002
Baekhyun había levantado su perezoso trasero de su cama de plumas media hora después del rítmico sonido de su despertador. Incluso una canción tan buena como Moon of Seoul del fabuloso Kim Gun Mo, podía sonar como un jodido martillazo en la cabeza.
Cuando había notado lo tarde que era, saltó de su cama con las sabanas enrolladas en sus piernas, y por consiguiente cayó de cara al suelo, maldiciendo todo lo que pudo.
Cuando terminó de vestirse, se deslizó por la baranda de las escaleras como habitualmente solía hacer, y escuchó a la nana Rogina advertirle que aquello no era propio del joven de la casa.
Baekhyun sonrió tomando de la gran bandeja de plata un sándwich de jalea entre sus dientes mientras se llenaba los brazos de waffles y daba un sorbo a su leche, consiguiendo derramar un poquito por su comisura. Bueno un gran intento de desayuno, muy seguramente.
El viejo chofer de la familia apareció con expresión preocupada. No había nadie en la mansión que no supiera que el pequeño joven amo, había perdido su patineta del mal, pues ya no habían días de locura donde se paseaba por la rampa de la escalera, o se fracturara algo, practicando un nuevo salto, Jesús la cristalería estaba segura por el momento.
—Joven Baekhyun... —Advirtió con la mirada el castaño.
Baekhyun se apresuró sacudiendo la mano a Rogina y fue con el chofer Huang.
Realmente odiaba ir en coche, vamos, nada podía parecer más aburrido que sentarse por horas mientras toda la diversión se quedaba del otro lado de la ventanilla.
Entró apresuradamente, y el chofer dio inicio a la marcha.
Cuando entraron a la carretera, Baekhyun bajó la luna de la ventana, dejando colar el aire fresco, apoyó sus brazos, sacando ligeramente la cabeza dejando sus negros cabellos alborotarse frenéticamente. Sonrió, cerrando los ojos ante la fragante sensación de libertad.
Era realmente agradable ese tiempo de relajación, pues los días anteriores no habían sido del todo normales.
No había logrado conseguir dormir en días. Y las ligeras ojeras pintadas bajo sus parpados le evidenciaba.
Y era todo porque su naturaleza pervertida se había puesto de acuerdo con su cordura para dejarle desvelado noches enteras.
¿Acaso las hormonas seguían haciendo de las suyas en su cuerpo?
Podía escribir un libro con sus vivencias. Había sido un fin de semana extenuante y desquiciado. Jamás se había sentido tan decepcionado de sí mismo como en aquella ocasión.
Se cubrió la cara enrojecida con sus brazos, totalmente avergonzado de si mismo, como si alguien pudiera oír sus pensamientos.
¡Él no tenía la culpa!
Todo era a causa de él.
Ese chico alto y malditamente simpático de esa noche, que no había salido de sus pensamientos, ni siquiera cuando iba al baño. Era demasiado.
Debía parar o enloquecería.
Soñaba con él noches enteras, y cuando cerraba los ojos le imaginaba. Su cerebro se empeñaba en recordar cada detalle del día en que lo conoció. Cada detalle.
¡Por mínimo que fuera!
Oh si, algo así como la adolescente rara que veía la película de su actor favorito hasta el cansancio, y al final del día se sabía los diálogos enteros y hasta las canciones que sonaban de fondo.
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①⓪⓪ f*cking reasons why |EXO|
Fanfiction100 jodidas razones por qué Descripción: Soy Byun Baekhyun, de la clase 4 - A, de la "Escuela de Reyes," y me he enamorado tan estúpidamente de otro tipo, que siento que enloqueceré. Pero, incluso sabiendo que, tal vez, él no me corresponda jamás...