respectivos autores. Fic hecho sin fines de lucro.
Su rostro inescrutable repasaba las líneas del documento que tenía entre sus manos cuidadosamente, el hombre en frente de él recitaba casi de memoria aquello que estaba escrito y Viktor leía a la par:
Otabek Altin. 25 años. De ascendencia kazaja, nacido en la ciudad de Quebec, Canadá.
—A los veinte años se recibió de la Academia de policía en dicha ciudad, tres años más tarde, debido a sus altos valores, rendimiento y dedicación, los superiores solicitaron su traslado a la ciudad de Toronto donde se le asignó el rango de agente federal de la Policía Montada de Canadá, continua sus estudios especializándose en criminología forense en la universidad abierta de Toronto; encontrará excelentes referencias de sus maestros y los superiores en las siguientes hojas.
Celestino Cialdini se encontraba frente a Viktor Nikiforov, antiguo y muy respetado patinador artístico masculino, retirado de las competencias hace mas de cinco años pero no así de los medios, aunque por razones meramente altruistas.
Viktor Nikiforov era un respetado y exitoso hombre de negocios quien, una vez que su periodo como competidor artístico hubiese terminado, se dedicó de lleno a la organización de espectáculos sobre hielo, sin embargo, su lado filántropo le hizo ganarse un puesto como embajador de la paz de su país, donde de vez en cuando, requerían su presencia en magnos eventos a favor de la caridad.
Cosa a la que el corazón puro y noble de Viktor no podía rechazar, mucho menos cuando su pareja de vida, su antiguo pupilo, Yuuri Katsuki, le pedía asistir.
—¿Es el mejor hombre que tiene, comandante Cialdini?— preguntó alzando la ceja, el hombre le sonrió con absoluta confianza.
—No hay nadie más noble y dedicado que el agente Altin, que no le engañe su edad, es un chico bastante maduro y sensato, le aseguro que hará su trabajo a la perfección.
—Eso espero—. Viktor dejó el legajo con la hoja de vida del agente sobre el escritorio, llevándose una mano a la frente, masajeándola en señal de estrés.
—Bueno, si es todo lo que necesita, embajador, será hora de retirarme, el agente Altin vendrá mañana a primera hora para presentarse formalmente—. Viktor asintió despidiéndose y agradeciendo por su tiempo, una vez que se vio solo en la sala donde vivía temporalmente, se estiro en su asiento, mirando al techo.
—Espero que Yuri no lo arruine de nuevo.
-.-.-.-.-.-
Abrió los ojos al mismo tiempo que el despertador daba el primer repiqueo, restregó los puños en el hueco de sus ojos con cansancio, apenas si había dormido hace unas horas por terminar una tarea y ya tenía que despertarse para cumplir sus obligaciones.
—No eres un niño para andar renegando. Levántate—. Se reprochó mentalmente incorporándose de la cama, Otabek apagó la alarma en su camino al baño y se enjuagó la cara para luego regresar a su alcoba y empezar una serie de ejercicios aeróbicos para estirar los músculos.
Pasaron más de quince minutos cuando finalmente paró para tomarse una ducha, mientras dejaba que el agua cayera por su espalda, recargo su frente contra los azulejos cerrando los ojos, pensando en el itinerario que tenía que cumplir durante las próximas veinticuatro horas:
Ir al trabajo, ordenar mi papeleo.
Cerrar el informe del caso Baxter con el comandante.
Acompañar a JJ a buscar un traje.
Recoger a Rocket del veterinario.
Hacer el mandado.
Lo pensó otra vez, negando con la cabeza y reformulando.
Hacer el mandado primero, luego recoger a Rocket. No confiaba que su perro se quedara quieto mientras el hacia el súper, pero eso le haría devolverse varias calles para recoger al animal y luego ir al departamento.
Entonces recordó otra cosa y rodo los ojos con hastío.
En algún momento ir a la casa del embajador para la nueva asignación.
Bufó cerrando la llave y saliendo de la regadera, mientras se secaba el cabello no podía dejar de preguntarse porque le habían asignado ese tipo de casos, él era un agente especializado en criminología forense -o al menos estaba a punto de recibir su título por eso- el haberle dado esa misión le hacía sentir, en cierta forma, degradado.
Aunque no se quejó frente a su superior, su compañero Jean Jacques Leroy, o mejor conocido como JJ, estuvo molestándolo con ello todo el día.
Un niñero... no termine la carrera para terminar siendo la nana de un chico rebelde.
Oh si, Otabek se había informado bien acerca del hermano del embajador y si, el chico tenía cara de no romper ni un plato, su fama rebelde y actitud huraña rompían toda la ilusión de "adorable ángel" que los medios retrataban.
El agente conocía bien esos casos y apostaba que el rubio, harto de la imagen de "familia perfecta" que su hermano y su pareja daban -sumado el hecho de que eran figuras reconocidas por sus labores altruistas con la comunidad LGBTI- se había fastidiado y buscaba llamar la atención, puesto que, suele suceder en las familias famosas, la imagen que proyectan es muy diferente a lo que son en realidad.
El único problema de Otabek es que no tenía el tiempo ni las ganas de soportar los caprichos de un adolescente. Tenía cosas más importantes que hacer, algún caso necesitaba ser resuelto, hacer una guardia montada en las afueras -hace mucho que no veía a Zoe- y estaba su tesis, ¡tenía que avanzar en su tesis!
Después de desayunar, aún con sus cavilaciones y sabiendo que no podría hacer algo al respecto, salió resignado a su trabajo.
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Hola mundo! Aqui trayendo una nueva historia recien salida del horno :) espero que les guste :) Nos vemos en la siguiente actualización.
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MI GUARDAESPALDAS
FanfictionOtabek Altin, un agente federal de la Policía Montada de Canadá se encuentra con el caso más difícil de su corta trayectoria: Proteger al rebelde hermano menor del embajador de la paz de origen ruso, Viktor Nikiforov durante su estadía en la ciudad...