La Hermana De Sebastián Starling.

CAPÍTULO 12 "Nuevas amigas".

Pasaron unos segundos después cuando Benjamín y yo comenzamos a caminar por otro camino rocoso que daba como destino unas grandes cabañas como a tres kilómetros de distancia, supuse que eran las habitaciones de los campistas.

-Vaya, realmente le gustas a esa chica-. Dije rompiendo el silencio.

-¿De que me hablas? ¿Lesly? No deberías de hablar sólo por hacerlo, no puedes saber lo que las demás personas sienten.

Este chico si que se toma las cosas en serio.

-Vamos, como si no te dieras cuenta, ¿no viste la forma en la que te miraba? ¡Te desea!, ¿Y viste la forma en la que me mira a mi? No soporta verme contigo-. Dije burlesca.

-Mercy detente, no puedo creer que estés pensando todo esto de ella, ella es mi prima y entre nosotros no puede haber nada, ¿Quedó claro?

-Oye tranquilo, sólo estaba jugando, no tienes que ser tan grosero.

-No soy grosero, es sólo que no me gusta que le inventen cosas a los demás ¿Okay? Ahora te diré la función de este campamento... Compartirás tu habitación con otras tres chicas (odio compartir mi cuarto) a las 7:00 am ya tienen que estar levantadas y por si las dudas el sr. Jenkins siempre pasa con un silbato por los dormitorios, tiene que haber respeto entre compañeras, a los 3 reportes a tu favor estarás suspendida y de patitas en la calle de este campamento (mejor para mi) el horario de metas que se cumplirán esta pegado en la puerta de tu cabaña asignada, la cafetería esta a un lado de el gran lago, ahí encontrarás todo tipo de alimentos, el bosque es muy grande asi que puedes perderte, no te preocupes 5 de cada 20 árboles tienen un botón rojo que se activa al tocarlo por si estas pérdida o si necesitas ayuda, no puedes subirte a las tirolesas si un guardia de seguridad no las esta cuidando, no puedes pasear en canoa sin mi consentimiento y lo ultimo pero menos importante no hay salidas después de las 11:00 pm a no ser que mi tía Marie organice fogata al aire libre o paseos nocturnos... ¿quedó claro?

Por Dios, su voz era tan gruesa, tan ronca y... ¿Hermosa? Por alguna razón me encantaba escucharlo hablar.
Me quede boba por unos instantes cuando note que este me miraba extraño y fue ahí cuando entre en vergüenza, pero no sabía como reaccionar así que sólo movía mi cabeza de arriba hacia abajo mientras su mirada, su hermosa mirada gris se encontraba con la mía, era tan potente que me controlaba y...

-¿Mercy? ¿Sucede algo?-. Preguntó sacándome de mis pensamientos.

-Oh, yo... Mm si, si entiendo-. Dije apresurada y con mis mejillas rojas de la pena.

-JAJAJA por Dios Mercy ¡mira tu rostro! Pareces un tomate te quedaste boba-. Dijo burlándose.

Realmente me encantaba cuando era así, me gusta más su actitud feliz, su hermosa risa con acento estadounidense.

-Que vergüenza, yo... lo siento, no estaba en todos mis cabales, pero si me quedo claro.

-Bueno, espero que no se me esté olvidando nada, y también espero que te sepas comportar.

Se hicieron las 5:30 pm cuando llegamos al inicio de las cabañas, si que estaba cansada.

-Bien Mercy, tu cabaña será la número 9, puedes ir si gustas, ahí estarán tus demás compañeras-. Dijo apuntando a una cabaña bastante rústica, era muy grande color verde pasto con café y madera.

Estaba unos 4 metros apartada de las demás.

-Pero Benjamin, yo no conozco a nadie-. Dije extrañada.

Este sólo se quedo parado alzando una ceja y con cara de pocos amigos así que decidí avanzar.
Estuve apunto de llegar a la entrada principal cuando la puerta se abre dejando al aire libre a ese rostro tan familiar.