Mankind- Una Secuela de Steven Universe

Otoño- The New Love

Los dos enamorados se hallaban en lo que anteriormente era la Fraternidad Beta de la universidad. Las puertas estaban entre abiertas, por lo que no les costó a los jóvenes colarse en el edificio.

La mayoría de los cuartos estaban desordenados y muy destrozados. Algunos no tenían el mismo daño que el otro pero si se hacían notar.

Entraron en una y vieron un poco. Un cartel de Perrocoptero 5 o Mr. Universe. La habitación estaba desordenada, algo muy común. Cajones abiertos, sábanas fuera de la cama o la ventana con plantas colándose en el complejo.

—Asi más o menos era mi hogar—dijo el joven Jeffrey.

—Tambien asi era mi cuarto en la academia militar—le respondió la chica.

Jeffrey fue a una de las literas.

—Nunca supe que estuviste en una academia militar

—En Moklahoma era casi obligatorio. Además de... bueno, mi madre adoptiva me obligó a eso—resopondio Anna.

Anna entonces acompaño al jovencito a la litera donde estaba. El chico entonces empezó a jugar con una pelota de tennis que estaba por ahí tirada.

Jefferson vio a la chica. Para el, ver la hermosa cara de su novia era una de las mejores opciones en este mundo. Cuando veía sus ojos verdes, a el no le importaba el hecho de que hubiera gemas o Diamantes en la Tierra.

—¿Sabes que eres linda, no?—dijo entonces el joven con cara amable.

Anna, se sonrojo ligeramente por las palabras de su compañero y novio.  Se acomodó algún que otro fleco de su cabello.

—Me lo dijiste en Farbanti, pero si... se que soy linda—respondio Annie.

Jeffrerson paso entonces a acariciar la mejilla de su compañera. Esta se sonrojo aún más cuando Jeffrey paso a rozar sus labios con los de ella.

—Cielos... Ya me beso, casi como en Farbanti. Estoy en el paraíso—penso la chica correspondiendo el beso.

Cuando el joven se separó, la chica no se inmutó en volver a besarlo. Ambos labios eran muy suaves que hasta podrían quedarse así todo el día... si pudieran.
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El resto del grupo siguió explorando el campus. A Bouchard, la universidad le traía malos recuerdos, puesto que haber sido insultado por las ideas que traía en la cabeza, no servía de mucho.

—¿Sabes para que sirve esa cosa que dices en Ciudad Imperio?—pregunto Joseph rompiendo el hielo.

Bouchard quedó en silencio por un momento antes de comprender la pregunta.

—Aparentemente es un portal hacia el hogar de las Gemas. Cómo un... u-un

—¿Agujero de gusano?—completo la mujer.

—Asi es. No sé cuál es su objetivo pero lo que si sabemos es que mientras esté abierto, este congela al planeta poco a poco—respondio un Bouchard aterrado por semejante idea.

El grupo siguió recorriendo los mugrientos pasillos del edificio de rectoría de la Universidad. En la noche esperarían a los enamorados en la estatua.