I Can Never Fly ; Eunsan || ASTRO

015

La luz del sol se hizo presente en el cuarto de Sanha e iluminó el rostro de este, haciendo que se moleste.

Enterró su cara en su almohada para que la luz no lo moleste, pero no duró mucho tiempo pues Eunwoo lo despertó.

— Bebé, es hora de tomar la medicina. —Susurró dulcemente el arcángel— Minhyuk ya se fue.

Al sentir la voz de su protector, levantó el rostro con una sonrisa dibujada en él.

— Buen día. —Refregó sus ojos mientras se sentaba en la cama.

— ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? Tómate la temperatura.

Sanha asintió y tomó el termómetro que la doctora le había dejado la noche anterior.

— Aún tengo algo de fiebre, pero me siento un poco mejor. —Sonrió.

— Me alegro. —Le devolvió el gesto.

Su guerra de sonrisas fue interrumpida por unos leves golpecitos que se escucharon en la puerta.

Sanha, con confusión, fue lentamente a abrir la puerta, pues aún se sentía decaído.

Sintió cómo su sangre se helaba cuando vio a sus dos padres parados detrás de la puerta.

— Yoon Sanha. —Pronunciaron al unísono.

El mencionado tragó en seco y se hizo a un lado para que ambos pudieran pasar.

Una vez se introdujeron en el cuarto se cruzaron de brazos y lo miraron con enojo.

— ¿Por qué y con quién te escapaste? —Dijo su padre sin preámbulo alguno.

— Yo... Quería salir un rato... —Agachó la vista.

— ¿Y con quién? —Repitió— Y no me digas que con nadie porque te han visto con otra persona.

— Con... Con un amigo de mi antiguo instituto. —Habló en voz bajita.

— ¿A qué colegio va ahora? Esto no va a quedar así. —Dijo con autoridad su padre.

— Él no va al colegio...

— ¿Ahora te juntas con delincuentes? No te la puedo creer. —Rió con cinismo.

— Que sea la última vez que haces algo asi, ¿¡me entendiste!? —Esta vez habló su madre.

El menor se limitó a agachar la cabeza y morder su labio inferior. Aún sentía su cuerpo débil.

— ¡¡Te pregunté si me entendiste!! —Repitió su madre.

Y sin esperar respuesta, muy repentinamente le dio una gran bofetada en la mejilla.

Eunwoo se alarmó, pues no se esperaba repentina acción. Se acercó rápidamente al menor.

Los ojos de Sanha se cristalizaron y sobó su mejilla con la palma de su mano. Hacía un gran esfuerzo aguantando las lágrimas.

— Para que te quede claro. No vuelvas a hacer ninguna otra idiotez.

El pequeño asintió lentamente.

— Ahora dinos el nombre de tu "amigo" —su padre hizo comillas con sus dedos— Lo haremos buscar con la policía.

— ¡No, eso no! —Se atrevió a mirarlos a los ojos con una expresión de susto en su rostro.

— ¿Qué dices? ¿¡Cómo te atreves a contradecirnos!? —Espetó su padre con furia.

En un instante formó un puño el cual se acercaba rápida y fuertemente a la boca del estómago de Sanha. Es sabido que un golpe allí es tan doloroso que hasta podría dejarlo inconsciente, y sobretodo a él, quien no tenía actualmente un buen estado de salud, pues seguía con fiebre.