capitulo 11

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La tensión crecía en el palacio, varios soldados fueron a quejarse con Vegeta, para que su secretaria dejara de participar en el torneo, pero el más furioso y perjudicado en todo esto era Radips, ya que sus secretarias estaban muertas, de una manera u otra, las reglas se rompieron, ya que al menos una debía quedarle con vida.
Bulma dormía, su cuerpo estaba algo golpeado y estaba muy cansada. Pudo sentir una fría mano taparle la boca, intento zafarse, pero no puedo, aún estaba débil de la batalla de ese día.
Los ojos de Radips la miraban con desprecio-Eres una maldita-le susurró al oído- pero por más que sigas ganando, hay algo que no has tomado en cuenta- Comenzó a apretar su cuello con su mano libre-Estas completamente sola-
Arrojaba golpes, pero ninguno con la fuerza suficiente como para quitarse al guerrero de encima, el aire comenzaba a faltarle, y la desesperación se adueñaba de ella. Radips tenía razón, ella estaba sola. La vista se le estaba nublando, y ya no podía moverse, sentía que esta vez, era su fin.
De golpe, sus pulmones se llenaron de oxígeno, ya no tenía a aquel fuerte guerrero sosteniéndola, comenzó a toser, y a respirar desesperadamente, se sentó rápidamente mientras  intentaba ver, que era lo que había pasado, y ahí estaba el, sosteniendo a Radips del cuello, quien estaba arrodillado en el suelo.
-Dime, ¿Qué se siente?- pregunto Vegeta.- veamos qué pasa cuando los papeles se invierten- apretó más fuerte el cuello del guerrero- y es aquí, donde te das cuenta, que el que está solo, eres tu-
Bulma no podía creerlo, Vegeta había aparecido a ¿salvarla?, el solo pensarlo la hacía sonrojar-Vegeta déjalo, por favor- Dijo ella.
Él la miro con asombro-¿Qué dices mujer? Este insecto merece morir.-
Ella ya no era la misma mujer que antes, su sangre sayajin ya había ganado terreno en cada célula de su bello cuerpo-El morirá, pero en mis manos-
Vegeta sonrió de satisfacción-Está bien mujer-Soltó el cuello de Radips para dejarlo respirar-En tres días, ella se encargara de matarte, ahora vete, antes que sea yo el que te acabe-
El guerrero salió corriendo del lugar, sabía que jamás podría ganarle a Vegeta, pero si se veía capaz de acabar con ella.
Uranay vio salir al guerrero del cuarto de la mujer y decidió acercarse, pero detuvo sus pasos al escuchar la voz de Vegeta.
-Espero sepas lo que haces mujer, Radips es un sayajin-
Ella solo sonrió-Es una gran oportunidad de probar hasta donde puedo llegar-
Él se cruzó de brazos-Interesante. Bien, entonces en estos tres días, yo me encargare de entrenarte.-fueron sus últimas palabras, para luego salir.
Uranay llego a esconderse detrás de una cortina, sin ser vista”-Esto es perfecto.”-se decía para sí misma”-Pelear con un sayajin la pondrá más fuerte, y que Vegeta la entrene los acercara aún más. El plan va cada vez mejor-“
La mañana llego y Bulma estaba en el gimnasio, los nervios la invadían no sabía muy bien por qué. Vegeta llego, tenía un traje de entrenamiento, pegado al cuerpo en color azul, sus físico era aún más espectacular de lo que parecía con armadura, ella se sonrojo y giro la vista.
-Bien comencemos, ve y coloca tu música-Aunque Vegeta no era partidario de esa manera d entrenar, le gustaba verla moverse con el ritmo de la música-
Bulma camino hacia la máquina y la música comenzó a sonar.
El entrenamiento fue raro, es verdad que Bulma recibió varios golpes, pero no lo suficientemente fuertes como para lastimarla.
Se miraban fijo en cada movimiento, en cada roce de sus cuerpos. Bulma se sentía en el cielo, estaba feliz, jamás había tenido a Vegeta tan cerca, muy pocas veces habían hablado, y ella seguía sin recordar aquella noche de pasión en la ducha. No podía creer la delicadeza de sus manos al tomarla para ayudarla a seguir sus movimientos, era como si él fuera otra persona, jamás había sentido algo igual.
La música se detuvo, ambos estaban agitados y habían quedado de pie uno frente a otro, mirándose fijamente, el corazón de Bulma latía de una manera increíble, no sabía que estaba pasando.
Levanto una de sus manos y la coloco en el rostro de Vegeta, el solo se quedó quieto, observándola directamente al celeste de sus ojos. Ella se acercó y poso sus dulces labios en  los de él, regalándole un beso tan tierno y lleno de amor, que el abrió los ojos de asombro.
No asimilaba lo que estaba pasando, pero ella lo estaba besando tan suavemente que respondió, sin darse cuenta se dejó llevar por una dulzura que jamás había sentido antes. La tomo lentamente de la cintura para sentir su delicado cuerpo, era perfecta.
De un segundo a otro, Vegeta la empujo, ella estaba asombrada y avergonzada-Yo….lo siento-Dijo de manera entre cortada.
-No te confundas mujer-Vegeta se giró para darle la espalda-Mañana continuaremos con el entrenamiento- Se fue apretando sus puños con fuerza.
Ella se quedó inmóvil, no comprendía que pasaba, miles de preguntas corrían por su mente. ¿Por qué lo había besado? Y lo más importante ¿Por qué él había correspondido a su beso?
Después de bañarse, salió a caminar, necesitaba pensar, y sabía perfectamente cuál era el lugar indicado, para que su mente se aclarara.
Llego a aquel cuarto vacío, donde estaba ese viejo piano, se sentó y dejo que su corazón se encargara de decirle que le estaba pasando.
Bulma cerros sus ojos, dejándose llevar por la melodía, y comenzó a cantar.
(Vazquez sound-En mí no en ti)
“-Solo pido tiempo para respirar, para pensar, un momento a solas para asimilar, porque te vas, date cuenta que no verte me hace daño no soy fuerte, duele ver que mi amor no va a detenerte.
No se tu razón de estar lejos de aquí, pero quisiera que pensaras un momento en mí, en mí no en ti. Sé que mis palabras no te detendrán, y este dolor se quedara toda una vida en mí, en mí no en ti.
Días que no vuelven sueños que se irán, sin alcanzar, noches que mis ojos no se cerrar, por recordar date cuenta que no verte me hace daño no so fuerte duele ver q mi amor no va a detenerte.
No se tu razón de estar lejos de aquí, pero quisiera que pensaras un momento en mí, en mí no en ti. Sé que mis palabras no te detendrán, y este dolor se quedara toda una vida en mí, en mí no en ti.”
Lagrimas caían lentamente sobre las manos de Bulma, sus ojos aún seguían cerrados, pero esta vez con más fuerza, y fue ahí que supo, que se dejó llevar por su estupidez, que su corazón le dio el peor castigo de todos. Se había enamorado de Vegeta.
Una mano se posó en su hombro-Mi niña-Dijo Uranay.
Bulma la abrazo  dejando salir su llanto-No es justo-Decía entre sollozos.
-Descuida mi niña, si lo amas lucha por el-Dijo con una sonrisa. Sabía que Vegeta la haría sufrir, que por más que el correspondiera a sus sentimientos, era demasiado orgulloso como para aceptarlo. Si ella sufría, entonces ya no le costaría trabajo hacer que lo odiara y luego matarlo. Cada vez estaba más cerca de su cometido.

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