Epílogo

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5 AÑOS DESPUÉS

"Yuri Plisetstky" sonrió al leer la información de la pared falsa que daba la entrada a la galería que visitaba ese día.

Había recibido la invitación por un mensaje hace un par de días y arregló todo de manera que Jean cubriera el puesto en su ausencia, despuès de todo, el gran hombre necesitaba recuperar el ritmo de trabajo tras su idílica luna de miel de un mes en Corea... no le mencionó que tendría como reto el coordinar la seguridad en el evento de caridad que organiza la ciudad anualmente... lo dejaría lidiar con eso llegado el momento.

Espero pacientemente en la entrada, observando que algunas personas se interesaban en la primicia de la exposición y se adentraban a echar un vistazo. Oatbek sonriò, emocionado por verla también.

—Hey!— un joven rubio de cabello rubio y vestido de etiqueta le saludó con una sonrisa, Otabek lo envolvió entre sus brazos y ambos compartieron un corto beso de recibimiento.

—No tuviste problemas para llegar?

—El hotel esta cerca de la galería, vine caminando.

—Tonto, te dije que te quedaras en casa, asi veníamos juntos.

Otabek entornó los ojos y Yuri soltó un bufido que levantó el flequillo en su frente, colocó un brazo en la espalda del moreno y lo guió dentro de la galería.

El buen ojo del joven ruso para la fotografía llamo la atención de varias revistas de diversas índoles, desde la farándula hasta las revistas dedicadas a la naturaleza y también el arte abstracto, sin embargo, Yuri tenía como interés y punto fuerte la fotografía deportiva, específicamente, el patinaje artístico.

Al tener como principal ejemplo a su hermano y también haberlo practicado de primera mano, le permitió al joven ruso leer las expresiones y figuras de los patinadores en el momento en que ejecutaban sus movimientos.

Para cualquier persona el salto y aterrizaje captados en el momento era una toma perfecta, sin embargo, Yuri se encargaba de buscar el ángulo correcto, posición de manos, pies y rostro para hacer la toma perfecta... y la mayoría ocurrían en una fracción de segundo.

Las fotografías de Yuri expresaban el sentimiento que el patinador demostraba en ese momento; si estaba interpretando a un guerrero a punto de entrar en batalla, la sensualidad de un tango en pareja, o la inocencia de una joven al encontrar al amor de su vida en medio de una fiesta... todas estas expresiones eran estudiadas y captadas por el lente de Yuri, quien se volvió un fotógrafo bastante popular y solicitado.

Apenas terminó la carrera y se le ofreció montar sus obras en una galería, su primera exposición.

—No termino de acostumbrarme a ver tu nombre de esa forma— dijo Otabek mientras apreciaba la fotografía de un patinador japonés con un traje negro y rojo, por la posición de la toma, acababa de hacer un salto, aunque no podía decir cuál había sido— Yuri Plisetstky.

—¿Qué? ¿No suena bien? A mí me gusta, además, así nadie me asocia con Viktor— el canadiense le dio la razón con un asentimiento de cabeza, el talento de Yuri era nato y, previniendo que la prensa dijera que había usado su conexión con Viktor, decidió firmar sus fotos usando el apellido de su abuelo. También era como una especie de tributo al amable anciano que lo crio.

—Suena perfecto y significa mucho para ti...— comentó con total sinceridad. Siguieron recorriendo a la galería, Yuri señalaba datos interesantes sobre algunos atletas, como uno había hecho un increíble comeback esa temporada y el captó la emoción en su rostro tras concluir un programa perfecto que le valió el oro en esa competencia, otra fotografía mostraba la rivalidad y amistad de dos patinadoras que llegaron al podio, aunque con medallas de diferentes materiales.

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