10. Gracias, Verónica.

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—Espera un momento —Finn se detuvo a mitad del pasillo en la biblioteca mientras cargaba un par de libros, para su suerte no había nadie alrededor que pudiera escucharlo hablando solo—. No puedo salir con Gideon, ¿Qué pensaría Parker si se entera? —él se dio la vuelta, volviendo por instinto hacia el mostrador pero afuera había mucha gente, necesitaba privacidad así que volvió entre los estantes y caminó un par de veces de un extremo al otro intentando resolver su conflicto interno—. ¿Qué haré? ¿Qué le diré a Parker? Oh por Dios, Verónica ¿Dónde estás cuando te necesito?

—Vaya, veo que llego a tiempo —la voz de Verónica lo hizo saltar sobre sus pies y soltar todos sus libros.

Cuando la vio, su primera reacción fue lanzarse hacia sus brazos para darle un apretón muy fuerte. Ella lo abrazó de vuelta soltando una risa. Ese momento se sentía muy familiar, muy cómodo y tan relajante para Finn que durante un momento se olvidó completamente de que había dos chicos entre los que tenía que elegir. Verónica estaba allí, para él eso era lo más importante. Ella no había aparecido en clase durante un tiempo y él estaba aterrado al respecto pero no preguntó, ella había dicho que no hiciera preguntas así que él no lo hizo, trataba de mantener su mente ocupada con Gideon pero ahora que ella estaba presente, no podía evitarlo.

—¿Dónde estabas? —interrogó él con sus ojos al borde de las lágrimas—. No has estado en clase estas últimas semanas ¿Estás bien?

—Te dije que lo estaba —ella rió—. Tranquilo, no te preocupes por mí... ¿Qué tal si te hablamos de lo que te apaña?

—No es necesario.

—Quiero hacerlo.

Ella esperó a que él saliera de su turno en la biblioteca, luego ambos salieron del instituto en dirección a su calle. Finn siguió a Verónica a través de su patio, hacia la cima de la casa del árbol donde como en los viejos tiempos ambos se sentaron y compartieron caramelos de licor mientras Finn le relataba sus problemas. Ella escuchó cada palabra con atención. Finn deseaba que ella pudiera contarle sus problemas de esa manera, como en los viejos tiempos, pero ella no iba a hablar de ello y él lo sabía. Finn estaba aterrado porque estaba sospechando la razón de sus repentinas desapariciones. No quería considerarlo antes, pero ahora que la miraba de nuevo, él tenía su teoría formada, aunque la odiaba con toda su alma.

Él se limtó a hablar de sus problemas aun así, quería respetar los deseos de Verónica.

—Entonces tienes a dos bombones interesados en ti —ella rió sacudiendo la cabeza—. ¿Te acuerdas que en sexto grado pensabas que eras horrible y nadie nunca te querría?

—Clark me lo había dicho y se lo creí, además, tenía horribles espinillas.

—Lo sé, pero aun así eras guapo —ella rodó los ojos—. ¿Gideon va en serio?

—Probablemente no —él se encogió de hombros—. Pero muero por salir con él.

—Obvio —ella suspiró—. ¿Qué hay de Parker?

—Me temo que él va muy en serio.

—Entiendo... entonces, él es perfecto, pero no ahora —ella suspiró—. Bueno, conocerás su verdadero ser cuando lo rechaces, Finn.

—¿A qué te refieres?

—Si Parker es paciente, sabe escuchar y acepta con calma lo que vas a decirle, entonces él merece la pena y puedes tomar a Gideon, acostarte con él, botarlo e ir corriendo a los brazos de Parker antes de que él consiga a alguien más —ella levantó un dedo—. Es una decisión difícil, pero no creo que pueda decirte que rechaces la opción de Gideon, lo has querido toda tu vida.

Quisiera conocerte | Quisiera 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora