SMOKE ── Nate Maloley.

0.46

n a r r a c i ó n.

Todo había cambiado en este tiempo, en realidad yo había dejado de lado un poco la marihuana, ya no la quería más en mi vida, de Nate ni hablar, habíamos puesto los dos de nuestra parte pero, sé que a él se me hará difícil y no lo culpo.

Ahora mismo estábamos viviendo juntos, llevábamos unos ¿5 meses? creo, cuándo cumplimos un año decidimos hacerlo.

Aún que creo qué fue una mala idea, siento qué Nate se ha comportado de una manera distinta, no lo sé, antes era mucho más apegado a mi, no quiero pensar que ha ocurrido algo. Tal vez yo soy la paranoica y él sólo se aburrió de mi, en el sentido de qué necesita su espacio.

Pero apenas me dirige la palabra, sólo habla por teléfono y me avisa cuándo va a salir y a qué hora llegará. Estoy tan enamorada que cualquier gesto de molestia de parte de él me rompe el corazón en mil pedazos.

Escuché la puerta abrirse y me armé de valor. Debo sacarme de dudas, y estar matándome la cabeza no me ayudará en nada.

—¿Que tal? ¿Te fue bien? — fue lo mejor qué se me ocurrió, perdí hasta la técnica de cómo poder sacar un tema de conversación con él.

—¿Que ocurre?— dijo acercándose a mi frunciendo su ceño. Ese gesto yo lo conozco muy bien.

—Eso debería estar diciéndote yo a ti.— me crucé de brazos. Vi sus ojos y pude notar qué estaban rojos, no lo culpo, yo también fui una adicta a la marihuana. Mientras dije eso el giro sus ojos con cansado.

—No me vengas con esa mierda Kaylan, dímelo de una vez, no soy adivino.— bufo y siguió caminando hasta la cocina. Odio esta puta actitud que está tomando.

—¿Que ocurre contigo Nate? algo te sucede, quiero saber ya qué es, tú no eres así, menos conmigo.— dije al borde del colapso, este de aquí no es mi chico, él jamás me habría respondido de esa forma tan fría.

—Conmigo no ocurre nada, y ¿por una vez en tu vida podrías dejarme en paz? Siempre me haces este tipo de preguntas, me cansas.— un pinchazo se instaló en mi pecho.

Es primera ves que le pregunto, ¿que está diciendo?

—No me hables así, sólo quiero saber qué te ocurre, ¿Porqué estas así conmigo? ¿Hice algo malo? — mi tono de voz se elevó y con ello unas pequeñas lágrimas en mis ojos.

Él sólo me ignoró y camino hasta la terraza, bebió de la cerveza qué había sacado del congelador y miro hacia la nada. Respiré profundo, y en realidad no sé de dónde saqué el valor en ese momento, tomé la cerveza de su mano arrancándola con fuerza y estrellándola en el piso con toda mi rabia acumulada.

—¡¿Que mierda pasa contigo?! — dijo mirándome con el ceño fruncido.

—¡Dime de una vez que pasa Nathan! Estoy cansada de esta puta actitud que llevas hace semanas.— dije ya esta vez gritando. Nunca habíamos llegado hasta este punto.

Nuestras discusiones siempre se solucionaban hablando en el sofá, nos abrazabamos y nos pedíamos disculpas mutuamente.

¿Qué nos pasó?

Se acercó a mí con toda la furia que jamás había visto en él, su cuerpo se pegó al mío. Vi su mano ser levantada y realmente temí lo peor, pero Nate nunca lo haría ¿verdad?

Cerré mis ojos pero el impacto nunca llegó, a cambio de eso sólo fue una caricia en mi mejilla. Abrí los ojos y lo vi a él con lágrimas en sus ojos.

—Lo lamento Kaylan.— pegó su frente a la mía para después abrazarme y esconder su cabeza en mi cuello. Mis ojos se llenaron de lágrimas pero aún no las soltaba.

—¿Lamentas qué Nate?— lo separé de mi sólo porqué quería ver sus ojos. Si tenía algo malo que decirme debía hacerlo mirándome directo.

Estoy preparada para lo qué sea.

—Yo de verdad no quiero perderte, eres el amor de mi vida y yo no estuve conciente de lo qué hacía.— y ahora sí Nate estaba llorando. Mi corazón latió fuerte en mi caja torácica y me temí lo peor.

—¿Quién era?— no fue muy difícil adivinar qué fue lo que había pasado. Sus ojos me miraron con tristeza, arrepentimiento, dolor, de todo. Pero eso ahora para mí, daba igual.

—No lo sé.— murmuró. Me separé de él cómo pude, tomó mi brazo pero yo me solté del agarre. Subí las escaleras hasta llegar a nuestra habitación.

—Kaylan por favor.— y cuándo dijo eso rompí en llanto. Cubrí mi mano con mi boca para ahogar los sollozos. No quiero que me vea así de rota frente a él, no lo vale.

Saqué mi mochila y comencé a echar ropa en ella, tomé mi celular y volví a pasar por el lado de él.

—No me hagas esto, yo realmente lo siento.— paré mi paso y me di la vuelta.

—No me digas qué lo sientes Nate, fui una maldita estúpida, estoy completamente enamorada de ti, ¿porqué mierda me haces esto?, te entregué mi vida, aun así me decías te amo todas las noches y me prometías qué siempre estaríamos juntos, ¿Qué hice de mal para qué me hicieras eso? ¿Acaso no pensaste en mi? ¿En lo de nosotros? Eres un egoísta. —lloré, llore cómo nunca lo había echo. — Te amo ¿sabes? pero simplemente no puedo permitirmelo, no lo vales.

Mi corazón latió fuerte cuándo lo vi a él llorar más, cuándo vi sus lágrimas caer. Me di la vuelta, abrí la puerta del departamento escuchando por última vez mi nombre siendo gritado con fuerza.

Busqué en mis contactos el número de Madison y llamé. Seguí caminando hasta ver mi camioneta, me subí en ella y arranque.

Es a la única persona qué necesito ahora mismo.

—¿Que tal Kay?— dijo con su típica voz que alegraba a cualquiera. Pero esta vez a mi no.

—Madison te necesito.— murmuré para después soltar un sollozo.

—¿Que ha pasado? llega a mi casa ¿esta bien? te estaré esperando.— asentí aun que ella no pudiera verme y corté el llamado.

Mi vida se acaba de destruir en menos de cinco minutos.

No estaba preparada para esto, definitivamente no.

✨✨✨

ustedes pidieron drama, pues aquí lo tienen, disfrutenlo. por cierto gracias por sus sugerencias.

una pregunta ; ¿aun confían en Stassie?.

¡voten y comenten!❤

All the love, Mel.