2. Patéticamente débil.

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Finn flotó en una nube durante una semana entera; porque Gideon había dejado de pretender que no existía, lo saludaba en el pasillo o donde quiera que lo viera. Incluso una vez entablaron una conversación en el baño. Era hermoso, completamente hermoso. Se sentía como si por fin estuviese cumpliendo su sueño. Él había sido odiado por Gideon desde el tercer grado, había pasado ese tiempo siendo ignorado por él, recibiendo burlas y cotilleos de sus amigos, pero ahora hasta ellos parecían respetarlo. Y lo mejor de todo era que Gideon había dejado de molestar a Verónica y por lo tanto ella se encontraba más relajada.

La siguiente semana, Finn terminó de compañero de banco de Gideon para la clase de lenguaje de señas americano a la que se había apuntado para tener puntos extras. Eso nunca le había pasado, pero la compañera de asiento de Gideon no había ido ese día y Finn solía practicar con cualquiera que faltara por compañero porque él era el eslabón sin pareja, de no haber alguien sin pareja, practicaba con la profesora, porque de todas maneras, él era su ayudante y el único que no tenía miedo de cometer errores frente a ella.

Finn empezó diciendo "Hola, Gideon"

Gideon se enredó con sus manos pero logró decir, muy lentamente "Despacio, por favor, no soy tan bueno como tú".

"Entiendo" Gideon asintió. "Yo tampoco soy tan bueno"

"Sí lo eres... ayudas a la profesora"

Le tomaba dos minutos hacer una sola frase, pero Finn era paciente.

"Solo porque fui el último en inscribirse" señaló "Entonces dime... ¿Cómo va tu practica de futbol?"

Gideon sonrió ampliamente y se esmeró por contestar rápido.

"Bien, ganaremos en las finales, estoy seguro"

"Eso espero, no quiero perder esa apuesta con mi primo de la escuela visitante. Tengo mi fe puesta en ti"

El chico miró los movimientos con detenimiento, el ceño fruncido indicando seriedad y esfuerzo, incluso cuando Finn terminó él se veía pensativo, mu tardíamente se rió y señaló "Lo haré bien"

Luego un destello de duda cruzó su cara y se inclinó hacia él para susurrar-: Quería decir "no te defraudaré" pero no sé cómo decirlo en señas, lo siento.

-Está bien -Finn susurró de vuelta-. Hablemos de otra cosa.

Ambos se irguieron y fingieron que nada pasaba cuando la profesora pasó a revisarlos; Finn empezó a contarle a Gideon sobre Pit, su reptil mascota y Gideon trataba de contestar cosas coherentes. Una vez que la mujer se alejó hacia otro grupo, Finn levantó un pulgar para señalarle a Gideon que lo había hecho bien.

Ya terminada la clase, Finn guardó sus cosas en su casillero y comenzó a dirigirse a la biblioteca para comenzar su turno como ayudante de la bibliotecaria. Verónica estaba en una excursión con su club de fotografía, así que no la vería hasta la mañana siguiente, porque seguramente llegaría después de que las clases terminaran, agotada y como siempre, se iría a la cama en cuanto llegara a casa. Finn trabajó durante media hora antes de que Gideon entrara en la biblioteca. Él notó que estos días verlo lo afectaba más que de costumbre, tal vez porque no estaba ignorándolo y sus esfuerzos por verse bien debían valer la pena.

Gideon caminó hacia la sección de historia y revisó algunos libros antes de tomar dos, Finn sabía que eran para el proyecto que tenían de historia. Nadie buscaría nada sobre esa materia en la biblioteca si no se les asignaba el proyecto de la temida profesora Wallace, quien detestaba el internet pero tenía cada página de información memorizada y te reprobaba si te atrevías a copiar y pegar o siquiera parafrasear algo proveniente de cualquier sitio web.

Quisiera conocerte | Quisiera 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora