Mi nombre es Alejandro, Alejandro Martínez. Tengo 15 años, vengo de una familia que procede de América, concretamente de una ciudad que hace frontera con Estados Unidos. Por motivos económicos, mi madre decidió que lo mejor para nosotros era venir a vivir a Madrid junto a mi tia, mi padre y mi madre han estado divorciados desde que yo tenia apenas 2 años, asi que nunca le he tenido el cariño suficiente a mi padre como otros hijos tienen hacía sus padres.
Toda mi vida ha estado marcada por un hecho, soy homosexual. Esto ha hecho que muchas veces he sufrido burlas e insultos de varios compañeros de mi colegio, pero es algo que no tengo mucho en cuenta, ya que tengo bastantes amigas que siempre me han apoyado.
Ahora, curso 4 de la ESO, estoy en la edad en la que todo el mundo tiene novio o novia, y la verdad, es que me siento bastante solo, como la mayoria de mis amigas tienen novio, muchas de ellas pasan el dia con ellos, y yo termino bastante deprimido. Conozco a varios chicos que son gays, y la verdad, ninguno me gusta.
No me han faltado oportunidades para tener algo con varios de ellos, pero simplemente no son mi tipo, y no quiero estar con una persona que no me gusta.
Mi mejor amiga, Ana, me recomendó que me hiciera un perfil en una de esas paginas para conocer gente, pero no estoy seguro de hacermelo, en ese tipo de paginas lo único que hay son viejos desesperados y jovenes que solo quieren sexo.
Al final decidí que no perdería nada por hacermelo. Nada mas crearme el perfil, busqué jovenes por la zona de Madrid, y la verdad habia muchos adolescentes que al igual que yo, no buscaban simplemente sexo, sino, amistad o incluso algo mas serio.
Estuve hablando con varios chicos, pero habia uno que fue el que mas me llamó la atención. Se llama Carlos y tiene 16 años recién cumplidos, tiene el pelo tirando a castaño oscuro mas o menos rizado, ojos verdes y de piel era bastante blanco. Físicamente, era el tipo de chico que me gustaba, pero me parecía demasiado guapo como para que estuviese hablando conmigo, la verdad es que soy muy duro conmigo mismo, no me considero atractivo y soy muy inseguro. Pero de todas maneras, seguí hablando con Carlos.
Me contó que vive en Santander, y que busca principalmente amistad, ya que no conoce a muchos chicos gays. Pase casi dos horas hablando con el por la pagina hasta que me dijo que lo agregara al WhatsApp para que nos comunicaramos con mas facilidad.
No paraba de pensar en todo lo que habia hablado con Carlos, pero debía dormir, ya que al dia siguiente tenia clases y se me iba a hacer imposible concentrarme.
Mi despertador sonó a las 7 en punto, lo primero que hice como de costumbre fue mirar al movil, y para mi sorpresa, tenia un mensaje de Carlos que ponia, 'Buenos dias.. Espero que hayas dormido bien, hablamos al salir de clase...' Me sorprendio bastante, no me esperaba para nada que me enviara ese tipo de mensajes cuando nos habíamos conocido hace menos de un dia.
A lo largo de la mañana se me hizo imposible poder concentrarme en ninguna de las clases, lo único que hacía era pensar en Carlos, me daba la sensación de que ese chico empezaba a gustarme, pero, eso era imposible, apenas lo conocía. Intente olvidarme del tema por lo menos por un rato, y al final lo conseguí. La camapana sono a las 2.30, ya era hora de irme a casa, comi y me fui a mi cuarto. Tenía un mensaje de Carlos
-Que tal tu dia?
+ Bueno... Bastante aburrido, y el tuyo?
- Tambien, jajaja, oye, te apetece hablar por Skype?Cuando leí ese mensaje, mi corazón comenzo a palpitar mucho mas fuerte, no me esperaba esa pregunta. El hecho de que fueramos a hablar por video llamada me aterrorizaba, pero tras dos largos minutos de reflexión, le respondí que si.
Después de unos cinco minutos, me llamó, e inmediatamente su cara apareció en mi ordenador. No se por qué, me quedé embobado viendolo, me costó reaccionar, era bastante guapo y tenia una preciosa sonrisa. Gracias a que Carlos no paraba de hablar, no hubieron momentos incómodos, a lo largo de la videollamada estuvimos hablando de muchisimos temas, y hablamos de nuestras vidas, me di cuenta de que ambos eramos muy parecidos, teniamos gustos musicales muy similares.
Lo sentía, por muy loco que sonara, estaba empezando a enamorarme de ese chico y empecé a darme cuenta de lo difícil que se me iba a hacer el hecho de que nos separa la distancia.