Me quedo en un completo, absoluto y total shock por varios segundos porque no puedo creer que estoy tocando a Lucas James. Mi sargento. Uno de los hombres más sexys que he visto.
A un hombre, punto. No puedo creer que estoy tocando a un hombre.
Pero además de no poder creerlo, no sé qué hacer, así que solo actúo por impulso y le aplico presión a la erección que tengo bajo mi mano, moviéndola para medir el perímetro.
El perímetro resulta ser grande y no sé cómo sentirme al respecto.
—Eso es suficiente —me detiene Luc, tomando mi muñeca con fuerza para que deje de tocarlo. Su voz suena baja y forzada, casi enojada. Y su agarre en mi muñeca es agresivo, así que reacciono como cualquier homosexual lo haría y me cubro inmediatamente para que el golpe no me duela tanto— ¿Xav?
Me toma unos segundos darme cuenta de que no me ha pasado nada y relajo mi pose, abriendo los ojos para ver la cara confundida de Luc.
—Lo siento. Pensé que... ya sabes —me excuso, carraspeando la garganta y rodando los hombros para quitarme la tensión de encima. Luc se queda callado un rato mirándome como si estuviera estudiándome. No hay nada qué estudiar, solo tengo un pequeño estrés post traumático del ultimo hombre sexy del cual me enamoré.
—No iba a hacerte nada —asegura en voz baja, a pesar de que los tres otros individuos que vienen con nosotros están muy entretenidos escuchando música. No nos están poniendo atención, al menos no obviamente.
—Lo sé —contesto, relajándome incluso más y sonriéndole para que quite esa cara de preocupación. Luc se sigue viendo inseguro y eso es lo último que quiero, así que lo toco de nuevo, pero esta vez solo tomo su mano en la mía para asegurarle que estoy bien— solo me asusté poquito.
—¿Por qué? —pregunta, como si no fuera obvio— quiero decir... ¿quién ha sido agresivo contigo?
—Nadie en especifico —miento, porque no tengo ganas de meterme en conversaciones oscuras en este momento. Aprieto su mano y por fin Luc responde, volteando la suya y entrelazando nuestros dedos.
—Te detuve porque estamos en un auto con un montón de gente y tú estabas poniéndote muy privado con tu mano —dice, avergonzándome inmediatamente con otro de sus comentarios directos— hey, no actúes como una niña virgen ahora. Tú fuiste el que me estaba masturbando aquí en frente de todos. Que vergüenza.
—¡Shh! —me quejo, apretando sus dedos con todas mis fuerzas por la vergüenza que crece dentro de mí. Su manera de decir las cosas es algo a lo que me voy a tener que acostumbrar— tú me pusiste la mano ahí ¿qué se suponía que debía hacer? Además, soy virgen.
—Solo tenías que tocar y darte cuenta de que yo también estab... espera ¿qué? —pregunta, deteniéndose de repente como si un pensamiento le acabara de llegar— ¿eres virgen?
—Sí —contesto, alejando mi mano para rascarme el cuello nerviosamente— no es algo tan interesante, no me mires así. Es normal.
—No realmente, eres demasiado bonito para ser virgen —murmura, casi para sí mismo mientras me da una mirada completa— espera, te refieres a que eres virgen analmente o...
—¡Luc! —me quejo, cubriéndome la cara porque no se puede. No se puede hablar con alguien así— soy... soy virgen de todo ¿de acuerdo? hay que cambiar el tema.
Luc no quiere cambiar el tema y puedo notarlo en sus ojos llenos de perversión y tal vez burla, pero no dejo que me afecte. No me voy a sentir mal por ser virgen porque cuando estás metido tan profundamente en el closet es muy difícil tener sexo y todos lo saben. Bueno, todos excepto él.
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Dear Xavier
Roman pour AdolescentsMi verano en este desierto hasta el momento se puede describir en cuatro palabras: mosquitos, sudor, llanto y dolor. ¿Y qué fue lo que hice para estar aquí? Nada. He sido bueno toda mi vida, pero mi padre espera que este campamento me convierta m...