Mankind- Una Secuela de Steven Universe

Otoño- Same Ruined World

—De ninguna manera—grito Joseph—Basta con un error, un error, y entonces Raine se convertirá en una de esas viudas.

Su suegro trato de calmarlo.

—Pero es por el bien de la humanidad. Si no destruyen eso, no sobreviviremos el siguiente invierno.

Joseph lo pensó un poco aunque aún enojado.

Tess llego en el mismo momento de la discusión. Estaba algo confusa con este ataque de ira de Joey.

—¿Qué le pasa?—pregunto la mujer.

Joseph respondió con ira.

—Te diré que pasa. Este tipo quiere que vayamos a Ciudad Imperio para destruir un portal en el cielo, en medio del agonizante invierno.

Tess se mantuvo callada. Lo pensó un poco, algo raro en una mujer aventurera como ella.

—Joseph. Yo apoyo a este hombre, sea cual sea el motivo—dijo entonces.

Joey paso a mirar a Tess con rencor. Aunque poco después pudo calmarse.

—¿Al menos sabes cuál es el objetivo de esto?—pregunto el hombre.

—No

Bouchard miró entonces a la mujer. Tessie se parecía mucho a Raine, aunque difería de su color de cabello.

Ray llego poco después con Elena y los chicos. Habían oído toda la conversación desde lejos, y estaban dispuestos en ayudar a Bouchard.

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Habían salido de Haven. Los cinco, mientras que Ray y Elena los despedían a la distancia.  Una Bobcat grisácea fue lo único que el hermano de Joseph le pudo dar a este. Su siguiente destino era Molumbus.

Aunque solo tres cabían en el interior, Jeffrey y Anna se sentaron en la parte de carga de la camioneta, tal vez así tendrían más de qué hablar siendo novios ahora.

Conducieron hora y media con cierta tranquilidad, escuchando uno de los cassettes de Mr. Universe que Jeffrey tenía desde Moklahoma.

Se habían hallado con algún que otro animal salvaje o restos de Rubíes o Perlas en su caso pero las Gemas rotas ya no eran una amenaza.

No fue hasta a algunos kilómetros afuera de Molumbus donde hallaron el primer problema. Un enorme bloqueo de coches abandonados en la carretera.

—Esto es malo—dijo Tess al volante.

—No hay de otra, toma el otro carril—respondio Bouchard con su acento francés.

La Bobcat dió vuelta por el carril levemente bloqueado por coches oxidados y abandonados. Este camino, a diferencia del otro, parecía rodear la parte rural  y de Molumbus en vez de ir directamente al centro.

En esta parte de rural, los árboles ya dejaban caer sus hojas, dando un hermoso paisaje más que uno deteriorado y colonizado por las gemas del Planeta Madre.

Para el atardecer, tras cruzar distintos sectores residenciales a las afueras, la Bobcat se estaciono cerca de lo que parecía ser el campus de una universidad.

Estaba bien conservada aunque ligeros cristales de cuarzo rosado salían de las paredes de ladrillos.

—Habian estado en universidades antes, chicos?—pregunto Tess a los enamorados de atrás.

—No realmente—respondieron ambos.

—Bueno... Ahora conocerán un campus universitario.