Mankind- Una Secuela de Steven Universe

The Mankind Halloween Special

—Vamos Tess—dijeron los jóvenes Jeff y Annie vestidos como Drácula y Vampira.

—De ninguna manera—respondio la mujer aún sin disfraz.

Los jóvenes trataban de convencerla de ir a la casa de la calle Amityville mientras el tren se detuvo en Shoyo, Mohio, un pueblo unos kilómetros antes de la frontera con Keystone.

—Joseph se enojara si no te hallamos disfraz—dijo la chica.

¿Pero de qué festividad de trataba?
Era Halloween, una festividad de octubre que hacía tiempo había muerto con el Primer Impacto y la llegada de las gemas a la Tierra.

Se podía decir que el grupo de supervivientes eran los primeros en celebrarla fuera de zonas seguras, aunque fuera en un pueblo ya abandonado y dejado a su suerte.

—Agh, vale—dijo la mujer algo enojada—¿Tienen algún disfraz para mí?

—Este—dijo Jeffrey sacando un disfraz de una de las defensoras de Ciudad Playa.

—¿En serio me debo vestir de eso?—pregunto entonces la mujer, viendo el disfraz de Perla.

La mujer no tuvo más remedio que irse al tren y cambiar su atuendo ya sucio por uno casi humillante según ella, pero esa era la tradición de Halloween.

Joseph llego después que Tess fuese a ponerse su disfraz, vestido del payaso Pennywise. Bouchard le siguió con uno de Frankenstein.

—Esto no me hace ver gorda?—dijo entonces Tess saliendo del tren con su disfraz de Perla.

La mayoría quedaba con ojos de estrellas al ver a Tess en un disfraz de su peor miedo: las gemas.

—Si...—dijo la mayoría a excepción de Bouchard.

La familia ya estaba reunida, literalmente, ahora solo debían hacer su plan de Halloween en medio de una ciudad abandonada.

—Bien... El plan es...—dijo entonces Joseph pretretendiendo tener un plan—Diviertanse.

Los jóvenes salieron casi después de que Joseph terminara de decir esa última palabra a buscar cualquier dulce o lo que sea que llamara su atención.

El centro de Shoyo estaba intacto en su mayoría. Solo algunos coches chocados y ventanas rotas, pero el resto estaba en un buen estado.

Jeffrey y su enamorada Annie fueron a un viejo arcade para saber si aún habían dulces o golosinas que no hubiesen expirado con el tiempo. Aunque había solo máquinas, se enfocaron en la energía.

—Que haces? Ya no hay energía—pregunto entonces Jeffrey.

—Todo tiene energía—dijo Anna—Solo bajaron las palancas.

La joven Annie bajo una palanca roja y entonces todo Shoyo se había iluminado. En el arcade empezó a sonar música retro pero afuera sonaba música de carnaval.

—De seguro Joey nos quiere gastar una broma—se dijo el joven.

Los enamorados salieron del arcade para tratar de saber de donde provenía la música de carnaval. Fue entonces cuando llegaron a la calle Amityville y la vieron.

—La casa de la Calle Amityville—dijeron los dos jóvenes casi al mismo tiempo.

Una casa blanca, abandonada mientras la Naturaleza la reclamaba, tres pisos, cubierta de tejas oscuras y una fachada oscura.

Los jóvenes no dudaron en entrar a la casa aún a pesar de las leyendas que posiblemente escucharon en el tren.

—Asustado?—dijo Anna agarrando la mano de Jeffrey.

—Algo asi—dijo el joven.

Entraron a lo que una vez fue la sala de estar de la casa. Había pasto creciendo del suelo de madera y muchas ventanas rotas. Caminaron con mucha sospecha y cuidado.

No hallaron nada interesante hasta que las luces encendidas de la casa empezaron a parpadear. Con un horror minúsculo empezaron a ver como un líquido rojo escarlata fluía de las paredes de la casa.

Las luces parpadearon más y más hasta que escaleras arriba se toparon con un tipo. Un tipo disfrazado de payaso.

—Joseph?!—dijeron ambos con un poco de miedo capaz de ser olido.

El tipo se limitó a caminar a una puerta a su lado izquierdo. Los chicos pensaron que era mala idea seguirlo pero no aguantaron a la curiosidad.

Escaleras arriba, el ambiente era más tenso que ningún otro. Se separaron mientras el joven sacaba una navaja para saber a qué se enfrentaban. Entonces la puerta de la habitación se cerró por sí misma y los dejo atrapados, uno al lado contrario.

—Esta bloqueada!! No hay manera!!—dijeron ambos.

Jeffrey era el que se había metido en la habitación y tenía que idear una manera de salir. Las luces parpadearon hasta iluminar una habitación repleta de muñecos. Pero no cualquier tipo de muñecos, si no muñecos de payasos.

—T-tranquilo Jeff. Nada es real, nada es real.

Justo cuando terminó de decir eso, un payaso salto del suelo enfrente del chico. El joven se había asustado, pues los payasos era lo que más temía.

—Beep Beep, Jeffrey—dijo entonces el payaso antes de dar un salto al joven.

La puerta apenas se abrió y Anna lo saco de ahí. Ahora debían hallar una manera de salir de tan retorcida casa.

Casi después, pudieron ver cómo lo que parecía ser una Jaspe se acercaba a ellos. Los jóvenes entraron aterrados a alguna de las otras habitaciones de la casa mientras la Jaspe los seguía.

—Esto no es real para ustedes?—dijo entonces la figura en forma de Jaspe—¿No somos reales para ustedes? Fue muy real para sus amigos.

La mano de la Jaspe empezaba a convertirse en la mano de que posiblemente era un hombre lobo o un demonio mientras se acercaba a los jóvenes, asustados y retorciéndose en una esquina de la casa.

Jeffrey y Anna se abrazaron mientras esperaban su fin... Estaban muy aterrados.

—Te quiero—se dijeron entre sí para consolarse.

Entonces escucharon a la Jaspe carcajearse. Los jóvenes se separaron y vieron como la Jaspe se quitaba su rostro... para que Tess fuese revelada después.

—No puedo creer que cayeron!!—carcajeo la mujer.

—Ehh??—dijeron ambos jóvenes casi en las lágrimas.

Joseph se postro al lado de Tess con su maquillaje y disfraz  de payaso Pennywise para carcajearse de la situación:

Les habían gastado una broma pesada en Noche de Brujas.

—P-p-pero—decian ambos jóvenes—l-l-las luces... C-c-como?

—Oh. Bouchard se encargó de ello—dijo Joseph riendo un poco.

El grupo salió riendo de la 115 Amityville Street para volver al tren y seguir su recorrido por el país. Había sido posiblemente la mejor broma en la historia de Halloween.

Feliz Halloween!!