Los primeros diez minutos de camino nos quedamos en silencio, era bastante aburrido, un camino en linea recta cubriendo sus lados de edificios metálicos y grises, radiación solar, Smog y más edificios.
Y esa era la razón por la cual me emocionaba ir a un campamento, ahí hay vida, hay árboles, lagunas no contaminadas, animales y mucha naturaleza, mi hermano dice que soy una ridícula por pensar eso, dice que no es la gran cosa un buen habitad y que en cualquier lugar hay naturaleza, pero eso en un futuro eso ya no existirá, nos vamos consumiendo al mundo en pequeñas cantidades sin darnos cuenta.-Estas muy callada ¿te pasa algo?-. Pregunto Benjamin haciendo que mis pensamientos esfumaran de inmediato.
-No me pasa nada, es sólo que...
-¿Es sólo que que?-. Dijo interrumpiendo mirándome a los ojos.
-Es sólo que (tragué saliva) es sólo que no puedes hacer como si nada hubiera pasado Benjamin, yo sólo estoy aquí por mi bien, por que quiero cambiar y por que le prometí a Sebas que vendría, la verdad esperaba no volver a verte nunca-. Dije fría mirando esta vez por la ventana del auto.
Este se quedo callado un instante sólo mirándome de reojo sin dejar de conducir, suspiró y nuevamente volvió a hablar.
-Vamos Mercy, sabes que no fue mi culpa, no paso nada, hagamos como si no paso nada... por favor-. Dijo suplicante.
No quería escucharlo (quería que siguiera hablando) sus palabras eran lindas y sabía que si seguía hablando me iba a convencer tarde o temprano.
-Es que no lo entiendes, ¡¡te odio!! ¡¡sólo conduce y ya!!
-Como tu quieras-. Dijo frío.
Este cambio de velocidad rápidamente y piso el acelerador hasta el tope, estaba furioso, su mirada hacia el frente lo decía todo, íbamos a una velocidad inexplicable, estaba muy asustada tenía miedo de que chocáramos o que nos desviáramos así que me sostuve muy fuerte del asiento, quería tocarlo, quería tomarlo del brazo y decirle que se calmara, que aun lo quiero, que no es verdad nada de lo que dije pero estaba paralizada del miedo.
-Benjamin detente ¡¡nos vamos a estrellar!!-. Grité sin atreverme a tocarlo.
Pero este sólo me ignoraba mientras conducía aun más rápido.
-Por favor para ¿Acaso quieres matarme?
Sentía que el carro saldría volando de la carretera, Benjamin se había vuelto completamente loco, no sabía que hacer así que sólo me arrinconé en el asiento colocando mis manos sobre las rodillas y ahuecando mi cabeza en estas por un par de segundos mientras un par de lágrimas salían de mis ojos.
Benjamin al notar esto disminuyó la velocidad hasta el estado normal y comenzó a hablar con la mandíbula apretada.
-M..Mercy? Perdoname, en verdad Perdóname no sabía lo que hacia, sabes que yo jamás te haría daño por favor deja de llorar-. Dijo tratando de tocar mi cabello.
-¡¡No me toques!!-. Grité alzando la cabeza-. no has cambiado nada, tus malditos impulsos siempre han tratado de matarme.
-¡¡No vuelvas a decir eso!! no es verdad Mercy, tu más que nadie sabes que no me se controlar, y no se por que te estoy dando explicaciónes de lo que sea, sólo Perdóname, ya casi llegamos a la estación de autobuses-. Dijo frío.
Después de que Benjamin conducio un buen rato por fin logramos llegar a la parada de autobuses, estaba a las afueras de la cuidad, así que por lógica había muchos árboles y pocas personas, este condujo hasta llevar el auto a una casa apartada de la estación, al principio no sabía de que se trataba, comenzaba a sospechar que me llevaba a otro lugar hasta que se detuvo a fuera de la casa bajándose del auto para después abrirme la puerta y en ese instante me baje colgandome nuevamente la mochila en mis hombros.
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La Hermana De Sebastián Starling.
Novela JuvenilTras dos años de tormento me encuentro parada frente a él nuevamente, esos ojos grises tan profundos se enfatizan en mi, aun sigue ahí su mirada de ¿odio? ¿Arrepentimiento? Pero esta vez yo no sentía nada, no sentía amor, no sentía amargura ni mucho...