Otoño- El cura

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Cuando el tren se detuvo, el resto del grupo se sintió alertado puesto que se habían detuvido en un lugar muy poco conocido.

El grupo bajo del tren con sus armas en posición de disparo a matar. Aunque la mayoría de armas ya no tenían munición, la mayoría penso que no sería necesario disparar.

Dieron suaves pasos por el suelo, cubierto de restos de gemas fragmentadas. Crecían libremente por la tierra y el pasto. Subiendo superficies y edificaciones, no importase cual. Algunos fragmentos hacían una bella demostración del abandono, como los restos de una Rubí y una Zafiro, que crecían sobre las paredes de ladrillo de una fábrica de zapatos.

Toparon con un muro de concreto, recién construido por lo que parecía. No había una puerta por lo que creyeron que ya estaba abandonada, hasta que vieron como un hombre les  apuntaba celosamente con un rifle de caza.

—¿Digan a que vienen?—pregunto el hombre con voz aguda.

—¿Veniamos a preguntar si tienen carbón? Nuestro tren se quedó sin el necesario para avanzar—respondio Bouchard con su tono francés.

El sujeto que les apuntaba, cambio de una mirada fría a una de amabilidad al desparecer de la vista de ambos. Después, una enorme puerta de metal se abrió en la calle que daba a la estación de trenes.

El grupo entro a la abandonada zona segura de Bayside Marina. Vieron al mismo hombre, pero esta vez con una mirada más amable a los supervivientes.

—Recursos, ¿eh?—dijo entonces el hombre— Con gusto se los daremos.

El sujeto tenía un aspecto ya casi de un hombre mayor. Una sudadera beige ocultaba su traje de cura. Era un sacerdote judío.

A diferencia del estereotipo, este no tenía una barba muy larga, al contrario, se la había rasurado varios días atrás.

—Vengan, los llevaré con Theresa—dijo entonces el hombre.

Los visitantes caminaron al lado del sujeto. Jeffrey se desvió al ver un brillo metálico en una pared. El chico se detuvo mientras el cura guiaba al grupo por Bayside, tomo el extraño objeto metálico.

Se trataba de un rifle Garand. Una muy vieja pero funcional arma semiautomática. El joven la analizo y examinó un poco. Había tambien unos dos cartuchos con clips de 8 balas.

Jeff volvió con su novia con la nueva arma que el joven ahora llevaba en su espalda.

—Hey, cuando termine esto, vamos al muelle?—pregunto el joven.

La chica lo pensó. Anna veía el muelle del pueblo. No era una muy mala idea a decir verdad pero quién sabe lo que se hallarian.

—Claro—respondio Annie.

—Oigan, si van a planear algo, al menos háganlo saber—dijo Tess a solo los dos enamorados.

Siguieron recorriendo el pueblo hasta llegar a los suburbios. Se concentraron en una casa enorme de tres pisos. Y ahí se encontraron a Theresa sentada afuera de la casa.

—Por cierto, mi nombre, por si no lo sabian es Stanley—dijo su guía.

—Je... un gusto Stanley. Joseph, Tess, Jeffrey, Anna y Bouchard—dijo el líder de las Maquis introduciendo a toda una familia.

















Mankind- Una Secuela de Steven UniverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora