007. Sentimiento etéreo

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007

—Tenemos que hablar. — La voz de Chanyeol se oyó algo agitada, pues había corrido hasta ahí para cogerlo antes de que este entrara a su salón designado.

Baekhyun parpadeó tres veces como si con ello consiguiera hacer al alto desaparecer.

Chanyeol miró sobre el chico y notó al maestro aparecer en la esquina del pasillo, actuó rápidamente envolviendo a Baekhyun con sus manos y ocultándose tras los casilleros, de ninguna manera dejaría que Baekhyun se escapara otra vez. —No puedes entrar. —Dijo en un susurro, con una mano sobre la boca del bajito y otra rodeando su cintura.

El pelinegro contuvo la respiración todo ese tiempo, la palma de Chanyeol se sentía áspera y tibia sobre sus labios, de hecho era como si besara su piel. Ugh, nuevamente su cerebro se desconectaba, el pecho de Chanyeol estaba... ¡estaba contra su espalda!

¡Esto definitivamente era un 33-12!

Cuando Chanyeol vio al profesor entrar a su salón y cerrar la puerta, por fin le liberó. —Ven conmigo. —Le dijo tomándole del brazo y arrastrándolo por el pasillo.

"Iré a donde quieras..." Pensó dentro de su burbuja mágica donde ambos cabalgaban sobre un brillante corcel, por las llanuras de un reino mágico.

Cuando Yeol se detuvo, leyó el letrero en la puerta que decía en letras grandes: "SALA DE MÚSICA" Ambos entraron y sintió un dejavú.

Chanyeol le soltó suavemente y se apoyó contra el piano en medio de la sala, descansando sus caderas, y tomando un respiro.

Baekhyun se halló en la boca del lobo. Ahora que tenía un poco de aire fresco filtrándose en su cerebro consideraba que había sido una mala idea seguirle sin protestar, ahora sí estaba en una habitación de cuatro por cuatro solo con él.

No podía estar más nervioso, sentía como el sudor empezaba a acumularse y la ansiedad estallaba en su estómago.

Chanyeol le observó desde su lugar. —¿Te sientes mejor? —Preguntó repentinamente, haciendo brincar al bajito.

—¿Ah? ¿Y-yo? —Se apuntó, pareciendo un conejo a punto de ser cazado.

El soltó un suspiro prolongado. —Tu resfriado. —Le recordó.

Baekhyun agrandó los ojos recordando que estaba muy enfermo, y asintió. —S-sí, gra-gracias. —Susurró, rascándose los brazos como un tic nervioso. Definitivamente no podía predecir correctamente el estado de ánimo del alto. ¿Estaría enfadado?

—Bueno, tienes resfriados mortales. —Murmuró como un chiste privado.

El bajito encarnó una ceja algo confundido.

—Es bueno. Ahora que estas recuperado, puedes decirme que fue eso del jueves, ¿verdad? —Preguntó con una sonrisa que a Baekhyun le pareció la más aterradora del mundo.

Baekhyun tartamudeó mientras daba algunos pasos hacia la salida. Sip, la especialidad de Baekhyun era "huida improvisada."

Pero esta vez el alto se le adelantó, y antes de que pudiera siquiera tomar la perilla, él empujó la puerta cerrándola nuevamente con una mano, apresándolo entre la puerta y su cuerpo. —¿Planeas ir algún lado, Baek? —Preguntó con esa misma sonrisa, luciendo increíblemente intimidante.

"Va a matarme, definitivamente. 

En mi lápida dirá: No lloren por este tipo, besucón."

①⓪⓪ f*cking reasons why |EXO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora