12.-Milo en DuPontlandia, parte I.

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Buenas noches.

Todos aunque seamos adultos, llevamos a nuestro niño interno. Dedico estos últimos caps a todos ustedes mi preciosa gente que con sus votos y comentarios maravillosos me motivan más.

Por acá en mi bello país celebramos el día del niño mañana.

Créditos de la imagen a su respectivo autor.

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Flashback.

-a ver-la madre de ambos escorpiones contenía las ganas de largarse a llorar porque no vería a los frutos de su vientre por un lapso de varios días-nada de estar echo el malcriado-aleccionó a Milo que como buen niño asintió ante las sabias palabras de mamá-y tú- fue el turno de Kardia que sostenía la mochila repleta de su hermano y el tremendo equipaje suyo-me avisas cualquier cosa que pase....

-¿ quieren que les traiga algo?-preguntó el griego.

Ambas negaron.

-recuerda-doña Ágatha tomó la palabra ante la complacida mirada de la madre de los peliazules-pase lo que pase cuando vayas con ese chico a decirle a su padre que son pareja, no dejes de ser tú.... y ya sabes... mi chancleta está lista para repartir zapatasos a quien ose ofenderte.

-abuela-Milo se estiró jalando su abrigo-dale una chancleta a Kardia, seguramente le quedarán bonitas.

-¡ estás loco mocoso!-reprendió horrorizado-esa cosa no es como tus pantuflas de escorpión que por cierto ya son carnavalescas por toda la pintura que le has echado.

Faltaba que El Cid arribara a la cita en el aeropuerto, Kardia impaciente miraba con insistencia la hora, comenzaba a creer que lo dejó como " novio de pueblo.... vestido y alboratado". Dégel llegaría al aeropuerto en Francia a la hora calculada y temía que el hermoso galo pensara erróneamente que faltó a su palabra.

-¿ llevas suficiente dinero?-preguntó la madre.

-lo ahorrado de mi trabajo con el tacaño de Manigoldo-contestó revisando su billetera-¿ me darás más mamá?-preguntó picaresco.

Ella torció la boca, Ágatha negó con la cabeza.

-al cabo que ni quería más dinero-farfulló.

El más esperado arribó media hora más , tan elegante como siempre, saludó con un casto beso en la mano de la madre y abuela, Milo le sonrió mostrando su boquita vacía de dientes, casi. Con una despedida apurada los dos adultos y el niño cargados de cachivaches tomaron su avión y emprendieron su aventura francesa.

-¿ crees que Kardia se tome en serio su papel de adulto responsable?-preguntó la madre a la abuela quién discretamente sostenía entre sus finos dedos un dije. La mayor asintió con los ojos humedecidos- disculpa si formulo esa tonta interrogante, pero Milo es un niño inquieto y me preocupa que....

-Kardia es más responsable de lo que crees-observó el dije con devoción-ahora hay que esperar que pisen suelo francés.

Fin flahsback.

Horas más tarde.

París-Francia.

Aeropuerto, sala de ingresos internacionales.

-¿ en serio hermano papá aun no sabe de tu romance con Kardia?-preguntó ansiosa Elina mientras caminaba a lado de Dégel para estar en " primera fila" para darle la bienvenida al griego y compañía.

El aludido negó mientras achicaba los ojos tratando de hallar un lugar donde ver primero a su novio que no tardaría en aterrizar.

La chica ante la respuesta visualizó un panorama no tan alentador para su hermano mayor, pero como lo vió tan feliz, calló sus apreciaciones que no eran para nada halagadoras, su padre no era alguien que entendiera un tipo de relacion como la aquella así de un chispazo, Krest tenía reparos y es mas estaba cien por ciento seguro que su primogénito formaría una familia ya para los 30 años, justo cuando Camus fuese un imberbe puberto al que tenía que vigilar para que no " metiera las patas en el lodo como su padre". Pensamiento algo fatalista y poco probable pero el pobre Krest ya había vivido esa " experiencia".

Pequeños : la saga de los acuarianos y bichitos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora