Pasé horas en vela, escribí esto millones de veces y lo taché. Pero aquí va lo que siempre quise decirte.
Rebecca, siempre quise ser tu amigo. Siempre quise ayudarte, apoyarte y que te dejaran en paz. No me importaba lo que dijeran, quería saber sobre ti y comprenderte, quería ser aquel que estuviera ahí cuando necesitaras hablar, llorar, gritar o reír.
No estaba en mis planes enamorarme de ti.
De tu sonrisa, de tu mirada y de tu interior, de ese corazón que sabía pedía a gritos ayuda mientras te negabas a dejarle alzar su voz.
Quería mirar las estrellas contigo para siempre.