Abismo Challenger.

Él predijo su tercer acto.

En la cima del escenario,
Esperando la caída del telón,
El grupo se reunían a escuchar los aplausos
Del público alentador.

Todos sujetaban sus manos,
Todos excepto yo,
Mientras agradecían la presencia
Y la paciencia del espectador.

Me sentía con vergüenza,
Y con pena cuando se encendió la luz,
Aunque la obra haya sido un espectáculo
De increíble magnitud.

Nos despedimos por aquella noche,
Y uno a uno nos empezamos a marchar,
Los actores a los vestidores,
y los espectadores hacia la salida.

La directora nos agradecía
Por como salió la actuación,
Por como todos dimos en en blanco,
En el papel que nos tocó.

Fingía mi alegría
Y la euforia de mi reacción,
Mientras celebraba la compañía
Por está de noche de función.

Me miraba en el espejo,
Criticando el maquillaje,
Que más que resaltar
Parecía estúpido y humillante.

El vestuario era bueno,
De increíble calidad,
Pero demasiado elegante
Para alguien de mi calaña.

En unos segundos
Rememore toda la actuación,
Y me maldije frente al espejo,
Por un evidente error.

No era la obra,
No era el papel,
Ni nada importante,
Sólo una predicción que me ponía demasiado enervante.

Vi mi muerte en un sueño
Y como acababa la función,
Mientras escuchaba los halagos
Del público de hoy.

Tome tres pastillas
Para calmar el dolor,
Y me senté en una silla
Buscando relajar la tensión.

Un poco de aire
Eso hubiera sido demasiado bueno,
Pero lamentablemente no lo encontraría,
Nisiquiera en sueños.

Me abalance hacia el lavamanos,
Esperando conseguir algo de agua,
Pero a medio camino toque suelo
Cuál vil cucaracha.

Vi mi rostro en el espejo,
Gracias al ángulo de reflexión,
Vi como empalidecia
Hasta casi parecer un muerto.

Agarre un botella,
De un extraño licor,
Que vi mientras me arrastraba
De camino al agua dé Dios.

Le di un par de sorbos
Para refrescar mi alma,
Para conseguir algo de fuerza,
Antes de que me desmayara.

Me sentía como un ahogado,
Asfixiando en mi miseria,
Rogando que alguien pasará
Y me salvará de está pena.

El tiempo pasaba,
Ya no quedaba aire en mis pulmones,
Y note como el telón se caía
Cerrando la función.

Aparecí en una silla,
Contemplando mi reflejo,
Con unas pastillas en la mano
Y una extrañes en mi pecho.