Capítulo 26
2 meses después
—Hey, ¡ven aquí! — se inclinó hasta quedar de cuclillas frente al caniche de su hermano, Maccachin agitaba su cola, feliz de recibir la caricia del rubio, cuando este dejó de hacerle mimos, se volvió trotando hacia la puerta que daba a la cocina.
Yuri le veía con una sonrisa desde la sala.
—Me alegra ver que por fin te llevas bien con Maccachin— comentó el japonés con una sonrisa, Yuri se irguió dirigiéndose al comedor, dejando su mochila sobre la mesa.
—Nunca me dejaba en paz, creo que siempre le he gustado, aunque el a mí no— se encogió de hombros, sacando el contenido de su mochila —una libreta y algunos libros—creo que al final nos extrañamos mutuamente.
—Supongo, aunque creo que le hizo bien estar en Japón, espero que no se sienta mal por el cambio de clima— comento Yuri un poco preocupado, el rubio resopló negando con la cabeza.
—Es igual que su dueño, créeme, Maccachin se adaptará de nuevo al clima de Rusia, ya lleva una semana aquí, ¿o no? Si no le ha pasado nada, estará bien.
Katsuki se dirigió escaleras arriba, dejando a Yuri en el comedor terminando sus deberes, sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que sacara su móvil y enviara un texto:
"¿Cómo está tu perro?"
"Hola a ti también. Rocket esta perfecto, como siempre... ¿Por qué lo preguntas?"
"Tonto. Hablé contigo en la mañana... noche allá, lo que sea. Solo pregunto porque el caniche de mi hermano esta aquí, no es tan insoportable como yo creía".
"Has caído por el amor a los perros, finalmente".
Yuri entornó los ojos, sonriendo mientras respondía.
"Si, claro..."
Continuó su charla por móvil hasta que Otabek fue requerido por su jefe, al mismo tiempo que Yuri le pedía ayuda para hacer la cena.
—.—.—.—.—.—.—
Viktor cerró el libro antes de levantarse del asiento al verlo llegar, el mayor extendió sus brazos hacia Yuri, encerrándole en ellos sin que este protestara. No tenía fuerza ni ánimos para empujarlo.
Solo se quedó ahí, dejando que su hermano le sostuviera con fuerza.
Llevaba tres meses de terapia y las cosas parecían progresar mejor de lo que esperaban, aun así, con cada sesión, Yuri se sentía un poco más sensible y vulnerable. Por esa razón, Viktor se encargaba de recogerlo cada que terminara su consulta.
Las pesadillas no se fueron de la noche a la mañana, pero tampoco eran frecuentes.
Simplemente acudían en ocasiones, aunque Yuri, tan observador como siempre, notó un factor común en esos momentos: si hablaba con Otabek antes de dormir, no las tenía.
Por supuesto, había días en que, por el cansancio o por la noción del tiempo, no lograban comunicarse, Yuri trataba de no ser una distracción para el agente, pero este, al enterarse de que, de alguna forma, ayudaba al rubio, decidió hacer todo lo posible para estar disponible.
Solo por eso, Yuri lo amaba más.
—¿Entonces irás con Mila a la fiesta?— Viktor le había estado hablando desde hace un par de minutos, pero Yuri no le prestó atención.
—¿Eh? ¿Qué dijiste? — Viktor sonrió comprensivo mientras daba una vuelta— Que si irás a la fiesta de graduación de Mila.
—Oh... si, no tengo nada mejor que hacer— se encogió de hombros— se lo debo, después de todo.
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MI GUARDAESPALDAS
FanfictionOtabek Altin, un agente federal de la Policía Montada de Canadá se encuentra con el caso más difícil de su corta trayectoria: Proteger al rebelde hermano menor del embajador de la paz de origen ruso, Viktor Nikiforov durante su estadía en la ciudad...