Caminaba llena de dudas, faltaban cuarenta minutos para la pelea con esa mujer, que con solo pensar en ella, la invadía la rabia, pero la paz volvía a su corazón, cuando aquel beso pasaba en su mente.
Llego a su cuarto, estaba por bañarse para ponerse su armadura de batalla, pero un intruso sentado en su cama la espanto-¿Qué haces aquí vegeta?-dijo con rabia.
Él se paró caminando lentamente hacia ella, sin decir nada.
Los nervios se apoderaron de la joven y comenzó a retroceder-¿ve…vegeta?-topo con la pared, ya no podía seguir huyendo.
Levanto una de sus manos, a lo q ella reacciono cerrando los ojos, esperando un golpe. Un escalofrió recorrió su cuerpo al sentir las yema de los dedos del Rey, rozar lentamente sus mejilla. Abrió sus ojos en asombro, solo para encontrarse con la oscuridad profunda de los de él, algo raro estaba pasando, no era esa misma mirada fría y sin vida.
Bajo lentamente sus dedos rozando su cuello, lo que la hizo estremecer.
No dejaba de mirarla, no podía dejar de hacerlo, se acercó de una manera peligrosa a sus labios carmesí, dejando que su aliento se mezclara con el de ella, rozo su labio inferior con aquella dulce boca que lo llenaba de deseo.
Ella no podía moverse, estaba tan llena de emociones y una gran confusión, no entendía que era lo que el buscaba, solo necesitaba saber.
Pudo sentir su otra mano posarse en su cintura, para acercarla más, necesitaba sentirla, querían sentirse.
La beso, tan suave, tan lento, dejando que sus labios se conocieran, ella se aflojo por completo, cerrando los ojos, para saborear con el resto de sus sentidos aquel dulce néctar.
Lo tomo por el cuello, dejando que el beso sea más profundo, haciendo que sus lenguas se exploraran por completo. El éxtasis los estaba alejando de la cordura, vegeta la toma de las nalgas, para cargarla camino a la cama. La recostó con suavidad, dejando que sus labios comenzaran a bajar a su suave cuello, pasando por donde estaba aquella marca, que cada vez estaba menos visible.
La respiración de la joven era entre cortada, y algún que otro gemido salía de sus labios, música para los oídos de Vegeta.
Estaba jugando con su cuello, mientras sus manos la recorrían completa, ella abrió los ojos mientras tocaba su formada espalda-Vegeta- le susurró al oído-Dime que me amas-
No pudo hacer más que separarse bruscamente de ella, para luego ponerse de pie, dándole la espalda.
Bulma estaba tan angustiada-¿Por qué?- dijo en un tono casi inaudible, pero el, la había oído.
-Mujer- Su tono era tan natural y rudo, como si nada hubiera pasado-Tu pelea será doble hoy-Se giró para mirarla de reojo-No te mueras- salió del cuarto sin decir más.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, se levantó y se dirigió a la ducha, no lograba entender que pasaba ¿acaso solo estaba jugando con ella, con su vida, con su corazón?, preguntas que no tenían respuesta alguna.
Se encontraba frente a frente con Marron, era como verse en un espejo distorsionado, pero a su vez otra persona estaba en ese lugar de la pelea, Radips, ahora entendía las palabras de Vegeta.
-Bien mujerzuela, acabaremos contigo y Vegeta será mío-Dijo Marron en un tono de burla.
Bulma sonrió, arrojando su espada, sus ojos estaban clavados en el suelo-ya veo, así que es eso lo que quieres- Estiro sus brazos y sonrió-bien, entonces aquí estoy, mátame, pero hay algo que no sabes, Vegeta no es mío-
-Ya cállate-La secretaria corrió rápido hacia Bulma, para golpearla directamente en el rostro, a pesar de que no pudo moverla ni un sentimentero, logro dejarle una cortadora en la parte superior de su ojo derecho.
Bulma no se defendió, otro golpe en su estómago, y una patada en los tobillos la hizo caer, se levantó sin dificultad y esa sonrisa no dejaba sus labios.
-Maldita-Marron se sentía menos preciada, así que le regalo un fuerte rodillazo, nuevamente en el estómago, estaba vez la hizo agacharse un poco por el dolor, volvió a incorporarse, solo para ser sostenida de los brazos por la espalda, sabía que esto le dolería cuando vio a Radips dirigirse hacia ella, pero el dolor que sentía su corazón, era más grande que esto.
Fue invadida por miles de golpes, que la hacían escupir mucha sangre. Vegeta observaba desesperado, mientras que Uranay no podía creer lo que estaba pasando-Mi Rey si ella no hace algo, van a matarla-Dijo sobresaltada.
No podía reaccionar, no podía creer que se haya rendido tan fácil, así no era la mujer que había conocido.
Goku no podía soportar lo que estaba viendo, intento intervenir, pero fue atajado por varios soldados-¡Bulma!- solo sus gritos desgarradores llegaban a ella, repitiendo su nombre una y otra vez, sin poder hacer más que verla entregarse poco a poco a una muerte segura.
Radips la tomo del cabello, para levantarla y dejarla cara a cara con él. Uno de sus bellos ojos azules estaba completamente morado, sus labios al igual que su rostro y el resto de su cuerpo, estaba lleno de heridas y la sangre la bañaba por completo.
-¿Qué pasa perra?- le dijo aquel despiadado guerrero, pero ella solo sonreía, mientras seguía escupiendo el rojo líquido-das asco- arrojo a Bulma con violencia al suelo.
Sus cuerpo estaba inerte, sus oídos no podían escuchar sonido, más que sus propios pensamientos. Sus ojos podían distinguir a penas una silueta, la cual no dejaba de mirar.
Vegeta sintió una fuerte punzada en el pecho al saber que sus ojos estaban tan fijamente clavados en él, no sabía qué hacer, dudaba de cómo actuar. Se giró para observar a su costado, y la imagen de Goku, gritando y luchando por ayudarla, le provoco culpa.
Volvió a mirarla, ella seguía sonriendo, pero ahora no era solo eso, sino que también, empezó a tararear de sus rotos labios una suave melodía.
“Que pena que no seas la infinitud, el tiempo desgastaste al propio tiempo.”
Apenas si podía mover su boca, pero sabía que el la escuchaba, todos lo hacían, pero esto era necesario, era su momento, ella necesitaba saber, acaso el la dejaría morir.
“Que si algo fuese alguien, fueras tú, ojala te siga escuchando en el viento”
No dejaba de mirarlo, cada palabra era un fuerte dolor por esforzarse, intento moverse.
“Mi piel sigue teniendo tu necesidad, mis manos siguen buscando tu cuerpo, mi mente no sabe lo que es la paz, sigo buscando sombra en el desierto”
El silencio había invadido el lugar, solo la dulce canción resonaba en el lugar.
“Dime quien ama de verdad”
Lagrimas mezcladas con sangre comenzaron a salir de sus bellos ojos, aun clavados en Vegeta.
“Y deja de lado los argumentos, si no nos queremos ni nosotros, porque regalar nuestro tormento”
Con dificultad logro ponerse de pie lentamente, pero dándole la espalda a sus oponentes, sin quitar la vista de esa imagen.
“¿Por qué buscamos la mitad?, si estamos de sobra enteros por dentro, no quieras con el corazón tan roto, si amarte es exigirte, no te quiero”
Su oponente estaba comenzando a ponerse nervioso, así que con un movimiento de su cabeza, ordeno a la secretaria volver a atacar.
Se mantuvo firme, hasta que una patada en las costillas la hizo caer de rodillas y con sus manos al suelo.
“perdóname, pero quiero aprender a tocarte y no se”
Volvió a fijar la Vista en Vegeta, con dificultad.
“Tengo más miedo por ti que por mí, joder.”
Vegeta se puso de pie, mientras peleaba consigo mismo.
“Tengo que aprender, a quererme y no a querer”
Volvió a levantarse, su cuerpo le temblaba al igual que la voz.
“-Si me pierdo en ti, dime quien me encuentra, si solo soy feliz, cuando está abierta tu puerta, si éramos un sueño, dime quien nos despierta, sigo sola en el banco, ¿Por qué nadie se sienta?-“
Goku logro zafarse del agarre de los guardias, pero antes de que pudiera llegar a ella, fue detenido por Radips.
-No hermanito, eso es trampa. Marron, calla de una vez a esa desgraciada-
“-quiero reflejarme en tu mirada una vez más, que pueda abrazarte y no me vueles, quiero ver como tu cuerpo va, quiero ver como tu cuerpo va.-“
Esta vez se levantó con más firmeza, recibiendo un golpe tras otro, quedando de pie.
“-Una batalla de mis miedos contra tu verdad, quien salta al vacío teniendo el de dentro-“
-Señor por favor-suplicaba Uranay.
“-juro que hice las maletas queriendo volar y las deshizo el temor a lo que siento-“
Una nueva pelea entre Rapis y Goku se libraba tan cerca, pero ella, no prestaba atención.
-Muérete de una vez perra-le gritaba su atacante mientras seguía golpeándola, pero Bulma, no dejaba de cantar.
“-Dime quien va a amar de verdad. Quien no se va a romper por dentro, cuando tengas alas de dar, y en contra tu propio tormento-“
Sintió que ya no podía resistir, su cuerpo comenzó a aflojarse, sus ojos intentaban cerrarse, su caída fue casi en cámara lenta, sus lagrima ya no caían, su sonrisa aún seguía viva, su mente esperaba sentir el último golpe contra el suelo, pero en vez de eso, unos brazos la tomaron con fuerza.
La vista se le nublaba pero ella sabía que era él, era Vegeta. Quiso tocarlo, pero apenas si podía levantar su mano. Movió sus labios con la poca fuerza que le quedaba”-quiere reflejarme en tu mirada una vez más-“y luego, para Bulma, todo se volvió oscuro.