I Can Never Fly ; Eunsan || ASTRO

020

Final

Sanha ya se había acostumbrado a su nueva vida y estaba más que feliz junto a su arcángel.

— ¡Pobres alas! ¿Podrías parar un poco? Se te caerán las plumas. —Dijo Eunwoo un tanto fastidiado, pues Sanha ya había aprendido a volar luego de un tiempo y era lo único que hacía. Nadie podía detenerlo.

— No es cierto, el ángel Binnie me dijo que no se caerán. —Le sacó la lengua— Déjame en paz.

— Bueno, ¡ve a volar a otro lado pero lejos de mí! Que estoy tratando de divisar qué está pasando en la Tierra y no me dejas concentrarme.

— ¿Qué te interesas tanto sobre ellos? Concéntrate más en mí. —Infló sus mejillas.

— Peleas de pareja. —Dijeron al unísono los ángeles Moonbin y Jungkook, quienes se volvieron cercanos a Sanha.

Eunwoo como siempre seguía observando a los humanos, mientras que de momento a Sanha no le interesó en absoluto saber qué pasó allí luego de que se quitó la vida.

Eunwoo se quedó callado un rato y luego miró a su ángel.

—Sanha, sé que no te interesa lo que esté sucediendo en la tierra, pero... Tienes que ver esto.

El mencionado lo miró con curiosidad y se acercó a él.

Todavía el menor no había desarrollado todos sus poderes de ángel, por lo que todavía le costaba un poco mantener su mirada en otros planos, como el de la Tierra.

— Ven, siéntate. —El arcángel le indicó a Sanha que se siente a su lado y este obedeció.

— ¿Qué tengo que ver? ¿Cómo lo hago?

— Cierra tus ojitos... —Susurró.

Eunwoo tomó la cabeza del pequeño ángel entre sus manos y apoyó con mucha suavidad sus pulgares en los párpados de Sanha.

En seguida se le vino a la mente del menor una imagen, del planeta Tierra. De un lugar con el que estaba muy familiarizado: su dormitorio.

Allí se encontraba su compañero de cuarto, Minhyuk, llorando desconsoladamente sobre la cama que le pertenecía a Sanha anteriormente, con el cuaderno de dibujos de este en sus manos.

— ¡Es todo mi culpa! ¿Por qué no me fui yo? ¡Yo merecía morir, no tú! Mi amigo...

Se lo notaba muy afligido, dolido. Se sentía culpable y cargaba con un enorme peso encima, pues creía que era su culpa que Sanha haya decidido acabar con su vida.

— Oh, Minhyuk... —Susurró el ángel.

—Deberías hablar con él. Sino permanecerá afligido toda su vida... Nunca podrá ser feliz.

Sanha abrió sus ojos de repente y puso una expresión de sorpresa en su rostro.

— ¿Hablar con él? ¿Cómo es posible?

— ¿Cómo crees que nosotros dos pudimos hablar? ¡Para eso están los ángeles!

Sanha asintió con asombro.

— ¿Debería aparecérmele? ¿No se asustará?

— No lo sé, pero lo importante es que se quede tranquilo de que estás bien y que no fue su culpa. Yo te acompaño si quieres.

El menor accedió alegremente y se tomaron de las manos para ir nuevamente a aquel sitio que en un momento había sido un infierno para Sanha.

Eunwoo le enseñó al nuevo ángel a viajar a la tierra, así él lo haría cuando quisiera. De momento no le enseñaría a viajar a otros planos, pues era innecesario y no quería que el menor se metiera en problemas con otros seres.