18

157 21 15
                                    

Mi memoria resulta algo borrosa.

Solo recuerdo que fui perseguido por Randall justo cuando salía de la biblioteca con Johnny, ambos lo notamos pero tratamos de hacer como si nada.

Sin embargo, sus intenciones se hicieron más y más obvias mientras un grupo de otros chicos se le unían. Comenzamos a correr, Johnny no era muy rápido por lo que desesperado le agarré de la mano para que pudiesemos escapar.

Pero como siempre, él nos tendió una trampa.

Interceptaron nuestro camino y nos empujaron hacia un salón vacío. Ambos caímos al suelo, Johnny parecía haberse golpeado realmente fuerte el brazo, por lo que no le di gran importancia al arrastrarme rápidamente y ayudarle a que se sentara.

Murmuraba que su brazo dolía, que ardía mientras lo mantenía contra su pecho.

Traté de tranquilizarlo, pero uno de los amigos de Randall lo agarró de entre mis brazos y comenzó a estirar aquella extremidad que tenía lastimada.

Eran crueles, más que nadie.

¿Qué les habíamos hecho? Eso me pregunté todo el tiempo en que intenté liberar a Johnny pero Randall seguía golpeándome para que no lo consiguiera.

No me importaba, ya no me importaba el dolor que pudieran causarme o las heridas que podría llegar a tener en mi cuerpo.

Pero no quería que lastimaran a alguien preciado para mí, no lo permitiría.

"Oh, vamos ¿acaso estás llorando, perdedor?" Se burló el tatuado, jalando de mi brazo con suavidad inexistente y poniéndome de pie a duras penas. "¡Miren, chicos! ¡Lo hicimos llorar!"

Enseñaba mi rostro lleno de lágrimas en dirección a sus amigos, los cuales rieron y comenzaron a burlarse de mí también.

No me había dado cuenta cuándo había empezado a llorar, pero me daba igual. No era nada de lo que me sintiera avergonzado o estúpido.

"Yo voy a darte una buena razón para que llores."

Mis pies tocaron el suelo de manera temblorosa y mi interior se removió cuando con fuerza estrujó mi hombro, teniéndome justo frente a él y preparado para darme un golpe en la cara.

Johnny gritaba que no lo dejara, pero ya era tarde. Si con eso lo dejarían en paz, prefería aceptarlo y que también se alejara de mí para que no resultara herido.

Cerré los ojos con fuerza cuando levantó su puño y se dispuso a estamparlo en mi cara...

Todo pasó muy rápido.

Alguien me empujó y me estrellé fuertemente en el suelo mientras escuchaba el sonido casi sordo del golpe de Randy. Pero no me dolía a mí.

Tú estabas ahí, Rebecca.

Mis ojos abiertos eran testigos de la mueca en el rostro de Randall al verte irrumpir en su escenita, tenías la mirada baja pero pude predecir que te había golpeado la mejilla con bastante fuerza.

Soltaste una respiración y lentamente volviste a levantar la cabeza en dirección al tatuado. Con brusquedad escupiste lo que parecía ser un poco de sangre, antes de hablarle con tu postura erguida y sin ningún tipo de temor.

"¿Eso es todo lo que tienes, Orton? He recibido palizas peores de parte de tu novia."

No podía moverme, simplemente respiraba sin poder creerme lo que ocurría.

Hasta que Randall comenzó a fruncir el ceño y te vi flaquear en tu postura.

"¿¡Qué demonios te crees tú, hija de perra!? ¡Voy a destrozarte como he hecho con esos dos!"

Y justo cuando quiso agarrarte de los brazos, corriste hacia mí y me ayudaste a levantarme rápidamente.

Susurraste un apresurado "Rápido" y corrí hacia Johnny. No tuve miedo de golpear en la cara a esos dos que lo mantenían quieto, logrando que pudiera pasar su brazo sano por mis hombros y que corrieramos milagrosamente de las garras de Randall.

StarlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora