Narrado por Bulma.
Recuerdo que Uranay Baba me llevaba cargando en su espalda, el cuerpo me dolía mucho, por los golpes que había recibido. La anciana me recostó en la cama, mis ojos se cerraron del cansancio, en ese momento sentí la mano de la mujer en mi frente y muy por lo bajo dijo unas palabras, un estilo de oración que no pude entender, después de ahí, mi cuerpo comenzó a arden, y todo se volvió oscuro.
Una semana paso desde que tuve aquella pelea, mis heridas tardaron solo un día en sanar, gracias a la sangre sayajin que corría por mis venas, así que rápidamente pude continuar con mi entrenamiento.
Me costó borrar de mi mente los recuerdo de las jóvenes muertas a mi alrededor, a veces despertaba llorando atormentada por las pesadillas, pero no tenía otra opción eran ellas o yo, y no moriría tan fácil.
Cada día era la misma rutina, la música inundaba mi alma, mis movimientos, mi fuerza y rapidez ya no eran los mismos, estaba mejorando mucho, quitando el detalle, que después de aquella batalla, mi cuerpo se hizo más resistente.
La sonrisa de Uranay al verme mejorar, me llamaba mucho la atención, no entendía si era porque su trabajo estaba dando resultados, o simplemente algo más estaba escondiendo, a decir verdad me tiraba más por la segunda opción. Pero eso no era lo único raro d esto, Vegeta se pasaba toda la mañana observándome entrenar, algo que estaba comenzando a incomodarme, algo que Uranay Baba disfrutaba, lo sabía ya que cada vez que se percataba que él estaba cerca, presionaba mi cuerpo al máximo y una rara sensación se apoderaba de mí.
Podía sentirme llegar al extremo, cada vez más y más, superando mis limites, mi corazón se aceleraba a mil, mi cuerpo se bañaba en sudor y mis mejillas se sonrojaban de calor, el solo observaba y después se volteaba a irse, mientras que la anciana, solo sonreía.
Narrado por Vegeta.
Después de la pelea, ordene darle a la mujer los beneficios que se ganó, una habitación para ella sola, además, estaba cansado de escucharla sollozar como una niña estúpida, en el suelo de mi cuarto.
Después de que sus heridas fueron tratadas, me asegure que estuviera sola. Entre lentamente, y estaba profundamente dormida, me acerque en silencio, algo llamaba mi atención.
Ahí estaba, una insignificante humana, que acabo con cinco mujeres en menos de cinco minutos, con movimientos suaves y letales a la vez, una sonrisa se dibujó en mi rostro, me sentía intrigado, necesitaba saber que tan poderosa podía llegar a ser.
-¿Acaso la niña llama su atención, su majestad?-Dijo una voz entrando al cuarto.
-Cierra la boca anciana.-Dije bastante fastidioso.
-Es normal mi rey, ella es única-La mujer parecía disfrutar de la situación-Ella es perfecta para ser la madre de su heredero, y quizás, hasta la futura reina.-
Ese comentario, sinceramente no lo esperaba, jamás lo había pensado, podía verla como un pedazo de carne, quien llevaría mi heredero, pero ¿cómo una reina, una compañera?, que absurdo. Pude sentir el sonrojo en mis mejillas al pensar en la idea-Que estupideces dices, no pongas a prueba mi paciencia- Salí del lugar sin decir más nada.
Desde ese día, no puede evitar el ir a verla en sus entrenamientos, cada vez que se movía, las gotas de transpiración cayendo por su cuerpo, y su respiración agitada, provocaban que comenzara a sentirme extraño, incomodo, sentía como mis mejillas se sonrojaban cuando ella clavaba el azul de sus ojos hacia mi dirección, y no hacía más que salir del lugar.
¿Cómo era posible que yo, el rey de los sayajin, sintiera curiosidad personal en una simple mujer?
Narrado Uranay
Todo parecía estar saliendo a la perfección, el hechizo que lancé a Bulma después de la pelea, está logrando llamar la atención del rey, y ella tan tonta, joven e inocente, está colaborando a la perfección, sin darse cuenta.
Pronto podre vengar a mi gente y acabare con el rey y con todo este maldito planeta, tengo en mis manos, el arma más poderosa, la cual puedo controlar a mi antojo.
Narrado por Bulma.
Estaba en mi cuarto, cambiándome, para un raro evento de presentación, según me dijo la anciana. Los grandes soldados de elite llevarían a sus secretarias y las presentarían a los demás.
Me sonaba a una fiesta en donde las mujeres somos rebajadas y humilladas, para entretener a los hombres, la idea me era repugnante.
Me mire al espejo-Hermosa como siempre- me dije a mi misma, luciendo un hermoso vestido negro, corto, apretado en la cintura, con un escote en el frente, dos tiras en cada lado lo sostenían en mis hombros, mi espalda estaba al descubierto, y unos zapatos de taco del mismo color, quedaban ideal- Parezco una viuda- Dije sonriendo, por llevar el color negro.
Pude ver en mi mesita de luz, una pequeña caja-¿un regalo?-pensé, cundo la abrí me encontré con un par de aros y un collar fino, ambas cosas de oro, con la insignia de la realeza sayajin-qué más da-dije mientras me los colocaba
Narrado por Vegeta
Los soldados comenzaban a llegar, iba por mi quinta copa de vino, todos estaban acompañados por dos o tres de sus más bellas secretarias-pero ninguna se compara con mi secretaria- sacudí mi cabeza para quitar ese pensamiento de mi mente, cuando la vi llegar acompañada de Uranay.
Su piel blanca sobresalía aún más gracias a ese negro vestido, y el que llevara los aretes y collar que le deje, sin que se diera cuenta, me lleno de nostalgia. Nuevamente esa absurda idea se cruzaba por mi mente.
Su pelo azul estaba levemente recogido, solo un par de mechones caían en su rostro, era una imagen digna de ver.
Pude darme cuenta como los soldados giraban al verla caminar, a cada paso llamaba la atención, una sonrisa de satisfacción se formó en mis labios.
-Bien venido a tu infierno-Susurro la anciana cuando dejo a la joven a mi lado.
Narrado por Bulma.
Me sentía rara, incomoda, sentí como me miraban y susurraban los soldados cosas que me haría, esto me llenaba de ganas de cortarles la garganta, pero no quería manchar mi vestido. Uranay me dejo junto al rey, el cual olía a alcohol.
Pero luego algo llamo mucho mi atención, y fue lo que dijo la anciana antes de irse-Bien venido a tu infierno-Esto me dejo perpleja, y pude darme cuenta que también a Vegeta, pero cuando uno de los soldados comenzó a pedir que comenzara el baile, ignore lo sucedido.
-¿Baile?-dije un poco desconcertada.
Vegeta me miro de reojo-Digamos, que es una manera de entretenimiento-
Lo sabía, me imaginaba algo así-Yo no voy a baila-Dijo cruzándome de brazos.-
El rey imito mi acción-No es necesario que lo hagas, no necesito que me avergüences.-Una sonrisa de lado se marcó en sus labios.
El comentario verdaderamente me ofendió.
Narrado por Vegeta.
Sabía que con solo decir el insulto necesario, lograría que haga lo que debía-No es necesario que lo hagas, no necesito que me avergüences-
Pude notar como me miraba llena de furia, así que solo sonreí.
Narrador.
De un segundo a otro la música sonaba (el tema de Ozuna con Natti Natasha- Criminal).
La melodía se apoderaba de su cuerpo, sus movimientos eran suaves y sensuales, sobresalía de las demás mujeres.
A lo lejos, se podía ver a Uranay Baba recitando muy por lo bajo un hechizo, mientras observaba bailar a Bulma.
El cuerpo de la joven comenzó a arder, se sentía plena, su mente se dejaba llevar cada vez más, se acercó de manera muy lenta a Vegeta, lo tomo del cuello y continuo bailando, el rey no sabía que hacer, pero no podía alejarse, además todos estaban observando, quedaría como un idiota.
Se quedó inmóvil mientras sentía el cuerpo de la mujer chocar con el suyo, lenta y suavemente.
Ella no sabía lo que hacía, solo continuaba bailando. Se dio la espalda, en un acto erótico, provocando a quien la viera. Comenzó a bajar su cuerpo muy lento y se levantó arqueando su cintura, tomando al rey de las caderas para que se pegara a ella.
El seguía sin reacción, aunque el sonrojo de sus mejillas era muy notable, era como si nadie más estuviera en el lugar. Bulma se giró para mirarlo, continuando con su danza, tomando las manos de Vegeta, para posarla en sus delicadas caderas, guiándolo de arriba hacia abajo, dejándolo tocarla con suavidad.
Soltó su cabello e hizo su cuerpo hacia atrás, pasando sus pequeñas manos de su cuello hacia su pecho y volvió a tomar las mano de Vegeta, que solo observaba con los ojos llenos de lujuria.
Se acomodó para que quedaran frente a frente con él, ella estaba agitada, pero le gustaba, podía sentir el cuerpo de Vegeta pegado en ella, sus manos ya no estaban en sus caderas estaban, una en su espalda y la otra en su nuca, sus ojos se devoraban entre sí, el deceso estaba latente, hasta que la música termino, y ambos quedaron observándose completamente rojos.
Narrado por Bulma.
No sabía que había pasado, estaba completamente avergonzada, así que me separe de él rápidamente, y Salí corriendo del lugar.
Narrado por Vegeta.
¿Qué diablos fue todo eso? El calor que me había provocado esa mujer, no lo había sentido jamás en la vida, puede verla salir corriendo, no entendía absolutamente nada, pero tuve que salir del lugar, necesitaba urgente una ducha de agua fría.
Narrador.
La fiesta apenas comienza.