12.1.- Milo en Dupontlandia: II, ansioso escorpión.

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Hola n.n

¿ Cómo se encuentran?

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

En el hotel.

Cid apartó la mirada de su amado y entretenido libro para escrutar admirado el conjunto combinado de Kardia que en dos días tendría la tan esperada presentación a Krest DuPont quién desde hacía días antes, Dégel le hablaba siempre que podía, despertando una eminente curiosidad en el patriarca de la familia.

El clóset era un relajillo..... pantalones, camisas, chaquetas, buzos y abrigos cuyos colores preominaban entre el rojo, negro, azul, celeste, blanco y gris. Kardia evidentemente nervioso revisaba en su ropa, alguna arruga impertinente, mancha o rotura que le echara por la borda su encuentro con " el viejo" como le confesó Elina.

-me tienes nervioso tío-espetó el ibérico-¡ calmaos!

-claro como no tienes que enfrentar a un suegro y su ejército de preguntas intelectuales-replicó ansioso-¡ ah no! jejejeje-adoptó una expresión de maldad pura estremeciendo a Cid-el leoncito de papá puede devorarte.....

-es solo un niño-cerró el libro no sin antes dejar un señalador en la página donde se quedó-tiene la misma edad que tu futuro hijastro.

-pero tiene distinto carácter, si no te has dado cuenta.

-se nota que no has vivido con niños-cerró el clóset con estrépito-avísame cuando enloquezcas por travesuras

Cid simplemente se limitó a alzar ambas cejas señal de que lo que Kardia decía era sumamente exagerado, si Sisifo era así de buena gente y excelente conversador, el nene sería igual...como dice el tan sabio dicho.... de tal palo tal astilla.

Kardia decidió cambiar de tema, el echo de hablar sobre suegros, hijastros y todo eso le producían el doble de nervios por lo que era mejor por su salud mental averiguar que cenarían esa noche.

-¿qué pediste para cenar?

-arroz sin nada-respondió.

-me estás tomando el pelo cabra histérica-cuestionó el griego a su amigo que alzó los hombros en señal de "que me importa" y para vengarse tomó el libro que el ibérico leía hasta hacía pocos minutos con tanta pasión.

La sangre se le agolpó en el rostro a Cid quién no pudo prever semejante " ataque" a su intimidad, hubiera sido ciego y sordo ante la expresión burlona de su compañero al descubrir de qué se trataba el libro que deleitaba sus ojos.

-frases para enamorar en francés-chasqueó la lengua, Cid maldijo por lo bajo-no me digas que también hablas el idioma del amor.

Siendo un hombre poco acostumbrado a expresar lo que sentía aquello superaba la barrera impuesta con sus amigos, sentía que Kardia se burlaba de sus sentimientos que esgrimía eran auténticos y sinceros con Sisifo. Cerraría mil bocas cuando les probara que si quería con el alma y corazón al griego castaño.

-¡ préstame tu carcacha que llamas celular!-exigió envalentonado.

Kardia lo miró con cara de " te volviste loco o qué".

-¿ estás bien?

-joder tío-rebuscó en los bolsillos del pantalón del heleno que perplejo no atinó a reaccionar-sólo préstamelo porque el mío está descargado.

En serio ese no era su amigo seriecito y un poco amargueta que rehusaba de tener citas con chicas guapas o muchachos simpáticos hasta que vio la foto que Kardia mostró de Dégel con familia y Sisifo quedando prendado de esos ojos azules amables.

Pequeños : la saga de los acuarianos y bichitos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora