Piso "4", habitación "A".

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Me siento en una silla y me fundó en los versos,
Caigo rendido como antibiótico ante la evolución,
Soy consciente del alba que se perdía en el Bicentenario,
Mientras tomaba algo más que luz solar.
Las mañanas lucen eternas, acariciando la locura,
Los lápices están alejados del mundo que cree,
Suficiente ronroneos en los ojos de las ninfas,
Suficiente zarpas destruirán mis bosquejos;
No nací dibujante porque mis tendones son basura,
No nací ave porque cargo un agujero que superaría los huesos,
Estoy enfermo, hasta las lechugas de agua lo saben,
Y podrido, más que mi silla después del monsoon;
No puedo estar sobrio por más de diez minutos,
Ni siquiera es porque tenga problemas con la bebida,
Sólo sueño y despierto rendido por la fatiga,
¿Qué sabrá el mundo de las líricas en mi escritorio?;
¿Es demasiado llamarlo escritorio?
Cuando se trata solamente de una barra más,
Un espacio que quema burbujas y llora cada segundo
No necesariamente por la pena o la ira;
No necesariamente porque necesite de algo,
Porque todo lo tengo, salvo la alegría,
Salvo el recorrido de los fisgones en los álamos
Y de los cretinos que devoran la inocencia en la tierra;
No soy hombre, me considero una máscara,
Lo que vendría siendo Diaz del caballero oscuro,
Pero no soy un héroe griego, tampoco alguien que profesa,
Sólo un expresionista que alude al verso #4;
Sólo un renacentistas que jamás tocó las prosas,
Y que de la vulgaridad nunca hizo alarde,
Porque sólo escrachaba las mentiras en los bailes sílfides
Y en los sueños húmedos con succubos venideras;
Que nunca tuve porque nada nunca me perteneció,
Excepto un trago a las tres de la madrugada
Muy propenso a conocer las baldosas
Demasiado propenso a caer en el romanticismo;
¡Que lo jodan al romanticismo extinto en el siglo XXI
Y a la posmodernidad que jamás se sentó a garabatear hojas!,
Qué sólo se preocupaba por masturbarse en vez de dormir,
Qué nunca agradó porque inflaba el pecho antes de tiempo;
Vengo siendo nada más que arcilla gastada,
Nada más que fierros amoldados en un tacho para desechos,
Otro rescatado más por los autobuses en las madrugadas,
Y por los de seguridad en el parque, tipo siete a.m;
No nací escultor porque tengo mal mi perspectiva,
Ni galante porque aún me falta mucha etiqueta,
Sólo soy un preso de las malas praxis en mi memoria
Y de lo que vendría siendo veneno para las ratas;
Y de lo que vendría siendo un ángel en la cornisa
Dé algún poeta que fingía volar desde el piso "4", habitación "A",
Que necesitaba ayuda, pero sólo para terminar un soneto,
Pero sólo para encontrar en el vino derramado una analogía;
Y en los árboles importados un recuerdo de la niñez,
Porque las avenidas son mansas para quien las reclama,
Para quien las hace suya y evita que otros la conquisten,
Hay demasiado reclamo por una arboleda a la memoria;
Hay demasiado reclamo por madera para escritorios.

Abismo Challenger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora