Mankind- Una Secuela de Steven Universe

Invierno- Albert

Después de que Emmanuel Bouchard dejó de existir y su único medio de transporte se descarrilara en la nada, la familia se despertó en lo que parecía ser una prisión.

La familia estaba separada por un par de paredes siendo Joseph y Anna en una celda mientras que Tess y Jeffrey estaban en otra al lado suyo.

—¿Estan bien?—pregunto la mujer revisando al chico.

—Si—dijeron los otros.

La prisión de Watership fue el mejor lugar de toda Keystone donde pudieron terminar. De por sí están ruin antes de la llegada de las gemas, se volvió peor después de su llegada.

Este era el hogar de "la Asamblea", un grupo de humanos supervivientes que mataban, no importaba si eran gemas o humanos, se justificaban con sobrevivir como todo en este mundo ahora gobernado por la Autoridad del Diamante.

—¿Y qué hacemos ahora?—se dijeron todos.

—Creo que nada...—dijo Joey sentándose en la cama chica que tenía la celda—Emmanuel era el único que nos podía guiar a Ciudad Imperio.

Anna miró a Joey, con quién compartía celda. El hombre ya estaba en las últimas de rendirse y simplemente quedarse ahí.

La chica lo miro con cierta extrañeza, ya que un Joseph distinto haría un plan de escape. Pero para este Joseph no fue su caso.

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Paso el tiempo...

Un día, una semana, tres semanas, un mes completo, tres meses.

Ya era diciembre, partieron de Molumbus un septiembre de 2027. Joseph estaba mas corpulento que antes, su panza resaltaba más que toda su vestimenta, la barba le había crecido formando un candado.

Anna se había cortado su largo cabello marron pelirrojo para ahora parecerse al cabello de Jeffrey, a quién apenas podía oír su suave voz.

Jeffrey estaba casi similar que antes, solo que ahora su cabello era más largo, casi como un tal Paul McCartney, o incluso John Lennon. El color avellana había cambiado a un negro castaño.

Pero la qué tal vez había cambiado más, era Tess. Su forma física ahora parecía casi la de una Perla o Peridot, su cabello le llegaba a los hombros, puesto que se lo había cortado a la semana de llegar a Watership. Sus ropas eran las mismas, solo que, como con todos, cubiertas de mugre y suciedad.

Psicológicamente, Joseph era el que más había cambiado, a tal grado de casi perder la cordura. La voz del chico con todos los dones le sonaba más a el que a los otros. Pero era incapaz de seguir sus órdenes, puesto que estaba restringido a cuatro paredes.

—Pero no puedo, Steven!—dijo el hombre tendido en su cama.

"Solo sigue tu corazón... Luego llegarás a Ciudad Imperio" respondía la voz del chico.

—Ya no hay corazón... No en este mundo.

Mientras la nieve caía sobre las celdas por medio de agujeros en el techo del complejo, un sujeto se acercó a la celda.

—Joey, ¡Joey!—dijo entonces el extraño.

Anna miró al extraño, se le acercó a él, en nombre de Joseph.

—Le pasa algo?—pregunto este.

—Sus ataques de impotencia—respondio la dulce chica.

El tipo miró extrañado a Joseph, para luego mirar a la joven Anna con una determinación.

—Eres Anna, no es así?—pregunto.

—Sip

—Encontre este libro entre las cosas del Doctor Bouchard. Era un agradable sujeto. Comparto el mismo sentimiento que Jose— dijo entonces el extraño— Soy el lacayo de Red desde hace 4 años. Estamos hartos de ser victimas. Ya basta.

El sujeto entonces miró a todos lados, aunque paso a ver de nuevo a la joven Anna con cierta confianza.

—Ojala tus compañeros de al lado, me refiero a esa mujer y el niño con el que hablas mucho oigan esto. Tengo un plan de fuga, pero deberán hacerlo con prisa.

—Para que quieres ayudarnos?—pregunto la chica mirando a otro lado.

—Los he visto. Ví esa pelea entre Joseph y un montón de gemas corruptas en el "Coliseo". El es la clave, y el intelecto de todos también.

El extraño paso a mirar entonces una máquina muy rara puesta en la parte superior de las celdas.

—Ves ese "Aguijón" de ahí? Hay cuatro alrededor de todo el lugar, tendrán que desactivarlos. Les he dejado algo en la cama de Joseph para que se mantengan vivos. Yo me encargaré de las puertas en otra ocasión.

Comprendiendo el plan, Anna miró con una sonrisa amplia al sujeto, antes de besarle la mejilla en señal de agradecimiento. El extraño se alejó casi corriendo cuando escucho la electrónica voz de Red llamando por su nombre:

"Albert"