25; EL ÚLTIMO DÍA EN EL MUNDO

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Si alguien le hubiera preguntado sobre la historia, su historia, Daryl Dixon habría respondido que aquél fue el último día del Viejo Mundo, el último día antes de que la historia se volviera a reescribir, ese último día de ese "mundo viejo" empezó para él tras una larga noche en que las pesadillas lo acosaron como solían hacer.

Ese último día, despertó con un sobresalto.

Jamás recordaría en qué estaba soñando, pero sí que creyó escuchar la voz de Merle llamándolo con un grito que lo sacó de la cama de un salto. Paul ya no estaba, ni su abrigo ni sus guantes ni su gorra. Había dicho que iría desde muy temprano a Hilltop y más tarde al Reino para entregarles a Maggie y Ezekiel las copias de los tratados con las mujeres del río y los Salvadores.

Daryl también tenía cosas por hacer.

Era la mañana en los primeros días de febrero, seguía nevando, pero las tormentas de enero habían quedado atrás y ahora sólo caía de vez en cuando una sutil nevada que seguía blanqueando el paisaje. Ese día acompañó a Aaron a recoger en el Santuario a la gente que quería irse y ser repartidas en donde fuera que Rick hubiera decidido colocarlas.

Salió de Alejandría a las siete de la mañana, cansado, bostezando y dormitando al lado de Aaron, el cual conducía la 4 X 4. Detrás, Michonne manejaba otro de los vehículos con Eric por acompañante.

Pasaron el día entero y parte de la tarde repartiendo por tandas a los que se marchaban del Santuario. 4 de las 15 esposas de Negan se quisieron ir, el resto se quedaron con Dwight para unirse a las filas de los Salvadores. A esas mujeres, Rick las mandó a El Reino donde podrían integrarse a las cocinas y las labores de limpieza y tendrían el derecho de rehacer su vida a placer.

La mitad de los Salvadores, que trabajaban para Negan más por miedo o amenaza, lo mismo que la gran mayoría de los obreros, quienes también quisieron largarse de allí, Rick les envió a Hilltop para que ayudaran con la restauración total de la colonia y la construcción de las nuevas casas que estaba planeando Maggie; Harlan y Eugene se quedaron en el Santuario, y Di estuvo de acuerdo en quedarse únicamente con los que querían estar allí.

Un importante número de niños huérfanos, prácticamente secuestrados por Negan, también fueron enviados a El Reino donde Ezekiel los aceptaría gustoso en sus filas, tenía una escuela y les daría educación además de entrenamiento. Alejandría no se quedó con nadie porque a Rick le pareció que podía ser tomado como "sacar provecho" para incrementar sus propias filas, además, el sheriff todavía no confiaba en ellos, no aceptaría consigo a nadie que no pudiera considerar de su familia y, más importante, no quería a nadie que conociera a Negan, porque podían liberarlo o querer asesinarlo. Fuera como fuere, Daryl y compañía pasaron el día haciendo viajes de ida y vuelta llevando gente a El Reino.

Luego, por la tarde, juntaron en un camión de transporte a los obreros y Salvadores y los guiaron rumbo a Hilltop.

Daryl llevaba el volante dándole un respiro a Aaron, aunque hacía un esfuerzo importante para no quedarse dormido, trataba de recordar su sueño, pero sólo pensaba en la voz de Merle gritándole bruscamente "¡Daryl, arriba!" Eran las seis de la tarde, bajo un cielo frío y tranquilo, manejaba sobre el kilómetro 77, cuando el walkie tolkie se encendió y se oyó la voz de Jesús.

Parecía un poco agitado, pero con voz calmosa informó algo que quizá ya habían estado esperando, Se rompió la fuente, y no necesitó decir nada más. Fue Aaron quien intercambió un par de palabras respondiendo a Jesús, Daryl se limitó a acelerar, usó la radio para hablar con Eric, en el vehículo de atrás, y le dijo que debían llegar rápido a Hilltop, "Maggie va a parir", dijo y aceleraron con el camión siguiéndole los pasos de cerca. Tan sólo veinte minutos después, estaban subiendo el camino por la colina. Kal les abrió la puerta y se quedó con Tom para dar la bienvenida a los nuevos inquilinos de Hilltop mientras los alejandrinos echaban a correr hacia el remolque que servía de clínica.

La Guerra Por El EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora