Los ingenieros

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Ming.

     No he tenido un segundo siquiera para enviar un texto a mi dulce Kit. Profesor Yen nos ha llevado a visitar varios lugares interesantes para que vayamos teniendo opciones de trabajo. Se mantuvo hablando muy bien de nosotros y en especial de mí, debido a mis altas calificaciones, Presentandome a éste y aquel gerente, la CEO srta. no sé cuántos, director fulano y director mengano, todos mis posibles empleadores.

Por supuesto no puedo sacar mi teléfono allí y enviar corazones a mi novio. Además, mi rol de luna exige que yo de un pequeño discurso en nombre de la facultad de ingeniería, agradeciendo a la institución que nos recibe con muestras de haber preparado bien de antemano lo que digo. Y un discurso extra como representante de mis colegas cada vez que los presento y enumero sus cualidades de trabajo, lo que requiere mucha concentración para no caer en la tentación de usar palabras fingidas o rimbombantes, ni tampoco vulgares o fuera de lugar.

Toda la mañana nos llevo éstos menesteres, para después subir a una combi y regresar a la universidad. Ahí tampoco pude sacar mi celular. Ni bien bajamos, profesor Yen y otros me dieron conversación por casi otros treinta minutos acerca de como habia hablado bien de la facultad y de lo impresionados que se sintieron nuestros futuros jefes, tanto que habían telefoneado al director tan pronto como salimos de la empresa.

Una empresa constructora de bloques de edificios y maquinaria pesada internacional, de gran renombre y que solo emplea personal de nuestra universidad preferentemente. Para mí sorpresa en medio de la charla mi estómago hizo un ruido muy fuerte y entonces los profesores se apresuraron a dejarme ir a comer, aunque ya había pasado la hora del almuerzo.

Encontré la cafetería desierta. Ya mis compañeros habían terminado y un último grupo se estaba alejando. 'Date prisa Ming, o no quedará nada para tí!', me saludó al salir uno de ellos. Y efectivamente, sólo unas croquetas de pescado con arroz era lo que quedaba, éstos terribles ingenieros eran de buen apetito.

La muchacha de la cafetería se ofreció a prepararme algo especialmente para mí, lo decía en serio, y sé bien que es su trabajo, no algo que les incomode hacer, pero aún así, la chica creería que estoy interesado en ella. 'ésto esta bien por ahora, dije, cuando llegue a casa le pediré a mi novia algo mas sustancioso', agregué énfasis en' mi novia' para que la chica lo notara.

(Recuerden que la palabra novio/a en tailandés no tiene género, de modo que el interlocutor no tiene forma de saberlo hasta que no conoce más detalles.)

Dije que le pediría a mi novia que me cocine algo cuando en realidad el que mayormente cocina soy yo. Mi precioso Kit vuelve de sus prácticas muy cansado en verdad y se suele quedar dormido en el sofá o atravezado en la cama en una posición nada cómoda para su pobre espalda. Por si ésto fuera poco, con tantos exámenes para estudiar, sus ojos estan decaídos y con marcas oscuras. Sólo son listas y listas interminables de términos difíciles de manejar, fotocopias de libros gruesísimos y apuntes, más libros, más fotocopias, más exámenes . . .suspiro, ahora sí le enviare un tex . . .no puedo! sonó el timbre para ingresar a clases, y no he terminado de comer.

No me importa, saqué el teléfono para llamarlo. Escuchar su voz un momento es todo lo que pido. Veo la hora, no me atenderá! bajo la cabeza y miro mi almuerzo frío que ya no tengo ganas de tragar. Sólo un mensaje; 'terminé el recorrido por la empresa. Te extraño. Pasaré por tí a la salida. Te extraño mucho.'(dibujitos de besos) enviar. Listo.

Automáticamente me sentí mejor y otra vez me sentí mal. Porque ahora tenía que esperar que conteste, y yo sabía que él estaba en consultorio. Comí lo que quedaba, no quería saltarme una comida y no quería apurarme pero ya habían entrado todos a las clases y yo no me levantaba de la mesa. Mi telefono sonó y me olvidé de todo por completo. Pero no era Kit sino P'Forth, para avisarme que la CEO de la empresa estaba hablando de contratarme, me felicitaba y quedaba conmigo para unas cervezas el viernes a la noche. Forth ya estaba trabajando en esa empresa pero al ser de ingeniería civil estaba destinado a otra área y no pudimos verlo en la visita.

El tiempo me apremiaba, envié un sticker de pulgar arriba a Forth cuando el telefono volvió a sonar. Mi cara dibujo una enorme sonrisa al saber que era de Kit; 'estoy en consultas, te cocinaré algo rico en la noche. Te aviso cuando salgo'. Eso era todo, pero eran palabras que siempre atesoraba, me devolvían la vida y las ganas de todo! Tampoco estaba siendo fácil para mí con tanto trabajo, también tenía exámenes que preparar, notas que leer, fotocopias que memorizar, y estaban mis responsabilidades como luna de la universidad. Pero Kit es el aire que respiro, sin él estoy muerto, porque no me imagino donde estaría si no lo hubiera encontrado.

Devolví la bandeja a su sitio y compré una bebida de frutas para reponerme, tendría que tomarla antes de entrar al salón o de lo contrario la profesora no me lo permitiría.

Al entrar, tarde, las miradas de todos se clavaron en mí, nunca entro tarde a clases; pero la profesora no dijo nada ya que sabía que yo había ido a almorzar. 'Eeeh! te quedaste hablando con tu novio' me dijo mi compañera estrella de la facultad. Ella sabía lo de Kit, pero era especialmente buena guardando secretos; y no es que yo quisiera tener a Kit en secreto. Sólo quería evitar que él tuviera un problema en la universidad por mi culpa.

'!Qué vá!, éstos comilones no me dejaron casi nada en la cafetería, así que estaba tomando un batido de frutas. Lo dije muy bajo, y ella acepto que fuera verdad levantando mucho las cejas 'si claro, te creo'. 'Es cierto! y levanté mi mano en juramento'.

-'Si sr. MingKwan' dijo la profesora, "desea preguntar algo?' habló en ese momento la profesora. Miré la pizarra detrás de ella y era un repaso de la clase anterior; 'no, está bien creo que lo entiendo", contesté. Y continuamos, pero las horas se me hacían largas hasta la salida del hospital.

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Una pausa en los latidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora