Capitulo 20.5
Tenía la mirada fija en el rostro del hombre que dormía profundamente.
Llevó su mano hasta su frente, retirando los mechones de pelo de su cara.
Seung Gil suspiró por segunda vez en lo que va de la hora. Todo estaba muy silencioso.
Solamente se escuchaba el sonido de la máquina que monitoreaba los latidos del corazón de su compañero junto con la respiración pausada de este.
Hizo una mueca de disgusto, no se dio cuenta de lo incómodo que era ese silencio hasta que le pareció extraño estar en la misma habitación que Leroy y este no hiciera ruido alguno.
—No te queda estar tan quieto— le hablo al hombre inconsciente, aunque sabía que no despertaría en un buen rato.
Su mente volaba entre los últimos sucesos y el presente, haciendo que le doliera la cabeza.
—Solo a ti, imbécil, se te ocurre jugar al 007— reclamó en voz alta, el otro chico siquiera se movió, —¿Qué demonios pretendías al ir a ese lugar sin refuerzos? Se supone que fuiste a la academia— recargo la cabeza en el respaldo de la silla, mirando hacia el techo.
Jean siempre ha sido un chico impulsivo y enérgico; parecía no tener un botón de apagado, y su actitud siempre tan relajada le sacaba de quicio desde que llegó a ese lugar:
Usó el reflejo en una ventana para verificar que su cabello estuviera en perfecto orden.
Bajó la cabeza para ver qué sus zapatos no tuvieran una mota de polvo o suciedad, posteriormente revisó que la corbata gris, la cual tardo más de una hora en escoger para ese día, no le llegase ni arriba del ombligo ni muy debajo de la hebilla del cinturón. A pesar de haberlo hecho decenas de veces antes de salir de casa.
Tras un suspiro tocó a la oficina del comandante Celestino Cialdini. Ya casi tenia el puesto asegurado como uno de sus oficiales, después de todo, el mismo hombre escogió su currículum de entre muchos más y Seung Gil fue convocado a una entrevista personal para dicho trabajo.
Cuando recibió la llamada por parte de la oficina de recursos humanos se puso a caminar nerviosamente por la habitación, desesperando a su perro, por lo que tuvo que salir para tomar los datos pertinentes.
Después de escuchar un "pase" al otro lado de la puerta, Seung Gil entró, intentando mostrar el rostro más serio y formal posible. No le era difícil ya que así era su personalidad.
—Wow, hombre ¿Donde es el funeral?— lo primero que vio fue su gran sonrisa de comercial, enseguida se fijó en sus ojos: azules y brillantes, mirándole con diversión.
Seung Gil frunció el entrecejo, agravando más su rostro.
—¿Disculpa?— no quería ser grosero pero no entendía su comentario.
—Hombre, es que traes una cara como si alguien hubiera muerto...o espera, ¿es así? Lo siento mucho— al parecer el tipo cambiaba muy fácil de emociones, ya que ahora su rostro se veía acomplejado, tal vez por decir algo inapropiado.
—No entiendo de qué estás hablando, pero si acaso te estás burlando de mi...— el oficial alzó las manos, interrumpiendolo, despreocupado.
—Oh, mi error, lo siento. Aunque creo que ya me disculpé. Por cierto, mi nombre es Jean Jacques Leroy pero todos me dicen JJ o rey. Supongo que eres el chico nuevo, ¿cierto? Celestino dijo que vendrías hoy... Si todo sale bien ¿que te parece ir a celebrar tu nuevo trabajo en un bar? Conozco uno muy...— comenzó a marearle tanta palabrería sin sentido, así que lo detuvo con un movimiento de mano.
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MI GUARDAESPALDAS
FanfictionOtabek Altin, un agente federal de la Policía Montada de Canadá se encuentra con el caso más difícil de su corta trayectoria: Proteger al rebelde hermano menor del embajador de la paz de origen ruso, Viktor Nikiforov durante su estadía en la ciudad...