12; DÍAS DEL PASADO

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-¡Rick! -llamó Eric desde la torre.

La tarde del día que regresaron, Jesús y Daryl no volvieron solos ni con las manos vacías.

-Abran las puertas -ordenó el sheriff a Bruce.

La camioneta de Daryl estaba estacionada al frente y su parte trasera estaba repleta de alimentos de huerta para comer y sembrar. Detrás de ellos, una camioneta más llevaba gente y armas. Las puertas se abrieron y una vez dentro todos descendieron, de la camioneta de El Reino bajaron no menos de trece soldados con sus ropas típicas y llevando rifles en las manos, todos liderados por una mujer que Rick y los demás reconocieron enseguida.

-¡Carol! -sonrió Rick yendo a abrazarla. La mujer lo abrazó a él y a todos los demás, miró al pequeño grupo reunido en torno a ella y al notar las evidentes ausencias de los amigos en sus ojos se mezcló la pena y la ira en una composición peligrosa.

La mujer estaba allí en nombre de Ezekiel. No mandaba soldados para la guerra porque seguía convencido de que era mejor no meterse en problemas de los que no estaba seguro querer tener que pagar consecuencias, pero mandaba ayuda... para recuperar Alejandría.

La ciudad estaba a veinte millas de Hilltop, tenía muros caídos, según la historia contada por el mismo Daryl, para esos momentos los caminantes la tendrían tomada, y sería un golpe bajo al poderío de Negan si Rick y su gente la recuperaban. Soldados y armas, gente para recuperar la ciudad y, de lograrlo, también les ofrecía luego a los alejandrinos ayuda para levantarla una vez más. "Más fuerte, más grande", habían sido sus palabras exactas. No sería para la guerra, sin embargo, la ayuda fue recibida con gran regocijo. El moreno y Paul intercambiaron miradas y sonrisas satisfechas.

-Francine, Tom, encárguense de los vegetales -ordenó el policía-, los demás, vamos adentro, hay que hablar.

Estaba oscureciendo. El salón de las juntas estaba iluminada por una decena de velas. Todos se fueron acomodando en torno a la mesa o en los sofás.

Carol, de pie junto a una ventana, con su armadura de El Reino y su rifle en la espalda, se quedó mirando distraídamente por la ventana hacia el paisaje que se tornaba de un gris brumoso, hasta que Enid se puso a su lado y le dijo con su hermosa sonrisa que le alegraba que estuviera bien y de vuelta con la familia.

Carol asintió.

-Hablando de la familia -masculló la mujer-. Oí que Michonne y Rick están ahora juntos.

-Lo están -asintió la jovencita.

-¿Cómo va el embarazo de Maggie?

-Bien, gracias a Dios y ahora a Alex, mantiene su chequeo cada tres días, es un ángel.

-También me enteré por ahí que Daryl no está solo, ¿sabes algo de eso? -preguntó con más gracia, bajando mucho la voz. Miró sobre su hombro hacia el pelinegro, caminaba por entre la gente hasta un rincón.

-No -se sorprendió Enid.

-Eso creí-, estaba segura que el moreno no le había mentido, pero tampoco sería de los hombres que, como Rick, fueran por allí cogidos de la mano o... Frunció el ceño al notar, mirando el reflejo del cristal, el instante en que Paul, sentado en un sillón junto a Maggie, miraba hacia el pelinegro y le decía algo a la distancia, sólo moviendo los labios...

"Aguanta un poco" Daryl le respondió con un gesto y un silencio "A la mierda, quiero cenar", Paul rió cubriéndose la boca con una mano y se volvió para atender a algo que le decía Maggie, parecían llevarse especialmente bien la embarazada y él.

La Guerra Por El EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora