12.2.- Milo en Duptonlandia III, final: Wafles y los cómplices.

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Hola :D

Como comenté en un capítulo pasado, se viene la etapa adolescente de nuestros amados nenes dentro de poco.....

o-o-o-o-o-o-o-o-o

Día siguiente en la mañana.

-ño. Quiero wafles-insistió por vigésima octava vez el leoncito a su padre.

-¡ Aioria.....!-dijo con voz ya no tan amable Sisifo a su hijito-¡ no me hagas quedar en vergüenza frente a....!

El nene se cruzó de brazos e hizo un puchero adorable, sus ojos verdes chispearon maliciosos al ver el letrero que promocionaban los afamados wafles. Sisifo no sabía donde meterse, la glotonería del peque aparentemente no le favorecía ante El Cid. Justamente el mencionado sopesaba en pagar la porción de wafles para el niño que de vez en cuando le dirigía miraditas de " puedes comprarme más y no te espantaré por mi papi"

-¡ pídele!-dijo el español.

Desbordando alegría hasta el hartazgo, Aioria brincó dando aplausos de felicidad, ese amigo venido desde lejos le estaba empezando a caer bien, además según había oído él conocía a su hermano mayor al que conocía por fotos y por cartitas que llegaban desde Grecia donde vivía con su mamá y la nueva pareja de ella. La chica que tomaba los pedidos sonrió enternecida por la alegria del nene, Sisifo avergonzado no sabía donde meterse. Aioria no dejaba la manía de pedir cada cosa.

-a mi hermano le has de caer bien-tomó una cuchara y le dio vueltas ante la atenta mirada de su progenitor-¿ verdad papá?

-su nombre es Aioros, mi leoncito-reveló el castaño mayor ya más relajado-ya te dije que cuando salga de vacaciones podremos visitarlo.

-eso me has dicho desde el año pasado-protestó Aioria-y nunca hemos podido visitarlo....

Cid ante el reclamo del niño afinó los oídos, se le hacía raro que el adolescente ni siquiera conociera a su hermanito, si eran hijos del mismo padre debían conocerse físicamente; podía percibir una latente tristeza en Aioria y una amargura en Sisifo. ¿ Cual eran los reales motivos por los que los dos hermanos no podían verse?

-me encantaría que ustedes se conocieran hijo-continuó Sisifo recibiendo el plato de wafles-pero eso no depende de mi.... sino-alzó la mirada hacia Cid como diciéndole que lo comprendiera el porqué su hijo mayor no estaba a su lado.

Aioria comenzó a devorar el plato casi sin respirar mientras Sisifo sopesaba qué paso dar, si bien había tenido dos relaciones amorosas con saldo de dos hijos era un completo ignorante sobre como avanzar más allá. Si, el padre luchón y ejemplar se sentía fuera de su zona de confort.

" Me gusta, pero no sé cómo seguir..."

**************

-¡ pero qué es esto...!

Dégel abrió los ojos al sólo grito de Krest, por instinto palpó a su lado donde la noche anterior Milo y Camus brincoteaban, topándose con que el dúo dinámico infantil no estaban. Un mal presentimiento recorrió su espina dorsal hasta llegar hasta sus pies. Ya se imaginaba dónde estaban...

-¿ alguien puede explicarme qué es esto?-volvió a cuestionar el señor Krest evitando no derramar su preciada taza de café sobre un cojín verde tirado encima de la consola de la sala-¡ Camus!

El hermoso nene dormía encima de dos sillas de comedor arropado con su edredon favorito, más allá en otro par de sillas más que había sido separadas de la mesa el perro y Milo que lo tenía de almohada rodeados de cojines, manteles garabateados, envolturas de caramelos, bombones, siscos de galletas de animalitos y un...¿ gato?

Pequeños : la saga de los acuarianos y bichitos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora