5.-Pequeño enfermero.

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Viernes 6:15 AM.

Abrió los ojos automáticamente, se estiró cual gato la vez que esperó que su papá entre para comenzar el ritual de todos los días: levantarse, bañarse, cepillarse los pocos dientes de su linda boquita, vestirse y bajar a desayunar con el resto de su familia.

6:20 AM.

Cinco minutos habían transcurrido y su padre no hacía acto de presencia. Le preocupó.

6:25 AM.

Ahora si que ya no le gustó la demora de Dégel, apartó la colcha de color celeste y se calzó zapatillas con diseño de oso polar las cuales eran las favoritas de los muchos pares que poseía. Iría a buscar a su padre y si se había quedado dormido despertarlo aunque sea echándole agua fría.

O saltándole encima.

O.... trayendo a Puppy para que le muerda los pies.

Si Camusito tenía esa forma de hacer las cosas cuando su padre no llegaba a tiempo.

En el pasillo corría una brisa que puso su piel de gallina, bien podía regresarse a su cuarto y tomar su abrigo, más el objetivo de ir donde Dégel le hizo continuar.

―burrrrr hace frío....

Tocó la puerta de la habitación de su padre, nadie respondió.

Giró la perilla, por suerte no le había puesto seguro, Dégel tenía la costumbre de colocar tranca a la puerta antes de dormir, Krest siempre le recriminaba pues podía surguir alguna emergencia en la madrugada y él se encerraba. Asomó la cabeza topandose con una oscuridad deprimente.

―¿ papi?

Un quejido fue la respuesta.

―¿ papi....? ¿ qué te pasa?

―déjemne solo..... ay....

Su padre jamás de los jamases le diría que se fuera de su cuarto, es más en una ocasión él le dijo que su habitación también era suya. Decidido se acercó para verlo más de cerca.

Varios mechones de cabellos cubrían el rostro del joven quién se retorcía por un intenso dolor en la boca del estómago, Camus se asustó por el estado de su padre quién empezó a murmurar palabras ininteligibles.

―¿ papi?―posó su mano sobre el brazo del joven que hervía en fiebre apartándola rapidamente―quema.... ¿ estás enfermo?

En su convalecencia, Dégel intentaba de decir algo para tranquilizar a su hijo que se notaba angustiado, sabía cuanto miedo sentía él. Débil, su nariz congestionada ya que dos días antes agarró una gripe y la molestia en su estómago agravó su cuadro clínico.

―papi.....―comenzó a temblar asustado y a punto de llorar―papi.... no me dejes.... no te mueras...

―v-ve a buscar a tu abuelo―acarició su cabello―calma....

Temeroso de que le sucediera algo más severo por la enfermedad, el niño salió despavorido hacia la planta baja para comunicarle a Krest que Dégel necesitaba ayuda. El mayor de los Du Pont se sorprendió al ver a su nieto en pijamas y con los ojos rojos.

―¿ tu padre? ¿ qué haces todavía en pijamas? no me digas que se le pegaron las sábanas a los dos y quieres que.....―lo bombardeó de preguntas.

―mipapiestáenfermoabuelo―soltó rapidamente.

―qué dijiste.

―que mi hermano está enfermo―tradujo Elina.

Pequeños : la saga de los acuarianos y bichitos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora