Mankind- Una Secuela de Steven Universe

Invierno- Congelación

La familia está impactada conforme más se acercaban a Ciudad Imperio. La carretera estaba relativamente más limpia y con menos nieve que toda la ciudad.

"Ya están cerca de liberarme... Apúrense, o nadie sobrevivirá al proceso de Adaptación" decía la voz conforme más se acercaban a una ciudad congelada.

La Moonbeam roja se detuvo a unas cuantas millas de la ciudad en si. Tomaron sus cosas y caminaron sobre la muy espesa nieve hasta bajar a la ciudad que nunca duerme, o más bien, dormía.

—Y ahora que sigue, líder de las Maquis?—dijo entonces el joven bromeando con su fusil semiautomático.

—Pues... Destruir esa cosa que está en el cielo, no?—respondio el hombrecillo caminando.

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BIENVENIDOS A CIUDAD IMPERIO
LO QUE PASA AQUI, SE QUEDA AQUI.

—¿Si, como no?—decia Tessie pasando el cartel de bienvenida, casi enterrado por la nieve.

Siguieron caminando por la espesa capa de nieve. El mar se había congelado, pero no había certeza de si se caería o no con solo una pisada. Tras unos pocos momentos, los primeros claros de azul empezaron a aparecer en el cielo, con la excepción del Portal.

Llegaron al primer muro de "defensa" de Ciudad Imperio. Este había sido abandonado y tenía muchas brechas, este daba ya al interior de la ciudad.

Lo muy poco restante de la Ciudad eran edificios cubiertos en hielo y muy seguramente, de fauna polar o incluso gemas corruptas.

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Se hacía cada vez más de noche, así que la familia forzó la ventana de un edificio cuya entrada estaba enterrada en la nieve y decidieron pasar ahí su primera noche.

—Tienen algo con que encender fuego?—dijo la mujer mientras buscaba algo inflamable.

—Yo tengo un encendedor—respondio Anna—Desde Watership, gracias.

La chica arrojo su encendedor a Tess mientras Joseph buscaba libros o una chimenea para encender el fuego.

—Aqui está!—dijo el líder de las Maquis apuntado a la chimenea.

—Bien hecho, Joey—agradecieron todos.

La noche había llegado, era el punto de mayor vigilancia de las gemas. Los niños se encontraban dormidos bajo la caliente sombra de la fogata.

Tess y Joseph eran los únicos despiertos. Aunque debían dormirse apenas ya no hubiera rastros de Gemas vigilantes.

—Y dime... ¿Qué crees que piensan tu hijo y tu esposa, Joey?—rompio el silencio la mujer.

—No lo sé...—respondio—Tal vez siga vivo, tal vez me olvidaron o peor... Creen que este muerto.

—Je... Con Gemas insignificantes en todos lados, no dudo que crean eso.

Joey miró a Tess. Estaba un poco más devastada que el al saber que posiblemente su amada contramaestre estaba muerta o con alguien mejor que ella.

—Oye... ¿Que eras antes de que la Orden de Diamante viniera acá?—le pregunto el hombre.

—Era estudiante. Iba a por la carrera de ingeniería aeronáutica. Eso fue claro hasta que la estúpida Diamante Amarillo y su hermana Azul vinieran. Mi pareja murió en el Primer Impacto. Por eso odio a las gemas más que nada en el mundo—decia está mirando a un grupo de gemas abajo en la nieve.

—Comparto tus sentimientos. Todos perdimos a alguien por esto. Mírame a mi, yo perdí a mi antigua familia. Toda en un solo día—le responde Joey—Pero más me afectó la perdida de mi Jessica.

Tess paso a mirarlo con cierta lastima. Jessica era la hija de Joseph antes de que llegara Claude. El nunca la mencionaba debido a que presencio el acto de muerte de Jessica en el Primer Impacto.

—Lamento eso, Joey. Pero escucha, ellos tal vez estarán orgullosos al saber que sigues vivo, y acabarás con las Gemas de una vez por todas.

—Gracias por ese apoyo emocional, Tessie—le respondió.